18 jul 2016
EDITORIAL EL COMBATIENTE N° 71: "NO AL TRABAJO ESCLAVO"
Editorial El Combatiente Nº71
Amanda Cánepa·Domingo, 17 de julio de 2016
Partiendo de la base de que el país está inserto dentro de un contexto internacional que, por un lado, está sujeto al predominio del capital financiero imperialista y, por otro, inmerso en una crisis de súper producción, debemos considerar que la crisis afecta también a la Argentina que no es ninguna excepción dentro del concierto mundial. Esa situación enmarca cada acción de los gobiernos burgueses locales, sus políticas de ajuste y sus decisiones políticas basadas en sostener a cualquier precio la tasa de ganancia para la clase que representa a costa de los que vendemos nuestra fuerza de trabajo. Si hacemos esta aclaración es porque pretendemos desnudar en cuántas mentiras nos sumergen no sólo a través de sus promesas, sino usando su cómplice y socia prensa burguesa.
Eran MENTIRAS de todos los gobiernos que pondrían en marcha las fábricas del país, pero sobre todo, ya que estamos inmersos en la “revolución de la alegría”, son MENTIRAS que se derramaría capital industrial o productivo proveniente de alguna parte hacia Argentina a partir de cualquier semestre, no importando cuál. El capital que entra llega, cual golondrina, PARA ESPECULAR, para sumarse a la calesita de la timba financiera, capta intereses de oferta y sale raudamente, tan rápido como entró.
¿Cuál es la diferencia entre los capitales occidentales y los provenientes de China o Rusia? La diferencia entre esos capitales es el ESTADÍO DE DESARROLLO DE SU CAPITALISMO: mientras los capitales occidentales ya pasaron del estadio industrial al estadio financiero, los capitales industriales tanto chinos como rusos aún están en DESARROLLO y todavía no han pasado a transformarse puramente en especulativos. Esta situación explica por qué rusos y chinos vienen a Latinoamérica, donde está nuestro país, a invertir en emprendimientos por ahora lejanos a la timba y más cercanos a la producción. Esto no quiere decir que sean más “buenos”, sino que por su grado de desarrollo están enfocados hacia el desarrollo, al menos POR AHORA.
Las razones por las cuales el capital en occidente pasó de industrial a financiero son: 1) la existencia de una enorme masa de capital obtenida a través de la producción, fundamentalmente de petróleo, que permitió que la burguesía financiera internacional otorgara préstamos para endeudar a la inmensa mayoría de los países del mundo a través de sus organismos de crédito como el FMI o el Banco Mundial. Es así como nacen las deudas externas. Luego pasaron de etapa para apropiarse de todas las empresas públicas de los estados. 2) el desarrollo de la velocidad en las comunicaciones y 3) el abaratamiento del transporte. Estas tres condiciones permitieron la expansión del capital financiero y su predominio en el mundo occidental.
Si tenemos en cuenta esta situación tanto OBJETIVA como MATERIAL del estadio del capital financiero occidental, podemos concluir fácilmente en que ningún capital en esas condiciones vendrá al país para “invertir” en emprendimientos productivos de alguna especie, sino que vendrá a comprar y vender bonos, acciones, etc. siempre y cuando la ganancia sea RÁPIDA. ¿A qué nos referimos? A que mientras el capital financiero da veloz ganancia cuando percibe intereses o hace EN HORAS diferencias en su favor a través de la compra y venta de acciones o bonos en la bolsa, el capital industrial sólo se realiza y percibe su ganancia cuando vende su producción. Así, tardará mucho más porque el proceso productivo de fabricación de cualquier objeto vendible implica un tiempo mucho mayor.
Éstas y no otras son las razones por las cuales venimos sosteniendo que no habrá NINGÚN “derrame” de capitales proveniente de los “socios” a los que se alineó el gobierno del PRO: ni de Estados Unidos, sumido en una crisis terminal con ciudades industriales fantasmas como Detroit, por ejemplo, ni de Europa sumergida en un colapso interno agudizado por el brexit inglés y la crisis de súper producción como la alemana, también sólo por poner un ejemplo.
Los viajes de Malcorra a China Rusia, tal como anticipamos en nuestro anterior editorial, fueron para reavivar la relación con ambos países después de la bravuconada de antes de ser elegidos para gobernar. Y no es casual que hayan tenido que retroceder sobre sus estúpidas apreciaciones: no tardaron mucho en descubrir que la lluvia de capitales sólo es real como consigna electoral y no pasa de ahí.
