El Presidente Nicolás Maduro, las FFAA revolucionarios, las milicias populares, y el pueblo venezolano todo, están dando muestras constantes de dignidad a los pueblos de la región y del mundo. Su lucha quedará – sin lugar a dudas - en la historia épica de la Patria Grande.
El nuevo intento golpista proimperialista y procolonialista nuevamente fue deshecho por la revolución. Las posiciones tibias, las declaraciones a medias, implican avalar el imperialismo colonial. Su plan de bloqueo y saqueo económico, utilizado con el objetivo de ahogar y llevar adelante una dinámica desgastadora mediante reiterados golpes de estado contra el proceso democrático popular de Venezuela, nos plantea un escenario determinante: o estamos a favor del proceso revolucionario Bolivariano o estamos - por omisión o decisión - del lado del enemigo imperial y colonizador: EEUU y los grupos económicos transnacionales del Petróleo.
Venezuela es un ejemplo más de este mundo multipolar que está en guerra constante por los recursos y bienes naturales del hemisferio sur. ¿O acaso cuál es el interés de EEUU en Venezuela y en América latina? ¿Qué fin tiene la dinámica guerrerista de EEUU en África y Asia? ¿Qué es lo que motiva a Gran Bretaña y la OTAN tener ocupado militarmente nuestro archipiélago malvinero, controlando desde esa posición el Mar Atlántico, y su proyección a la Antártida? La respuesta es solo una: apoderarse de nuestras riquezas. De nuestros minerales, nuestros territorios, nuestros mares, nuestras cuencas, nuestros nutrientes, nuestra energía, nuestros bosques, nuestras aguas, etc.
Esa es la alianza estratégica para dominar el mundo: las grandes corporaciones económicas, el capital internacional financiero y los estados imperialistas.
La situación internacional nos pone en un escenario geopolítico complicado, resbaladizo y rebalsado de contradicciones, que aumenta la dificultad de entender y esclarecer el proceso histórico que vivimos de cara a nuestro pueblo. El economista revolucionario, Jorge Beinstein, decía que “estamos atravesando una crisis financiera, energética, alimentaria y ambiental”, un proceso que atenta contra la humidad misma y contra la madre tierra. Es la voracidad desmedida del sistema capitalista que da sobradas muestras de su capacidad: mientras multiplica riquezas para una minoría reparte miseria para las grandes mayorías, sin importarle el medio ambiente ni nuestra biodiversidad y poniendo en peligro a toda la humanidad.
Es necesario asumir (reflexionar, debatir, construir) una geopolítica de soberanía para las naciones y los pueblos. De pensarnos libres, fuera de la lógica capitalista y la sociedad de consumo.
La política agresiva y violenta de subordinación y de imposición de recetas neoliberales – neocoloniales a los pueblos del tercer mundo por parte de los mismos poderosos de siempre, debe tener como respuesta la acción consciente de nuestro pueblo en el camino de la liberación.
Es necesario para el presente y el futuro inmediato de la Patria Grande, imprimir compromiso y dinámica en la defensa de la revolución bolivariana y chavista. Su triunfo es el triunfo de todas y todos los patriotas latinoamericanos. En este sentido, la solidaridad internacional cumple un rol de carácter estratégico en esta pelea de intereses económicos y geopolíticos, que tiene lugar en la patria de Bolívar y Chávez.
para el debate y la acción política | @marcelo_yaquet
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