Durante las últimas semanas en Jujuy el fuerte brote de Covid-19 ha puesto al descubierto el estado crítico del sistema sanitario, económico y social. Luego de un largo período sin trasmisión comunitaria, la provincia gobernada por Gerardo Morales, uno de los mimados de Macri, transita momentos dramáticos debido al aumento exponencial de los casos.

La red hospitalaria jujeña compuesta por 7 hospitales cuenta con un promedio de ocupación de las camas de terapia intensiva para pacientes críticos que supera el 93% y las camas de internación el 70%. Víctor Aramayo, Médico Pediatra, jubilado y actual secretario adjunto de CTA Autónoma (CTAA), dice que “no avizoramos que la situación vaya a mejorar en lo inmediato, por el contrario, va ir creciendo cada vez más el número de casos que al día de hoy tiene un promedio de 330 a 340 por día. La tasa de infección que tiene Jujuy en este momento está en 440 sobre 100 mil habitantes, pasamos a ser una de las cuatro provincias con peor situación sanitaria del país. La estructura sanitaria con estas cifras está claramente desbordada.”

Aramayo explica que ya con el 85% de las camas ocupadas se puede considerar colapsado el sistema porque “ese 15% restante es el margen que tiene que haber para producir la renovación, no solo del personal que está atendiendo, para evitar su contagio y agotamiento, sino también de los equipos que tienen que ser esterilizados, renovados, etc.”.

El médico es muy crítico del modo en que el gobierno provincial aborda la pandemia, dice que “el accionar general sanitario de quienes están integrando el llamado Comité Operativo de Emergencia (COE), deja mucho que desear, tanto en la conducción estratégica de la lucha contra la pandemia, como en el registro y la organización general del accionar sanitario para contener de una mejor manera la propagación de la epidemia en la provincia”. Enumera desde la provisión a destiempo y de mala calidad de los equipos de protección personal para personal de salud, hasta la falta de servicios para que la gente no muera en sus casas, traslados a centros de salud que se han realizado en coches fúnebres y tumbas cavadas por familiares de los fallecidos.

En este contexto las apariciones televisivas y por redes sociales del gobernador Morales merecen un capítulo aparte. Para muestra solo basta un botón y este merece ser atendido. Aramayo con gran indignación cuenta que el gobernador, quien es contador público nacional, “osó recetar medicamentos por televisión, indicándole a la gente qué tenía que tomar ante la aparición de síntomas que podían ser compatibles con el Covid-19 y, a la par, el Ministro de Salud, que es un médico radiólogo, incitó a la gente a que se automedique en sus domicilios”. La irresponsabilidad de Morales le valió una denuncia penal por infringir el artículo 208, que refiere al ejercicio ilegal de la medicina, y fue impulsada por Aramayo entre otros.

 

Crisis del sistema sanitario, económico y social

El secretario adjunto de CTA A considera que se ha llegado “al borde del abismo” por la situación crítica en que está el sistema sanitario, el sistema económico y la situación social.

Respecto del sistema sanitario explica que han asistido en los últimos años a una desestructuración del sistema de atención primaria de salud: “cuando la pandemia comenzó a golpearnos el sistema ya estaba con una debilidad estructural producto de políticas sanitarias equivocadas. La estrategia de atención primaria podría haber sido una barrera, una herramienta importante para afrontar la etapa de mitigación del Covid-19”.  Sin embargo, el avance de la mal llamada “Cobertura Universal de Salud”, CUS, recomendada por la propia Organización Mundial de la Salud, trajo como resultante el desguace del sistema de atención primaria en su estructura, en el número de personal y en los salarios de trabajadores/as que lo sostienen.

El sistema económico también es terreno de problemas severos. Gerardo Morales, el gobernador jujeño que va por su segundo mandato consecutivo, ha sido fiel seguidor del ex presidente Mauricio Macri y sus políticas, lo que ha sumergido en deudas a la provincia. Víctor Aramayo indica que “según el gobierno son 920 millones de dólares, pero los economistas de la provincia calculan que esa deuda se acerca a los 1.500 millones de dólares, si lo traducimos a pesos hoy debe superar los 80 mil millones, monto equivalente al presupuesto provincial de todo el año”. Este nivel de deuda debe ser afrontado por una provincia que, el médico jujeño explica, no tiene un perfil productivo: “Jujuy tiene una estructura laboral deformada, tiene solo 55 mil empleados en el sector privado, más de 80 mil empleados públicos y más de 100 mil planes sociales previo a la pandemia”.