En este mismo marco es que el presidente viajó por Europa para intentar “vender” las bonanzas de un supuesto Mercosur (del que también renegaron los macristas) a los dirigentes europeos. Cuando menos causa gracia por dos razones: una, que el Mercosur, como consecuencia de la situación interna de Brasil y Venezuela más el tironeo entre varios países para cederle la presidencia Pro Témpore que le corresponde a Venezuela y que, al momento de estas líneas aún no se ha terminado de dirimir, dejan expuesto al Mercosur como una bolsa de gatos enfrentados difícil de ser considerado un ámbito que garantice ningún negocio. La otra, la propia situación europea, sumida como está en varios frentes abiertos que abarcan desde las sanciones que mutuamente se han aplicado con Rusia, hasta la resolución de la desintegración de la Unión Europea y la posibilidad de que salpique a la OTAN.
Lo cierto es que llegó el cacareado segundo semestre y el gobierno se vio obligado no sólo a postergar la fecha de la supuesta mejoría económica, sino a apelar a absurdos como la teoría del “túnel” oscuro por el que atravesamos que, al fondo, tiene una luz de esperanza, esgrimida por la vicepresidente en un rapto entre metafísico y fantoche de “análisis político” para idiotas.
Lo que no dice ningún gobierno burgués –y éste no es ninguna excepción- es que la única manera de conseguir divisas genuinas es a través del traslado de las ganancias de la burguesía campesina: hacerse dueño del comercio exterior para distribuir la enorme riqueza del campo en la producción de bienes y servicios, una medida que TODOS eludieron en las sucesivas dictaduras y “democracias” desde la creación del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) en 1946. Efectivamente, este organismo funcionó bajo la órbita del Banco Central para centralizar el comercio exterior y actuar frente a las coyunturas internacionales. Poco a poco, con el transcurso de los años y la sucesión de dictaduras militares, el IAPI perdió vigencia y nada casualmente fue disuelto por Domingo Cavallo en 1991 durante el gobierno de Carlos Menem. En realidad, desde 1955, el IAPI había sido dejado de lado. Cavallo le puso fin a la Junta Nacional de Granos y a la Junta Nacional de Carnes, aunque ya no funcionaran desde hacía décadas.
Si algo representa el actual gobierno son los intereses de la oligarquía de la bosta, por eso le sacó las retenciones a todos los cultivos, con la excepción de la soja, a la que les redujo un 5%. ¡Lejos está de tomar medidas que vuelquen capitales del campo hacia la producción, más bien, todo lo contrario! Y como también representa los intereses de las multinacionales, expresados en la elección de un CEOgabinete empresarial que atiende específicamente esos intereses, favorece con su política económica la tasa de ganancia de esas empresas, entre las que están las mineras, a las que también les eliminó las retenciones. Si se considera que el gobierno ha renunciado a una fuente de recursos que podían distribuirse socialmente, se colige de ello que los recursos del estado tendrán que ser sacados de otra fuente: NOSOTROS los trabajadores, los que producimos, los que vendemos nuestra fuerza de trabajo y a los que nos extraen plusvalía directamente cuando se trata de nuestros salarios por nuestro trabajo o indirectamente cuando se aplican devaluaciones, aumentos de tarifas por servicios públicos y se mantienen no sólo el descuento del IVA, sino también la inflación como impuesto encubierto.
La enorme transferencia de recursos de los asalariados y pobres del país tiene un solo destino: los poderosos, la clase dominante, la burguesía para quien gobierna y administra el estado burgués. Eso es lo que ha venido a hacer el gobierno macrista, ninguna novedad, dado que ya lo hicieron TODOS los gobiernos burgueses supuestamente democráticos y todas las sucesivas y anteriores dictaduras.
Y no sólo se favorece a la burguesía terrateniente local, sino también a la internacional: con la reciente modificación por decreto de la Ley de Tierras Rurales, prácticamente se eliminan las restricciones para la venta de campos a extranjeros impuestas por el gobierno anterior en diciembre de 2011. Que Prat Gay le haya pedido “disculpas” al gobierno español por los últimos años del país es anecdótico al lado de estas medidas que ponen en hechos sus palabras. La manera de arrodillarse de este gobierno aún no encuentra límites. Y más que arrodillarse, se arrastra, aunque a la vuelta de cada una de sus canalladas, lógicamente también se beneficia en los negocios en los cuales la mayoría de sus funcionarios son socios de los que deben “perdonarnos”.
