Se
llevó a cabo la audiencia con el tribunal de casación que revisará las
condenas contra José Pedraza y demás autores del crimen de Mariano
Ferreyra. La cita tuvo lugar en la sala principal de tribunales de
Comodoro Py. Por el Partido Obrero estuvieron presentes el diputado
nacional Pablo López, los legisladores Marcelo Ramal y Guillermo Kane y
los dirigentes Gabriel Solano, Vanina Biasi y Eduardo Belliboni.
Nuestra
querella, representada por los abogados Claudia Ferrero (Apel) e Ismael
Jalil (Correpi), tuvo una destacada intervención técnica y política.
En
primer lugar, nuestros abogados insistieron en la calificación de los
delitos cometidos por Pedraza y su patota. Refutaron la figura de “dolo
eventual” a la que recurrieron los jueces del TOC 21 para morigerar las
penas por el homicidio de Mariano Ferreyra y las graves heridas de Elsa
Rodríguez y demás compañeros. La calificación agravada por el concurso
premeditado de varias personas implica una condena a prisión perpetua,
de acuerdo a lo que establece el Código Penal vigente.
Nuestros
abogados refutaron la afirmación de los jueces de primera instancia
respecto de que a Pedraza “no le convenía un muerto” porque iría preso.
Pusieron de manifiesto una vez más, como lo hicieron a lo largo del
juicio oral, que existió un plan criminal concertado entre la burocracia
sindical de José Pedraza, los empresarios de la ex Ugofe y funcionarios
políticos y policiales. Demostraron que las maniobras de Pedraza en la
causa judicial comenzaron tras la detención de Cristian Favale, que se
produjo en medio de una gran conmoción política y social. Pedraza
confiaba en la
impunidad que le brindaría la complicidad del poder político y
empresario, como se verificó en los respaldos que recibió de
funcionarios de primer nivel, como el del el ex secretario de
Transporte, Juan Pablo Schiavi, del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y
de su vice, Noemí Rial, entre otros.
Nuestra
querella también reclamó por las absoluciones de los patoteros Juan
Pérez y Armando Uño y del policía Rolando Garay. Respecto de los dos
primeros, el TOC 21 desestimó el testimonio espontáneo de José Sotelo
-un testigo imparcial que involucró a ambos en la desaparición de las
armas- y el de los periodistas de C5N en el tramo que señalaron a Pérez
como parte de la patota que los amenazó para que no registraran la
agresión con sus cámaras. En cuanto al subcomisario Garay, señalaron la
arbitrariedad del fallo de los jueces al excluirlo de la !
maniobra
policial que garantizó la impunidad de la patota. “Los policías no
actuaron del modo que actuaron por una decisión individual”, explicaron,
“sino bajo órdenes políticas recibidas por toda la cadena de mandos.
Los responsables del operativo habilitaron, consintieron y cubrieron la
agresión contra los tercerizados. El responsable político de la Policía
Federal era Aníbal Fernández”. Nuestros compañeros cerraron su
intervención subrayando la continuidad entre el crimen de Mariano
Ferreyra y la masacre de Once, con idénticos actores políticos y
empresarios.
Tanto
la fiscalía como el Cels coincidieron en el reclamo de prisión perpetua
para los autores materiales del crimen de Mariano. Sin embargo, la
fiscalía insistió en acusar a los policías por “abandono de persona” y
no por su activa complicidad con los agresores. El Cels, por su parte,
obvió la responsabilidad de los funcionarios políticos (Tomada, Aníbal
Ferández). En contraste, nuestros abogados pusieron de manifiesto el
operativo jurídico dirigido a recortar los alcances políticos del crimen
de Mariano Ferreyra, que involucran a la tercerización laboral a la q!
ue son
sometidos grandes contingentes de trabajadores y el encubrimiento del
vaciamiento ferroviario operado por el kirchnerismo.
Durante
toda la jornada, una nutrida guardia de militantes de la juventud del
Partido Obrero acompañó la audiencia desde la entrada de Comodoro Py.
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