✊ CONTRA LA AGRESIÓN IMPERIALISTA YANKY Y SUS ALIADOS EN VENEZUELA: NO PASARAN
El pueblo de Venezuela ha avanzado en los últimos 20 años en una dirección popular, democrática y antiimperialista, que no admite ni un paso atrás frente a las agresiones del imperialismo estadounidense y sus títeres en América Latina y dentro del propio territorio nacional. Por el contrario, la esperanza de su completa liberación reside en la profundización del rumbo emprendido, aplastando a los provocadores y radicalizando la orientación antimonopólica y antiimperialista que anida en las filas del pueblo chavista. En ese camino, el gobierno de Maduro debe rectificar políticas erróneas y conciliadoras en el orden interno, que no resuelven necesidades básicas de los trabajadores, a efectos de unir y también evitar, que la disconformidad social sea aprovechada por la reacción golpista.
La provocación en marcha contra Venezuela comenzó desde afuera, con la declaración del 4 de enero del llamado “Grupo de Lima”, en simultáneo con la asunción de un nuevo mandato de Nicolás Maduro. Este grupo, del que forma parte el gobierno argentino junto a otros 12 gobiernos referentes de la derecha más rancia de nuestro continente, opera como peón de los intereses yanquis en Latinoamérica. En el mismo sentido va la votación de la OEA en esos días, con los votos del mismo grupo de países más los EEUU y otros gobiernos funcionales a los mismos intereses. Cuba, Bolivia y México son de las pocas excepciones en la región que desacatan el mandato imperial de aislar y agredir a Venezuela.
El planteo de “ilegitimidad” que sostiene la Casa Blanca y que repiten sus lacayos se apoya en argumentos tales como la supuesta inconstitucionalidad de las elecciones que le dieron el mandato a Maduro, la falta de veedores internacionales, la falta de participación de partidos políticos en los comicios, la escasa participación del electorado, la falta de confiabilidad del sistema de voto electrónico que tiene Venezuela, etc. Las elecciones realizadas el 20 de mayo de 2018 están dentro de los plazos establecidos constitucionalmente. Fueron adelantadas de la primera fecha prevista (diciembre 2018), precisamente por pedido de la propia oposición. Hay que recordar que en Venezuela, como en muchos otros países, el voto no es obligatorio, y los casi 9 millones y medio de electores que participaron, constituyen prácticamente el 50% del padrón habilitado. En esa jornada participaron 16 partidos políticos y se abstuvieron 3. El proceso electoral fue supervisado por 14 comisiones de 8 países, 2 misiones técnicas, periodistas de diferentes países y eurodiputados, entre otros. Todos los partidos que participaron firmaron las actas electorales en conformidad con el sistema electoral. Los argumentos de los golpistas son un pálido taparrabos de su vocación intervencionista y antidemocrática.
En los últimos días se han sucedido una serie de declaraciones y actos abiertamente desafiantes. Se destaca el copamiento de un destacamento militar por un puñado de uniformados que llamó al pueblo a movilizarse en torno suyo. Menos de 24 horas después se entregaron con la cabeza gacha y sin disparar un solo tiro. El otro desafío viene por el lado del presidente de la Asamblea Nacional (única institución del Estado Nacional bajo control político de la oposición), Juan Guaidó. Este sirviente del imperialismo, empuñando la bandera del golpismo, sostuvo textualmente: "Hoy 23 de enero, en mi condición de presidente de la Asamblea Nacional, invocando los artículos de la Constitución, ante Dios y Venezuela, juro asumir las competencias del Ejecutivo nacional como presidente encargado". Esto fue dicho en una concentración en el adinerado municipio Chacao, bastión de los opositores en la capital venezolana. Según sus propias palabras, esta autojuramentación busca "lograr el cese de la usurpación, un Gobierno de transición y tener elecciones libres". Horas antes de montar esta provocación, el vicepresidente de los EEUU, Mike Pence, convocó personalmente a la marcha opositora para el 23 de enero. Instantes después de la autoproclamación de Guaidó, el propio Trump salió a reconocerlo públicamente como presidente interino y sostuvo que "si Maduro y sus secuaces eligen responder con la violencia, si deciden hacer daño a cualquiera de los miembros de la Asamblea Nacional, todas las opciones están sobre la mesa para Estados Unidos con respecto a las medidas que se puedan tomar". Rápidamente, el gobierno de Mauricio Macri acaba de reconocer en nombre de todos los argentinos, al golpista Guaidós como “Presidente Encargado” de Venezuela, sumándose al coro de lamebotas que en la mayoría de países del continente agreden el derecho a la autodeterminación del pueblo y la nación venezolana.
La operación del imperialismo yanqui y sus peones a nivel regional y local ya está en marcha. La reacción inmediata de Maduro ha sido la correcta: ruptura de relaciones diplomáticas con los EEUU y una convocatoria inmediata a movilizarse en torno al Palacio Miraflores, sede del gobierno nacional, en defensa del gobierno legítimamente electo. Del mismo modo, la tarea pasa por derrotar al golpismo no sólo en Venezuela, sino en toda América Latina, exigiendo la inmediata retractación de los gobiernos que, como en el caso argentino, alimentan la provocación injerencista del imperialismo yanqui. La sedición de Guaidó y el apoyo de EEUU incita a la guerra civil, y amerita su rápido aplastamiento.
La recuperación del control político por parte de los intereses imperialistas estadounidenses en Venezuela, y con ello el control absoluto de PDVSA y todo el petróleo y demás recursos naturales, son la verdadera motivación detrás de esta escalada golpista. Con unidad y determinación democrática y antiimperialista, la tarea del momento es ganar las calles para derrotar la agresión que pesa sobre el pueblo hermano. FUERA DE VENEZUELA Y DE ARGENTINA, FUERA YANKIS DE AMERICA LATINA
PRML – 24/01/19
25 ene 2019
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