5 mar 2017
GRUPO DE CURAS EN LA OPCION POR LOS POBRES: LAS MOVILIZACIONES DE MARZO Y UN EPISCOPADO EN SILENCIO
Se abre esta semana una etapa para nuestro país, signada por las movilizaciones populares.
Esta concentración de manifestaciones callejeras de protesta no es casual, sino que es resultado de la maduración de un proceso de creciente deterioro de la economía y la vida democrática de nuestra sociedad. Esta degradación de la calidad de vida y de la intensidad institucional ha sido provocada, sin ningún lugar a dudas, por las decisiones y omisiones deliberadas del gobierno de Mauricio Macri.
Un cúmulo de derechos esenciales no están garantizados por el Estado en este momento. Están en peligro los derechos elementales al trabajo, al salario digno, a la alimentación, a la preservación de la salud, a la educación, a la seguridad, a la vivienda, a la libertad de expresión y la huelga entre otros.
El gobierno actúa una pose de indiferencia y desdén frente a realidades contundentes como el desempleo, el hambre, la desprotección de los jubilados, y el delirante incremento del costo de la vida que pone en peligro a la masa de trabajadores de nuestra patria. Queremos apoyar con nuestra palabra y nuestra presencia en las distintas movilizaciones pacíficas que se realizarán a partir de mañana.
• El paro docente en reclamo de la convocatoria de la Paritaria Nacional Docente que corresponde por Ley y que el gobierno niega sin motivo;
• la movilización de los gremios y asociaciones de trabajadores a los que se unirán movimientos, organizaciones y ciudadanos de a pie para manifestar en contra del ajuste y la miseria que se está potenciando y a favor de un cambio drástico de la política económica que permita recuperar la producción, el consumo, la apertura de fuentes de trabajo y salarios dignos para una vida digna;
• la movilización Ni Una Menos y el paro internacional de mujeres que intentan reivindicar el reclamo de justicia frente a la violencia machista y la discriminación de género, exigiendo políticas públicas que ayuden a erradicarlas;
• la convocatoria a un Paro General, demasiado demorado tal vez, dispuesto por las diferentes centrales sindicales que expresa el legítimo ejercicio del derecho a la huelga como herramienta de presión para defender los derechos de los trabajadores.
• La marcha, esperamos multitudinaria, del 24 de marzo, reafirmando la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia ha merecido y sigue mereciendo nuestra voz militante y nuestra palabra ineludible.
Adherimos de corazón a las marchas mencionadas y tantas otras que se realizarán a lo largo y lo ancho del país.
Levantamos nuestra voz frente al incomprensible silencio del episcopado argentino que no se identifica con la urgencia del Papa Francisco por señalar el efecto asesino del terrorismo del dinero y el neoliberalismo que nos roban el futuro y la esperanza. Permanecen mudos frente a las injusticias que padece el pueblo, y frente a hechos jurídicamente insostenibles como la detención de Milagro Sala. Solo falta que el Vaticano pida su liberación, porque ya lo han hecho numerosos organismos internacionales. Parecen más identificados con esa pequeña porción del país que no pasa necesidades y recibe los mayores beneficios de las políticas de este gobierno. Queremos ser la Iglesia que acompaña los clamores justos del pueblo que sufre el saqueo del Estado y las políticas de ajuste. Queremos ser constructores de esperanza junto al pueblo.
5 de marzo de 2017
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