Héctor “Chino” Heberling dirigente del Nuevo MAS declaró: “rechazamos el memorándum del gobierno
K y postulamos una salida independiente para el esclarecimiento del atentado, que
parte de condenarlo como un método ajeno a los intereses de los explotados y
oprimidos. El camino debería ser el de
la formación de una comisión investigadora independiente integrada por los
familiares de las víctimas del atentado, organizaciones populares y de derechos
humanos que determine las responsabilidades del caso.
Para el
miércoles 27 día en que se votará el tema en la Cámara de Diputados está
llamada una concentración “para rechazar el memorándum” impulsada por sectores
de la comunidad judía como la
DAIA y la oposición patronal pro-sionista.
Se rechaza
el memorándum, pero para sostener la política del estado de Israel, que impugna,
por principio, toda relación con Irán.
Participar de esa concentración es hacerle el juego al
sionismo y al imperialismo que buscan aislar y condenar un
estado políticamente independiente, al
que defendemos del imperialismo sin por ello conceder el menor apoyo político
al régimen teocrático y reaccionario que está a su frente y que niega el genocidio del pueblo judío durante la Segunda Guerra
Mundial.
Los que
convocan a esta marcha se apoyan en un doble
estándar o una doble moral. Bajo el taparrabos del genocidio histórico
contra el pueblo judío se justifica otro actual. Porque el estado de Israel
surgió de la limpieza étnica del pueblo palestino, es un enclave del
imperialismo en medio del mundo árabe y practica de manera sistemática el
terrorismo de Estado sobre la población palestina y otros pueblos árabes
oprimidos de la región.
Por eso
consideramos un verdadero escándalo la
posición de algunas corrientes de izquierda que también llaman a concentrarse
en Congreso, ya que no hay manera de cambiarle el contenido a una jornada
dominada por la propaganda de los partidos patronales gorilas y los sectores
como la AMIA y la DAIA que defienden y apoyan
al sionismo y al imperialismo yanqui.
La
participación o no de esta concentración fue motivo de arduos debates entre las
corrientes de izquierda, mientras algunas ratificaban su
presencia sin importarle “mezclar las banderas con los otros convocantes” que
lejos de ayudar confunden a los compañeros que simpatizan con la izquierda,
otras se bajaban vergonzantemente aduciendo “diferencias tácticas”, en ese debate el Nuevo MAS fue claro:
concurrir a una concentración reaccionaria no es un problema “táctico” es un
problema político de primer orden, porque ninguna organización que se considere
revolucionaria puede hacer de furgón de cola en una concentración dominada por
los sectores pro-sionistas”.
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