Cuando se remarca la mejor distribución del ingreso del gobierno anterior, no se dice qué ingresos distribuyó mejor. Creemos necesaria la aclaración: lejos de quitarles a los poderosos para distribuir recursos hacia los pobres, planes y programas sociales estuvieron asentados en la apropiación de recursos genuinos de los trabajadores en actividad. Así, transformaron la ANSES en una especie de banco que financió todos los planes y programas, subsidió a empresas privadas y negó, a su vez, el 82% móvil a los jubilados aduciendo que no había recursos para cubrir la actualización de los haberes de los trabajadores pasivos. Por otra parte, también se apropió de otros recursos de los trabajadores, cayéndoles, directamente, sobre sus salarios con el Impuesto a las Ganancias, una medida reglamentada en 1998 durante el gobierno de Carlos Menem que TODOS los sucesivos gobiernos mantuvieron, SIN EXCEPCIONES, como fuente inagotable de recursos. Como era de esperar, este gobierno, más allá de sus promesas electorales, mantiene rigurosamente el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, igual que su mentor y antecesor Menem. Y nuevamente la ANSES es objeto de rapiña, ahora con el proyecto que ya tiene media sanción y que apunta a vender las acciones en poder del organismo que ya sabemos quiénes comprarán: los empresarios que han arribado a la casa rosada como gobierno y sus socios, cómplices y amigos. También el macrismo, igual que el anterior y porque no tiene nada de zonzo, está utilizando NUESTROS APORTES para financiarse, pese a que era muy “crítico” cuando lo hacía el gobierno pasado: ya usó más de 1.000 millones de dólares del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, los últimos 660 emitiendo Letras del Tesoro.
No le alcanzó con la brutal transferencia de recursos realizada a través de la devaluación, sino que prosiguió con los tarifazos y los impuestazos que repercuten en los asalariados y los pobres aumentando el costo social de la política descarnada que la burguesía hace recaer sobre nuestras espaldas para mantenerse en medio de SU CRISIS. La política de despidos masivos de trabajadores del estado, extendida a la actividad privada es un aspecto más de la política general que se está aplicando en otros países del mundo en contra de los que vendemos nuestra fuerza de trabajo. Basta con ver las multitudinarias manifestaciones de los trabajadores franceses en contra de la reforma laboral para descubrir que la burguesía financiera imperialista tiene un solo remedio genérico para su crisis: caerles por la espalda a los explotados. Y Macri ni siquiera hace populismo barato: directamente aplica las recetas genéricas para la “enfermedad” que genera el capitalismo.
Y si algo tiene la burguesía es coherencia con sus intereses. A muchos sorprende el cambio de bando de decenas de diputados del Frente para la Victoria hacia el conservador y tan fascista como Cambiemos, Partido Justicialista. Sin vergüenzas ni pudores, día a día desangran al supuesto progresismo de una de sus corrientes internas, el mal llamado kirchnerismo -dado que sólo es una expresión más de las PREVISIBLES dentro de un partido policlasista- en lo que parece un camino absurdo. Lo que muchos llaman “traición” a sus bases es en realidad la vuelta a su origen de clase, el oportunismo de un puñado de sátrapas que ayer se presentaban como nacionales y populares y que hoy no le hacen ningún asco a levantarle la mano al macrismo y todas sus medidas antipopulares y reaccionarias. Y la confusión que generan no debe tomarse como un efecto colateral o inocente, sino como el OBJETIVO de DESARMAR A LAS MASAS, de sumirlas en la desesperación al dejarlas a la deriva sin reflejos para oponerse de forma organizada y sostenida hasta aplastar al enemigo de clase que nunca estuvo más al desnudo que ahora. Nada es casual en la política burguesa y nosotros tenemos la obligación de denunciar todas sus trampas, todos sus personeros y todas sus argucias canallas.
