martes, 26 de febrero de 2013
Desde nuestra organización repudiamos el atentado contra la AMIA, al igual que
la mayoría de los partidos de izquierda de este país. Por esa razón vemos
necesaria la conformación de una comisión investigadora independiente del
gobierno y la justicia, que lo único que han hecho es tratar de demostrar que
Irán es un “estado terrorista”, sumándose así a la campaña internacional
organizada por el estado sionista de Israel.
Desde esa ubicación declaramos nuestra
oposición a la “comisión por la verdad” y al memorandum de entendimiento con el
régimen iraní, que acaban de imponer Cristina y el canciller Timerman. Es que el
gobierno -con el visto bueno de Obama- continúa actuando con la misma lógica
del juez Galeano y el fiscal Nisman, o sea investigando la “pista iraní”.
Esto mismo lo acaba de aclarar Diana Malamud de
Memoria Activa, una de las asociaciones de víctimas del atentado, cuando en
Página 12 del 17 de febrero le preguntaban si confiaba en las negociaciones, a
pesar de que “Irán no es un interlocutor confiable”:
“Por supuesto que no lo consideramos un
interlocutor confiable. Estamos hablando de un país que tiene integrantes de su
gobierno sospechados de ser autores intelectuales del atentado a la AMIA. Pero
los imputados son ellos, con lo cual lo que hay que hacer es negociar con el
país donde están, no hay otra opción.”
Memoria Activa, al igual que otros sectores de
la comunidad judía, apoya la política del gobierno, jugándose a que el régimen
iraní -que en estos momentos está renegociando con los yankys su papel en la
región- entregue a alguno de los imputados.
Malahud explicó este punto de vista haciendo
referencia a lo que pasó varios años luego del atentado de Lockerbie, ocurrido
en 1988 en el Reino Unido:“Esto ya ocurrió en el caso del avión de PanAm con
Libia y finalmente Libia entregó a los terroristas sospechados. En ese momento
muchos habrán dicho que no debía negociarse con Libia.”
Cristina Krichner está aplicando una orientación
que ya funcionó con Kadaffi. Asumiendo que si fracasa -debido a la negativa de
los ayatollahs a que alguno de sus funcionarios se presente ante la justicia
argentina- Irán quedará “in fraganti”, dándole al gobierno y a los sionistas
más y mejores argumentos para condenarlo internacionalmente.
Cristina -como antes Menem y Néstor- sigue
eludiendo la posibilidad de acercarse al meollo de la cuestión, que no pasa por
Irán ni por el “terrorismo árabe”, sino por asumir que la principal
responsabilidad del atentado es del único estado terrorista de la región,
Israel, que fue construido artificialmente para masacrar a las masas árabes,
persas y palestinas.
Para encontrar la verdad hay que comenzar por
decir que la bomba explotó luego de que Carlos Menem se alineara
incondicionalmente a los yankys y al sionismo, apoyando la invasión de 1991 a
Irak y a cada uno de los ataques criminales perpetrados por Israel contra el pueblo
palestino: En 1992 volaron la embajada de Israel de Retiro y en 1994 la sede de
la AMIA.
Si quienes organizaron estos atentados trataron
de ayudar a la causa de los pueblos oprimidos de Medio Oriente, en realidad lograron
lo opuesto. A tal punto que le dieron una excusa excepcional a Menem para que
traiga al país a los agentes de la CIA y el Mossad -las dos organizaciones
terroristas más grandes del planeta- pidiéndoles que colaboren con la
investigación…
Los dictámenes de la justicia se basaron en las
“pruebas” brindadas por estos gangsters al servicio de los monopolios. De allí salieron
la “pista iraní” y los pedidos de captura para varios funcionarios de ese
estado y de distintos ciudadanos argentinos que profesan la fe islámica, como
el Sheij Abdala Madani, un reconocido luchador antiimperialista que esa época estaba
a cargo de la mezquita de Cañuelas.
Como socialistas no compartimos las políticas del
gobierno iraní, que para defender los intereses de las patronales persas,
aplica una salvaje represión y la ley del Corán; ni con el apoyo que le está
dando Ahmadineyad al carnicero de Siria, Al Assad. Sin embargo defendemos a Irán
de cualquier ataque imperialista o sionista; como en el fondo es este
“memorandun”, que constituye un verdadero presente griego.
Tampoco acordamos con la postura de la
organización de víctimas APEMIA, que cuenta con la simpatía de sectores de izquierda
integrantes del espacio Memoria, Verdad y Justicia. Aunque a diferencia de
otros, plantea la responsabilidad del estado argentino, no denuncia el rol
siniestro del Estado de Israel y mantiene la tesis de la “pista iraní”,
reclamando que ese país abra sus archivos secretos.
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