La pandemia ha aterrizado en el mundo desnudando en cada uno de nuestros pueblos a la
clase política que sostiene el neoliberalismo como así también las profundas crisis en la que están
subsumidos nuestros países. Un claro ejemplo de esto es lo que está ocurriendo en el hermano
pueblo de Perú con las cifras alarmantes producto de la situación de salud y la educación en el
marco de una economía donde el poder político queda al descubierto a través de la temática de
Odebrecht, la cual destituye a Pedro Pablo Kuczynski para dar paso al vicepresidente Martín
Alberto Vizcarra Cornejo quién, a pesar de los cambios que produce éste en la nueva composición
del congreso, corrió la misma suerte el reciente 9 de noviembre al haber sido destituido bajo la
acusación de incapacidad moral.
Mientras las luchas sectoriales se venían transformando en una constante práctica de
manifestación de aquellos que advertían el despropósito de una situación de ingobernabilidad con
la firme intención de violentar los artículos constitucionales 15, 16 y 17, no es casual que el 10 de
noviembre aquellos que destituyeron la Vizcarra nombrarán como nuevo presidente a Manuel
Arturo Merino de Lama quien no dudó en sacarse desde la hora cero la foto con el comando
superior de las fuerzas armadas. Este conjunto de hechos produjo una respuesta masiva del
pueblo de Perú sumándose con fuerza los sectores juveniles a quiénes se le respondió con hechos
de represión por parte de la Policía Nacional del Perú dejando un saldo de 63 heridos graves,
alrededor de 40 desaparecidos y 2 muertos. De esta correlación de hechos, hoy, en horas de la
tarde, y ya casi sin asombro para nadie, Manuel Arturo Merino de Lama renunció dejando al país
con vacancia presidencial y una crisis institucional sin precedentes.
En este contexto, nos resulta altamente preocupante las opiniones de algunos sectores
que proponen a las fuerzas armadas como garantes hasta abril del 2021, fecha en la que deberían
darse los comicios electorales, mientras las grandes mayorías reclaman las garantías democráticas
y el respeto a los Derechos Humanos.
Desde la CTA Autónoma de Argentina nos solidarizamos y acompañamos al pueblo de Perú
en este momento donde es urgente se restablezca el orden constitucional y democrático de esa
patria hermana, al mismo tiempo que denunciamos la responsabilidad del actual congreso por la
represión, persecución, desaparición y muertes de público conocimiento.
Pablo Micheli – Secretario General CTA Autónoma
Dora Martínez – Secretaria Adjunta CTA Autónoma
Marisol Ciriano – Secretaria de Derechos Humanos CTA Autónoma
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