Y tampoco escapa a las generales de la ley Cristina Kirchner, quien nuevamente aterrizó por pocos días en Buenos Aires, recibida con ansiedad e ilusión por sus militantes que esperaban de ella alguna “línea” para enfrentar al gobierno pero, sobre todo, que los vuelva a LIDERAR como ella los había acostumbrado. Lejos de hacerlo, sostuvo que “Cuando los dirigentes no respondan, tomen la bandera y marchen adelante; acá no hay salvadores ni mesías”, lo cual implica que no está dispuesta a encabezar una oposición ni desde el sur ni desde las sombras ni desde ninguna parte. Tomó distancia desde varios ángulos: cuando, a pesar de sus críticas, sostuvo que quiere que al gobierno le “vaya bien”; cuando dijo que ella venía porque también tiene una familia (es decir, no vino ni a bajarle línea ni a liderar a nadie, sino que redujo su estadía a cuestiones estrictamente personales, entre las que estaba su nueva comparecencia en Comodoro Py); cuando se puso como espectadora de los sufrimientos del pueblo víctima de la política del gobierno hablando de la “tristeza”. Quizás lo más negativo fue que expresara “No hay ni apellidos ni nombres salvadores, hay construcciones colectivas. Nadie puede constituirse en vanguardia de nada que la gente no quiera ser” a una militancia que ella creó totalmente dependiente de su persona y sus decisiones y juicios personalísimos que, ahora, sin su liderazgo, queda sin NINGUNA herramienta para hacer lo que nunca hizo: arreglarse sola, pensar por sí misma, accionar sin la mujer que les dijo siempre a sus militantes qué hacer, qué no criticar, cuántos y qué sapos debían tragar… Les soltó la mano ante las hienas conociendo, como lo conoce, al pejotismo, cómplice del macrismo… Y los dejó a la deriva para que los terminen de desalentar, aplastar y desmembrar. Les habló del “empoderamiento”, un absurdo abstracto que choca con la realidad: los empoderados apenas si atinaron a organizar algunas mateadas de protesta en las plazas... “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”, dijo Carlos Marx y recordamos aquel 1º de mayo, cuando Perón les soltó la mano a los revolucionarios peronistas. Como agravante, esta militancia habla de “liberación” cuando en los hechos sostuvo a un gobierno burgués, mientras que aquélla de los ’70 peleaba por la PATRIA SOCIALISTA cuestionando directamente al sistema. Y si de algo estamos seguros es de que no hay liberación posible sin revolución.
Mientras muchos soñaban con que el macrismo tenía un futuro de helicóptero a corto plazo, el Partido Justicialista le llenó el carretel de hilo a costa de su propia base, transformándose sus dirigentes en actores de una MISMA POLÍTICA. En nada difieren los ajustes realizados por las gobernadoras del Frente para la Victoria de Tierra del Fuego y Santa Cruz: tanto Rosana Bertone, como Alicia Kirchner, respectivamente, han aplicado sobre sus gobernados desde la política de los despidos, hasta la represión legal e ilegal con el uso de patotas atacando directamente a los trabajadores que protestan, al mejor estilo de épocas pasadas que muchos creyeron superadas. Y es el gobierno de Santiago del Estero, a cargo del radical Zamora, el mismo que antes gobernó en consonancia con el gobierno nac y pop, ahora deja zona liberada para que el dueño de la gaseosa Manaos ataque por mano propia con su patota a la Comunidad del Bajo Hondo, donde desde hace más de tres años sus habitantes resisten los intentos de desalojo por parte del “empresario”. Es en la Provincia de Córdoba, gobernada por el candidato del peronista De la Sota, donde ya hay veinte muertos como consecuencia del frío, “efecto colateral” del tarifazo del gas. ¿En qué difieren esas zonas liberadas de la zona liberada en favor de otra patota empresarial, la que arremetió en Capital Federal contra el Diario Tiempo Argentino? Absolutamente EN NADA.
Y no sólo el gobierno macrista cuenta con el aval del pejotismo político, sino que también se apoya en el pejotismo sindical atornillado en la mayoría de los sindicatos pero, sobre todo, responsable de las tres CGTs. La inocultable COMPLICIDAD de los Moyano, los Barrionuevo o los Caló y toda sus larvas derivadas es absolutamente impune y vergonzosa. Dan asco y repulsión cuando hablan y cuando callan, porque el silencio que mantienen ante cada política entreguista de los derechos de los trabajadores, cada ajustazo y cada tarifazo nos da náuseas. Cada vez más despegados de los trabajadores se revuelcan en sus luchas intestinas promoviendo y cacareando una supuesta unidad para agosto, que no será otra que la unidad del espanto, de los traidores y de la canalla en su máxima expresión por el lugar que ocupan. Deberían estar estrechamente ligados con nuestros reclamos, pero sólo están ligados a sus intereses, porque hace mucho que no son trabajadores y que gracias a cada gobierno burgués se han transformado en patrones, dueños de empresas que tienen más en común con cualquier miembro del CEOgabinete que con nosotros.
