Dirigentes de la centroizquierda, en desacuerdo con quienes hemos decidido forzar al gobierno Nacional a sentarse y negociar la composición del nuevo Parlamento, acorde a lo que dijeron las urnas -donde entre otras cosas hubo un millón de votos progresistas opositores a Kirchner- dicen que eso es "fortalecer a la derecha". Y señalan que este tercer sector progresista se tiene que "hacer valer". ¿Y cómo suponen ellos que debemos hacerlo? ¿Diciendo que no estamos con el Gobierno pero, permitiendo que éste imponga sus condiciones, incluso por sobre nuestros propios derechos?
Se señala, con absoluta corrección, que las fuerzas progresistas deben ser, en la realidad política de hoy- claramente autónomas tanto de la oposición de derecha como del Gobierno- y moverse acorde con su propio proyecto e intereses políticos. Eso parece quedar muy claro cuando se trata de diferenciarse de la derecha en leyes como la de radiodifusión, como ejemplo. Pero deja de ser tan claro cuando se trata de confrontar con el Gobierno y mostrar que nada tenemos con él.
Si Cristina Kirchner decide reabrir el canje de la deuda en un gesto al poder financiero internacional, en lugar de criticarlo frontalmente, aparecen argumentos como que "tenemos que aprovechar que hay plata a bajo costo en el mundo", sacados del librito de Redrado y Boudou; y se culmina absteniéndose en el Parlamento en lugar de votar en contra, como corresponde a una postura progresista.
Si de ver con quiénes se compone el bloque de centroizquierda en el nuevo parlamento se trata, las primeras propuestas que aparecen son las de incorporar a legisladores que tienen acuerdos con el Gobierno e, incluso, que fueron cabeza de las listas del mismo el 28 de junio pasado. El argumento ahora es que "son dirigentes que van camino a estar con nosotros"; cuando esos mismos dirigentes se encargan de desmentirlo, defendiendo a la administración kirchnerista en cuanta oportunidad tienen. Y por ello es que son considerados por el Gobierno como "votos propios" cuando se piensa la conformación del nuevo parlamento. ¿O alguien puede creer seriamente que, por ejemplo, Carlos Heller votaría en contra del Gobierno el próximo 3 de diciembre defendiendo las posiciones de las fuerzas de la centroizquierda?
Si decimos que hay que confrontar con las malas políticas del Gobierno, ¿cuál es la razón por la que no se apoya entonces decididamente la lucha de las organizaciones sociales en contra del clientelismo del PJ, promovido por el ejecutivo nacional al darle a los intendentes y gobernadores justicialistas el Plan de Empleo de las cooperativas?. ¿Es hacerle el juego a la derecha tener postura clara en esto?
No es autonomía orillar las políticas de Kirchner. Es hacerle el caldo gordo a los que desde el oficialismo, que pretenden corrernos con eso de "no hacerle el juego a la derecha", mientras tienen sin conflicto alguno a connotados personajes de derecha en sus filas; y tampoco tienen ningún empacho en negociar con esa derecha para alcanzar sus objetivos poco loables. ¿Nos preguntamos nosotros, estos dirigentes de centroizquierda tan preocupados por la autonomía, si sus votos determinan el triunfo o la derrota del Gobierno el 3 de diciembre, de un gobierno que se niega a aceptar que ya no puede monopolizar todo y llevarnos a empujones? ¿Qué harán?
Humberto Tumini
Libres del Sur
Miércoles 2 de diciembre del 2009
Se señala, con absoluta corrección, que las fuerzas progresistas deben ser, en la realidad política de hoy- claramente autónomas tanto de la oposición de derecha como del Gobierno- y moverse acorde con su propio proyecto e intereses políticos. Eso parece quedar muy claro cuando se trata de diferenciarse de la derecha en leyes como la de radiodifusión, como ejemplo. Pero deja de ser tan claro cuando se trata de confrontar con el Gobierno y mostrar que nada tenemos con él.
Si Cristina Kirchner decide reabrir el canje de la deuda en un gesto al poder financiero internacional, en lugar de criticarlo frontalmente, aparecen argumentos como que "tenemos que aprovechar que hay plata a bajo costo en el mundo", sacados del librito de Redrado y Boudou; y se culmina absteniéndose en el Parlamento en lugar de votar en contra, como corresponde a una postura progresista.
Si de ver con quiénes se compone el bloque de centroizquierda en el nuevo parlamento se trata, las primeras propuestas que aparecen son las de incorporar a legisladores que tienen acuerdos con el Gobierno e, incluso, que fueron cabeza de las listas del mismo el 28 de junio pasado. El argumento ahora es que "son dirigentes que van camino a estar con nosotros"; cuando esos mismos dirigentes se encargan de desmentirlo, defendiendo a la administración kirchnerista en cuanta oportunidad tienen. Y por ello es que son considerados por el Gobierno como "votos propios" cuando se piensa la conformación del nuevo parlamento. ¿O alguien puede creer seriamente que, por ejemplo, Carlos Heller votaría en contra del Gobierno el próximo 3 de diciembre defendiendo las posiciones de las fuerzas de la centroizquierda?
Si decimos que hay que confrontar con las malas políticas del Gobierno, ¿cuál es la razón por la que no se apoya entonces decididamente la lucha de las organizaciones sociales en contra del clientelismo del PJ, promovido por el ejecutivo nacional al darle a los intendentes y gobernadores justicialistas el Plan de Empleo de las cooperativas?. ¿Es hacerle el juego a la derecha tener postura clara en esto?
No es autonomía orillar las políticas de Kirchner. Es hacerle el caldo gordo a los que desde el oficialismo, que pretenden corrernos con eso de "no hacerle el juego a la derecha", mientras tienen sin conflicto alguno a connotados personajes de derecha en sus filas; y tampoco tienen ningún empacho en negociar con esa derecha para alcanzar sus objetivos poco loables. ¿Nos preguntamos nosotros, estos dirigentes de centroizquierda tan preocupados por la autonomía, si sus votos determinan el triunfo o la derrota del Gobierno el 3 de diciembre, de un gobierno que se niega a aceptar que ya no puede monopolizar todo y llevarnos a empujones? ¿Qué harán?
Humberto Tumini
Libres del Sur
Miércoles 2 de diciembre del 2009
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