El gobierno nacional ha anunciado a
través de su ministro de energía, el aumento de las tarifas eléctricas para los
usuarios de Edenor y Edesur.
Este gobierno, como el anterior,
mantiene el sector energético privatizado y solo garantiza con estas
modificaciones de los valores finales de la electricidad consumida, la mejora
de la tasa de ganancia de las empresas privadas.
Desde esta central nos preguntamos
para qué se requieren empresas privadas en el sector energético, ya que desde
1991 no han hecho más que encarecer la energía, llevarse fronteras afuera
ganancias millonarias en dólares y agotar la infraestructura que tanto SEGBA,
como Agua y Energía Eléctrica habían desarrollado para brindar mejores
servicios y más baratos que los que brindan las multinacionales actualmente.
A tal punto ha llegado el deterioro
del servicio, que la continuidad del mismo depende de que se eleve o baje
demasiado la temperatura.
La crisis ha llevado a instalar pequeños,
ruidosos, muy contaminantes y también carísimos generadores en la vía pública,
para crear la ilusión de un servicio estable, que en realidad, se sostiene con
alambre, además de poner en riesgo todos los días la vida de miles de
trabajadores tercerizados, que al no contar con el Convenio Colectivo que les
corresponde, se convierten en carne de cañón de lo que hasta hace un poco más
de veinte años era un servicio público brindado por el Estado y con todos sus
trabajadores en planta permanente.
El Presidente de la República
expresó en paralelo a la medida que anunciar un aumento," no es simpático
pero es el camino para tener energía", y luego agregó, "hay que ir
recomponiendo lo que vale la energía, sino el país se queda sin energía".
Estas palabras que intentan
describir una crisis de oferta que requiere de la comprensión de la sociedad,
esconde justamente el motivo de la crisis.
Aumentando no se resuelve el
problema del saqueo que producen las empresas privadas. Argentina produce el
60% de la electricidad que consume a partir de usinas térmicas que consumen gas
y petróleo.
Argentina fijo internamente, el
valor del petróleo más caro del mundo, muy por encima del precio internacional,
teniendo costos locales baratos. Lo mismo pasa con el gas. Con estos precios de
los combustibles la electricidad es artificialmente cara y por lo tanto el
aumento de su tarifa no contribuye a mejorar el servicio.
Esta Central de Trabajadores
denuncia el saqueo energético que provoca el sistema de privatización de los
servicios públicos y de los recursos naturales como el petróleo y gas, al mismo
tiempo que rechaza absolutamente los aumentos de la electricidad, gas y
combustibles y declara la necesidad de recuperar soberanamente los recursos
energéticos y las empresas de servicios públicos para que la energía vuelva a
ser un Derecho Humano, un Bien Social y un problema de todos.
Pablo Micheli – Secretario General CTA
Autónoma
José Rigane – Secretario Adjunto CTA
Autónoma
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