Sin embargo y a pesar de todo, los trabajadores somos creativos, salimos a la calle y hemos logrado que a fuerza de tanto amparo, tanta denuncia, tanta marcha con frazadas y sin frazadas se fueran desgajando, primero tímidamente, fallos judiciales que frenaran las tarifas del gas y que, ahora masivamente, terminaran confluyendo en el fallo de una Cámara Federal que deja tecleando no sólo al ministro Aranguren, sino al gobierno en su máxima extensión, cuando ANULA las resoluciones que dictaminaron el aumento del gas, un fallo que termina protegiendo a todos los damnificados del país. Es que la burguesía también tiene sus contradicciones y luchas intestinas: el aumento del gas no sólo lo pagamos los trabajadores y pobres, sino la pequeña burguesía, las pequeñas y medianas empresas que se ven aplastadas y condenadas a la extinción de la mano del gobierno que ellos mismos pusieron en la casa rosada. Esta medida es el máximo revés que ha cosechado el gobierno desde que asumió, a la vez que deja desnuda a la invisible oposición pues, con la omisión de su acción, permitió, avaló y convalidó TODAS las medidas macristas. Deberían rendirles explicaciones a quienes los votaron, esperanzados en que serían defendidos con su accionar. Sus votantes deberían impedirles que caminen tranquilamente por la calle por sinvergüenzas y cómplices. Porque si hemos llegado hasta aquí, justo es decir que esa dirigencia peronista es la que CONVALIDA y LEGITIMA a este gobierno de los ricos para los ricos. Y justo es apelar a nuestros pares de clase para que se pronuncien, los persigan y les exijan que hagan lo que les prometieron cuando se maquillaban de progres y pregonaban miembros del campo popular.
De todos modos, el fallo judicial de la Cámara Federal de La Plata es apenas temporal: el gobierno ha salido corriendo con la escupidera a pedirles a sus socios y amigos de la corporación judicial que lauden en su favor. Así, será la Corte Suprema la que dicte el veredicto en la contienda gobierno versus usuarios. Ha trascendido que hasta mediados de agosto no se expedirá, lo cual da un respiro a los usuarios para que siga transcurriendo el invierno con el precio del gas retrotraído a valores de marzo de acuerdo con el fallo de La Plata. El fallo de la Corte Suprema dependerá también de nuestro grado de movilización para la protesta y de la presión que hagamos para que no convalide los aumentos, por lo cual deberemos proponernos aumentar la lucha contra el tarifazo en todo el país.
Y otro triunfo popular es la renuncia del canalla Lopérfido, ese radical que fuera el redactor del decreto de estado de sitio de De la Rúa, facilitando el asesinato de treinta y tres personas durante diciembre de 2001, cuando el helicóptero fue la mejor salida para ese presidente que hoy se fotografía exultante en la Embajada de Estados Unidos y festejando la independencia del país paradigma del capitalismo, las guerras de rapiña y las dictaduras militares en Latinoamérica. Las fotos, en ese festejo, de los integrantes del CEOgabinete más algunos impresentables de la historia reciente deben tomarse como símbolos de lo que hay detrás de ellos: UN PROFUNDO ODIO DE CLASE HACIA NOSOTROS, expresado de todas las maneras posibles, desde la minimización de la pobreza hecha por Javier González Fraga, hasta las canallas palabras de Lopérfido negando a nuestros compañeros desaparecidos; desde hacer un negocio con Shell de Chile respecto del gas, encareciéndolo 128 veces más que el gas boliviano, hasta el desmantelamiento voraz de todos los programas sociales que favorecían a los más pobres; desde los despidos en el estado enfocados especialmente a la base del sector peronista kirchnerista para desmantelarla con acuerdo del pejotismo, hasta cada aumento de tarifas que han esquilmado los salarios de todos los trabajadores; desde las zonas liberadas para patrones y patotas, hasta el uso de la fuerza pública y la judicialización de la protesta reflejada en 35 dirigentes sindicales procesados en el país.
