El gobierno, con el apoyo de la oposición patronal y la burocracia sindical, está pegándole golpes muy duros al movimiento obrero, a través del “impuesto” inflacionario, los tarifazos, los despidos y las modificaciones en determinadas leyes. ¡El objetivo es “bajar los costos”, que en otras palabras significa explotar mucho más a la clase trabajadora, para que la crisis que provocaron los de arriba la paguemos, como siempre, los de abajo!
El próximo paso de Macri, Vidal, todos los gobernadores y el conjunto de los empresarios será tratar de imponer un “techo” salarial en las próximas paritarias del 18 al 20%. Si lo pueden hacer, la rebaja salarial de este año será enorme, por lo tanto todo - para los trabajadores y el pueblo - costará el doble.
Con modificación de la ley de ART, que consiguieron en acuerdo parlamentario con todas las fuerzas que dicen ser opositoras, como el kirchnerismo, la vida de los trabajadores continuará rifándose en las fábricas, pero ahora sin contar con la posibilidad de emprender juicios contra los responsables de los accidentes laborales, que son los patrones y el propio estado.
A pesar de la traición de los burócratas de la CGT y el CTA, que no han movido un dedo en contra del ajuste, la flexibilización y los despidos, cientos de miles de trabajadores han salido y continúan saliendo a la lucha para defender sus derechos, como en Bangho, Cresta ROJA, Cerámica San Lorenzo, Siderar y los petroleros, marcando el rumbo de las próximas luchas, que será durísimas.
En ese contexto, el conflicto de los gráficos de AGR-Clarín es un caso “testigo”, porque su patronal y el gobierno pretenden derrotar a los compañeros para amedrentar al resto de la clase trabajadora, mostrándole que hay que aceptar mansamente los planes de súper explotación que reclaman las grandes patronales.
Los dirigentes de la CGT y la CTA, lejos de responder a esta ofensiva de los de arriba, lanzaron una marchita para el 7 de marzo y un posible Paro Nacional para fin de ese mes. ¡Un saludo a la bandera, que demuestra de qué lado del mostrador se ubicaron, quienes están actuando como capataces del plan del gobierno!
Frente a esto, las bases deben tomar en sus manos la defensa de sus conquistas, impulsando asambleas, reuniones de luchadores y plenarios de delegados que resuelvan medidas de lucha en cada una de las fábricas y empresas. ¡Es necesario pasar por encima de los dirigentes traidores y empezar a levantar la guardia para evitar más despidos y pérdidas de las conquistas!
Cuando las patronales se nieguen a dar aumentos que recuperen lo perdido por la inflación o despidan - excusándose en la “crisis” – hay que imponer la apertura de los libros contables para determinar cuáles son sus reales condiciones económicas y financieras. ¡Si no pueden seguir funcionando, el estado las debe expropiar para garantizar su continuidad laboral, bajo control obrero!
Si el nivel de producción baja – que no es culpa de los trabajadores, sino de los patrones y el gobierno – se debe imponer el reparto de horas, sin afectar el salario, para que todos/as puedan seguir trabajando. ¡Es hora que la crisis la paguen quienes la provocaron y no los trabajadores, que son los que siempre pagan sus consecuencias!
Hay que barrer a los delegados traidores, reemplazándolos por compañeros y compañeras que lleven adelante la decisión de la mayoría. Los/as nuevos/as delegados/as, la izquierda y las organizaciones combativas deben convocar a un Encuentro Nacional de Luchadores/as que resuelva el Plan de Lucha que se niega a llevar adelante la burocracia, organizando piquetes que bloqueen los accesos a los parques industriales, terminales del transporte y accesos de las principales ciudades.
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