Como sucede en todo el país, quienes hoy necesitan el apoyo de los planes del Estado son muchos más. La actividad económica se ha deteriorado profundamente para quienes trabajan el día a día, cuentapropistas, comerciantes y pequeños empresarios. Al calor de la pandemia se agravó la situación social, cuenta Víctor Aramayo que “los comedores barriales, llevados adelante con un despliegue enorme de solidaridad de clase de las organizaciones sociales, entre ellas la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie, Movimiento Evita, entre otras, han tenido que redoblar y triplicar sus esfuerzos para dar contención a la necesidad de un plato de comida o una taza de mate a miles y miles de jujeños y esto también ha quedado desbordado”.

 

Alto contagio en la provincia

Hay tres focos visibles de alto contagio en Jujuy. El primero tiene que ver con la imprudencia del gobernador Gerardo Morales que a comienzos de junio viajó con una comitiva a La Quiaca, ciudad fronteriza con Villazón, Bolivia, se movieron entre su equipo y la prensa alrededor de 60 personas. Parte del grupo con el que se trasladó cruzó al país vecino mientras éste transitaba un pico elevado de Covid-19, se contagiaron y al regresar a sus viviendas distribuyeron el virus por toda la provincia. Para mediados de mes el aumento de casos era notable.

Los otros dos focos de contagio son el ingenio Ledesma y la minera Exar S.A, en la que los casos de Covid-19 positivos se cuentan de a varios cientos y crecen los trabajadores que dejan la vida mientras estos grandes grupos económicos se niegan a detener la producción. Los y las trabajadoras tampoco han tenido respuestas de los Ministerios de Trabajo Nacional y Provincial ante las denuncias realizadas en defensa de sus derechos.

 

Gobiernos provincial y nacional

Aramayo comenta que en la provincia norteña se abren interrogantes acerca de qué motiva cierto trato preferencial de Alberto Fernández a Gerardo Morales. El gobernador ha sido un fuerte opositor al kirchnerismo, un gran aliado de Macri y un funcionario que administra de manera muy irresponsable desde los recursos hasta la información.

Víctor Aramayo celebra que el gobierno nacional haya enviado una comitiva de 25 profesionales y un refuerzo en aparatología para los centros que cubren la atención crítica. Sin embargo, explica que además Jujuy recibió cerca de 9 mil millones de pesos, más allá de la coparticipación federal, y duda de que otra provincia lo haya recibido. Destaca también que las cuentas de Morales son poco claras, que no se entiende a qué se destina el dinero recibido y las sospechas recaen, entre otros tipos de malversaciones, en un desvío para “un fenomenal aparato de propaganda y de marketing político que es abrumador en la provincia”, dice Aramayo.

 

Organización de los trabajadores para dar batalla a la pandemia

Los trabajadores estatales se han organizado para ayudar a la gente a enfrentar de una mejor manera el riesgo de infección por el coronavirus y también para que se escuchen sus reclamos sobre las condiciones de trabajo. En lo que respecta al personal de salud, que hoy es más esencial que nunca, trabaja en muy malas condiciones en la provincia, no solo por el deterioro del sistema sanitario sino por la falta de equipamiento, elementos de protección de calidad en la cantidad necesaria y a tiempo, falta de personal, condiciones de precarización y salarios desactualizados.

Han realizado múltiples jornadas de protestas porque quienes trabajan en Salud en la provincia están desprotegidos y en riesgo. Aramayo afirma que Jujuy es de las provincias con más alto índice de contagio entre el personal de la salud: “Hasta hace diez días nosotros teníamos contabilizados que el personal de la salud oscilaba alrededor del 25% infectados respecto al número general, cuando en el país este porcentaje oscila entre el 7,2 y el 7,5”. Pero además desde APUAP, gremio que nuclea a los profesionales de la administración pública, denuncian que a los trabajadores y trabajadoras de la salud que se contagian Covid-19 y deben tomar licencia, les han aplicado descuentos en los sueldos, por lo que ya se han efectuado denuncias y se espera que el gobernador y el ministro de Salud Gustavo Bohuid den respuesta urgente.

 

Un camino para salir de esta crisis

Sostener el aislamiento necesario para reducir la circulación del virus requiere de presupuesto, la propuesta desde el PTP, el PCR y la CCC es que se cobre un impuesto especial a las grandes fortunas. En Jujuy también se reclama que las actividades económicas que hicieron muchísimo dinero en los últimos años, y que incluso han sido favorecidas con quitas impositivas, puedan hacer un aporte para recaudar fondos con los que se afronten las dificultades sanitarias, sociales y laborales.

“Hay que asegurar que la asistencia nacional llegue a todos los lugares en tiempo y cantidad necesaria”, asevera Victor Aramayo refiriéndose al Ingreso Familiar de Emergencia, del que pide su mantenimiento e incremento, así como la asistencia a comerciantes, monotributistas, cuentapropistas y pequeñas y medianas empresas.