Muchas veces lo hemos dicho y no nos cansamos de repetir las palabras de Santucho: “Éstos son los gobiernos que tendremos hasta la toma del poder”. Se suceden unos a otros, con algo de anestesia y engaña pichangas populistas que contienen y frenan a las masas o sin nada de anestesia que con violencia sobre todos nosotros nos acorralan sin darnos ninguna salida. Esa violencia es percibida cada día por cada uno de nosotros. Son violencia los despidos, las suspensiones, la judicialización de la protesta, la inflación, los techos salariales, el Impuesto a las Ganancias sobre nuestros sueldos, los aumentos del gas, la luz, los servicios y el transporte, el aumento de los alquileres, el desmantelamiento de los planes sociales, las devaluaciones, la insensibilidad social, la represión de las fuerzas de seguridad, el libre accionar de patotas sindicales y/o patronales, las maniobras distractivas para frenar los reclamos, las idioteces que nos dicen, las mentiras con que pretenden engatusarnos. TODO ESO ES VIOLENCA. Y si algo sabemos es que la violencia, aparte de ser la partera de la historia, genera violencia. A no sorprenderse cuando el reclamo social se exprese con la previsible violencia generada por la burguesía. A no asombrarse ni preguntarse qué pasó si éramos tan felices en la revolución de la alegría. Acá, los únicos que están felices son los de siempre, los poderosos, los explotadores, los especuladores, los sojeros, los propietarios mineros, las multinacionales y sus socios locales. El resto no. El resto los padece y enfrenta de acuerdo con su grado de organización y conciencia.
Como clase, aún estamos a la defensiva. Sin embargo, al calor de las luchas, habremos de parir a los mejores que nos dirijan hacia el triunfo. Saldremos, como otras veces, de esta encrucijada, pero deberemos tener en cuenta que, para ello, tenemos que llevar a la práctica lo que tantos pregonamos cuando hablamos de unidad NECESARIA e IMPRESCINDIBLE. Hay atajos para lograrla: ponernos de acuerdo en puntos concretos, dejar para más tarde las razones que nos separan, las diferencias que nos distancian y avanzar juntos, pluralmente, con respeto, sin sectarismos, con generosidad. Nosotros seguimos proponiendo:
1. Ruptura de los pactos políticos, militares y económicos con el imperialismo.
2. Hermandad latinoamericana.
3. Defender las garantías constitucionales.
a. Derecho al empleo, a la vivienda, a la educación y a la salud.
b. Respeto a la libertad de expresión.
4. No a los despidos y suspensiones.
a. Aumento salarial del 50%.
b. Derogación del impuesto a las ganancias.
c. Derogación de las leyes de flexibilización laboral.
d. Derecho al trabajo digno.
e. Libertad de agremiación.
f. Derecho a huelga.
5. No a la represión.
a. Derogación de la Ley Antiterrorista.
b. No al gatillo fácil.
c. Desmilitarización de las fuerzas de seguridad.
6. No al tarifazo.
Si algo tuvo siempre claro el PRT es que nada se resuelve dentro de los parámetros del capitalismo. Es necesaria la Revolución. De allí las palabras tan vigentes de Mario Roberto Santucho, Secretario General del Partido Revolucionario de los Trabajadores y Comandante del Ejército Revolucionario del Pueblo. Este 19 de julio se cumple el 40º aniversario de su desaparición, 40 años de ignominia, de escarnio a nuestra clase, de súper explotación y genocidio. Muchos reivindican su figura, pocos lo imitan en la práctica. Pasar de los dichos a los hechos, llevar a la práctica el legado de Santucho y los compañeros de los ’70 debe trascender la palabra y traducirse en acción, generosidad, amplitud, coherencia, compromiso, abnegación. No hay otra manera de homenajear a un revolucionario. Hay un solo camino que lo reivindique: continuar su obra hasta llegar al objetivo, el poder de los trabajadores para los trabajadores. No hay atajos ni carriles intermedios. No se transita absolutamente NADA con floridos parlamentos intelectuales pero despegados del sujeto histórico y su vida, su realidad, su postergación y su sacrificio. No hay manera de honrar a los compañeros contentándose con populismos baratos MUY LEJANOS a los objetivos del gran Santucho y todos los caídos por el socialismo.
19 de julio, Mario Roberto Santucho, Domingo Menna, Benito Urteaga, Fernando Gertel, Ana María Lanzillotto y Liliana Delfino ¡PRESENTES! Ahora y siempre, hasta la victoria final. Nos vemos en la lucha, compañeros. ¡A trabajar por la unidad!
AVOMPLA.
Amanda Cánepa.
9 de Julio de 2016.
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