La huelga docente en la provincia de Buenos Aires se desarrolla en un momento muy particular.
La misma estalló en medio de la aplicación de un ajuste en toda la línea por parte del gobierno nacional con la complicidad de las provincias, ya sean oficialistas u opositoras. Los tarifazos y los topes salariales, en un marco de creciente inflación, son custodiados por una represión creciente, que sin embargo no logra mellar la voluntad de lucha de vastos sectores de trabajadores: ahí están las tomas de fábrica en Liliana o en Valeo o la inmensa movilización de los estatales de la provincia, por mencionar algunos. También es de destacar que en el marco de distintas iniciativas recientes, como fueron la marcha de la CTA Micheli o el Encuentro Sindical Combativo, alrededor de 10.000 trabajadores se congregaron con el norte claro de enfrentar al ajuste.
El paro por tiempo indeterminado fue la respuesta de una base docente que desbordó a una dirigencia acostumbrada a cerrar acuerdos a costa de los trabajadores: así fue en 2013, cuando frente a una inflación de 29% no se pudo alterar el 22% de aumento impuesto por Scioli. También fueron sobrepasados los sectores que quisieron entrar al conflicto con cierta cautela. Hoy le toca a los educadores de la provincia más grande estar en la cabecera de la pelea que años anteriores ocuparon sus compañeros de Chaco, Tierra del Fuego, Chubut, Neuquén y Santa Cruz; y en el actual contexto eso también los pone a la cabeza de la lucha de los trabajadores contra el ajuste.
Es esa perspectiva la que espanta al gobierno y a la derecha en la oposición, al punto de unificarlos en una intensa presión destinada a derrotar la huelga. Se impone entonces la pregunta acerca de cómo seguir para que el conflicto culmine con un triunfo y de cómo se están moviendo las distintas conducciones en función de este problema.
Si a Baradel no le quedó tan incómodo tener que encabezar un conflicto cuyo primer destinatario es Scioli, su proyecto no pasa por auspiciar un desborde mayor; en este punto, llamamos la atención para que la marcha convocada por una CTERA ausente en todo estos días, no constituya un acto para preparar su retirada. Por su parte, más concentrada en disputas por arriba que por la suerte del conflicto, la convocatoria a una "marcha federal" de la CTA Micheli, más allá de ciertas denuncias genéricas, no ofreció una perspectiva para la lucha, amén de haber quedado muy por detrás de la masiva marcha a La Plata de 50.000 docentes, dos días antes. Y por último Moyano, que amagó durante largo rato a llamar a un paro contra el ajuste, finalmente lo convocó para el 11 de abril, casi 40 días después de iniciada la huelga docente, ya que su oposición al gobierno está atada a un recambio electoral dentro del peronismo y no está dispuesto a empujar más allá.
Así queda demostrado que la táctica de presionar a la burocracia para que encabece las medidas le regala la iniciativa a quienes no están interesados en pelear a fondo. La posibilidad de que la lucha triunfe descansa en los mismos sectores que la desataron y la hicieron llegar a este punto. La conducción de la huelga tiene que estar a cargo de los sectores combativos, representados en los Suteba opositores y en los autoconvocados, para trabajar en dirección a un paro nacional docente convocado por los gremios combativos de todo el país, principalmente en aquellas doce provincias donde el conflicto está en pleno desarrollo. Ese es el camino para construir el paro activo y piquetero con el conjunto del combativismo la izquierda y los que luchan sin depender de tiempos ni proyectos atados a las patronales. Se confirma una vez más la necesidad de generar ese espacio con identidad propia para que, rememorando aquellas ANT formadas en el 2001, hoy con los trabajadores a la cabeza, rodee de solidaridad las cientas de luchas desatadas, motorizando y encabezando la lucha contra el ajuste y los despidos. Redoblar el esfuerzo para elevar el conflicto con una jornada de paro activo con cortes de rutas en todo el país es un aporte concreto hacia el triunfo de la lucha docente.
PRML, 25 de marzo de 2014
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