PRML: COLOMBIA - SE EXPANDE LA REBELIÓN DELOS PUEBLOS

Poniéndose a tono con el clima social que recorre América latina en los últimos meses, los trabajadores, estudiantes y el pueblo colombiano han salido a ganar las calles contra los planes de ajuste del gobierno pro-yanqui de Iván Duque. Las movilizaciones comparten motivos con los países de la región. El anuncio de la próxima aprobación de un paquete de medidas antipopulares, que conforman una reforma laboral y previsional, encendió la mecha: eliminación del fondo estatal de pensiones, aumento de la edad jubilatoria, reducción del salario para los más jóvenes hasta dejarlo en un 75% del salario mínimo, son las más chocantes de una serie de ataques al nivel de vida de las mayorías trabajadoras, tanto activas como pasivas. Junto con esto, hace meses viene creciendo el reclamo de los estudiantes por un aumento presupuestario para la educación, de allí que este sector sea uno de los principales impulsores de la jornada de protesta. Simultáneamente, y atravesando a todos los sectores populares, el repudio a la política oficial de exterminio de comunidades indígenas, referentes sociales y exguerrilleros, viene creciendo desde que asumió la presidencia Duque (hace poco más de un año), tiempo en el que ha quedado claro que la militarización es la única salida del gobierno frente a todos los conflictos sociales. El fracaso de los acuerdos de paz con las FARC de 2016 son otro factor que alimenta las protestas. Durante este tiempo, y en especial desde que asumió Duque, la constante son las matanzas del ejército y bandas paramilitares en comunidades rurales, avanzando sobre el antiguo territorio bajo control guerrillero. Así, a poco más de un año de asumir, el gobierno sólo cuenta con un 26% de aprobación. El paro nacional del 21 empieza a traducir en movilización callejera ese malestar que, con los vientos que soplan en la región, puede tomar forma de rebelión popular en los próximos días. Centrales obreras y movimientos sindicales, estudiantiles y sociales, convocaron al paro nacional del 21 de noviembre, en lo que constituye un hecho histórico para las últimas décadas del país hermano. Las multitudinarias movilizaciones inundaron las principales ciudades de Colombia, incluyendo cacerolazos, escraches a multinacionales y monopolios locales, y enfrentamientos con las fuerzas represivas que, al caer la noche derivaron en la declaración del toque de queda en Cali. El gobierno de Duque, que se preparó para esta jornada con un acuartelamiento de las fuerzas militares, y cerró las fronteras con Venezuela, Brasil, Ecuador y Perú, cerró la jornada con un discurso televisado que recordó a sus socios continentales Macri y Piñera, reconociendo que “había escuchado el mensaje del pueblo”. Acto seguido, descargó la represión contra los manifestantes, matando al menos a tres personas e hiriendo y deteniendo a centenares. Hay que destacar que en Colombia no había un paro nacional como el que acaba de darse desde hace 42 años. En la jornada de ayer casi no hubo gremios que no paralicen sus actividades, y no hubo ciudad en el país sin manifestaciones callejeras. A la noche, luego de que la represión dispersara gran parte de las manifestaciones, y en el momento en que Duque se dirigía a la población por TV, en varias ciudades se hizo escuchar por primera vez en la historia colombiana un cacerolazo. Al día siguiente se han registrado saqueos en diversos puntos del país y el toque de queda se extendió a Bogotá, capital del país. La percepción de que a los gobiernos del ajuste, la entrega y la represión se los combate con rebelión popular, se expande por todas las latitudes del continente. Los métodos de lucha del pueblo trabajador trascienden las fronteras y aceleran los procesos de organización. La tormenta social que está en pleno desarrollo en la región apunta contra los gobiernos que perpetúan la miseria popular, el saqueo de los recursos estratégicos y la sumisión al imperialismo. El reloj de la historia está marcando la hora en que las organizaciones antimperialistas y revolucionarias den un paso al frente y ocupen el lugar que sus pueblos necesitan para traducir tanto heroísmo de masas en experiencias de poder obrero, popular y revolucionario. PRML - 22/11/2019