Por Nicolás Riu
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continua cosechando enemigos entre la población de su país, luego de que saliera a atacar a los jugadores del futbol americano, NFL, por sus métodos de protesta contra el racismo. Mediante su cuenta de Twiter, el mandamás yanqui cuestionó a los jugadores que hacen esto arrodillándose cuando se canta el himno en los estadios.
Trump tildó de “hijo de puta” a Colin Kaepernick, el ídolo afroamericano de la NFL que impuso esta modalidad un año atrás en señal de protesta contra la violencia policial hacia los negros estadounidenses. “¿No les gustaría ver a uno de esos presidentes de la NFL - cuando alguien falta al respeto a nuestra bandera - decir "Saca a ese hijo de puta de la cancha ahora mismo, está despedido?” Gritó ante la euforia de su público en un acto en Alabama.
Colin había declarado: "No me voy a levantar a mostrar orgullo ante la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color… Continuaré quedándome sentado cuando suene el himno, porque voy a apoyar a los oprimidos. Es algo que tiene que cambiar, y cuando vea ese cambio y la bandera comience a representar a todos por igual, entonces me levantaré”.
El jugador afroamericano se terminó transformando en una referencia no solo para compañeros los jugadores de color sino para muchos blancos que decidieron imitar su gesto de rebeldía contra el “gatillo fácil” y las movilizaciones de los supremacistas blancos. Esta actitud, que comenzó en la NFL, está desembarcando en otros deportes, como el básquet de elite - NBA - donde “Manu” Ginóbili, el entrenador de los San Antonio Spurs y la súper estrella Lebron James, tomaron partida contra el racismo.
En 1996, el jugador de la NBA Mahmoud Abdul-Rauf, que había reaccionado como Kaepernick - repudiando la discriminación hacia los musulmanes – fue inmediatamente separado del equipo y suspendido de la liga. Esto no sucede ahora con los deportistas “rebeldes”: en primer lugar por la masividad de la protesta y, en segundo término, por el constante y sistemático deterioro de la autoridad del presidente Trump, quien lejos de resolver el problema lo profundiza, echándole “nafta al fuego”.
Por eso, luego de sus declaraciones, el entrenador de los Baltimore Ravens y sus jugadores se tomaron las manos en señal de protesta antes del partido del domingo, mientras que el dueño de los Jaguars bajó al césped para solidarizarse con sus jugadores, muchos de los cuales se arrodillaron. La comisión directiva de la NFL le puso la “frutilla al postre”, publicando una declaración cuestionando los dichos de Donald Trump.
Luego de emprenderla contra musulmanes, “dreamers”, chicanos e inmigrantes en general, el jefe del imperio ha sumado un enemigo muy poderoso e influyente, cuyo involucramiento contribuirá a profundizar la crisis y debilitamiento históricos del principal país del mundo, lo cual constituye una buena noticia para los trabajadores y los pueblos que enfrentan los planes de Ajuste, Saqueo y Represión de sus lacayos regionales.
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