19 sept 2019
ALERTA. REDES DE TRATA OPERAN EN VILLA URQUIZA
El Jueves 5 hubo un nuevo intento de secuestro en los alrededores del CBC de Drago. Otra vez, la víctima fue una estudiante: estaba en Monroe y Holmberg -una de las zonas más transitadas de los alrededores de la sede- al mediodía. La impunidad con la que se trató de secuestrar a la compañera muestra cómo los victimarios se manejan con total tranquilidad en el barrio.
Ese mismo día se llevó a cabo la denuncia en la Comisaría 12, en Machain y Congreso. La Policía contestó diciendo que ellos no podían hacer nada, dado que el secuestro no fue efectivo, y “ni siquiera hubo hurto”. De está manera se encubren las cifras reales de intento de secuestro ya que las denuncias son desestimadas o difrazadas de "robo", una declarada complicidad con el crimen organizado y las mafias que operan impunemente.
Por su parte el protocolo de violencia de género, que se sancionó en la UBA durante el 2015, no ofrece herramientas claras ni siquiera para los casos de violencia desarrollados al interior de la Universidad. Mucho menos puede ofrecer ningún tipo de camino para las compañeras que sufren situaciones como estas mientras van a cursar.
Un método que se repite
Este nuevo caso se suma a los ya varios que se estuvieron desarrollando en nuestra sede durante el año. Los dos anteriores fueron el 7 de Junio y el 12 de Agosto: este último durante el primer dia de clases del cuatrimestre, a la mañana. El método suele ser el mismo: una camioneta o camión de la cual se bajan una o dos personas que intentan maniatar a la compañera. En aquellos casos en los cuales decidieron realizar denuncias en esta comisaría la respuesta fue la misma: la ausencia total de cualquier medida para evitar que esto siga sucediendo.
Así, se le ha dejado el terreno libre para que estas bandas operen a gusto, inclusive con el agravante de que la cursada en nuestra sede empieza a las 7 de la mañana y termina a las 23, horarios nocturnos en los cuales la calle suele estar desierta.
Los casos de intentos de secuestro en la UBA no son novedad: a principio de Junio, mientras se llevaba a cabo la movilización por Ni Una Menos, otra estudiante fue secuestrada en el CBC de Martinez. El método fue el mismo que el usado cerca de Drago. Después de retenerla un tiempo, fue liberada ese mismo dia, pero en Retiro. Casos similares sucedieron también en las sedes de Ciudad Universitaria y Ramos Mejia.
Patricia Bullrich arregló una reunión con la compañera secuestrada en Martínez: como podemos ver dos meses después, no sirvió de nada. Estos intentos de secuestro sólo pueden proliferar de esta manera si existe un Estado y una policía cómplices que liberan la zona. En 2011, en la facultad de Psicología, intentos de secuestro similares terminaron por destapar toda una red de trata que operaba con plena complicidad de la Comisaría del barrio y del poder político. El método para lograr esta victoria fue claro: la movilización independiente de estudiantes y vecinos y su organización en comisiones y asambleas.
De esta manera, el Estado deja a miles de estudiantes que vamos todos los días a cursar a la merced de la descomposición del sistema en el que vivimos, la cual se expresa en una violencia contra la mujer que se recrudece en la medida en la que la crisis económica avanza (solo este último fin de semana hubieron cuatro femicidios, que junto a muchos otros dan la cifra de uno cada 20 horas en los últimos meses), y también en la proliferación de redes de trata, que constituyen la forma más cruel de explotación contra la mujer, pero también altamente rentable ya que la explotación sexual de mujeres y niños representa el segundo negocio más grande del mundo. Las zonas liberadas que operan en nuestros barrios son la expresión de un Estado totalmente cómplice con la violencia hacia las y los trabajadores.
Vamos por la organización de los estudiantes junto al barrio
Como lo muestran experiencias anteriores, la única forma de hacer frente a estas redes de captación de mujeres es la organización independiente de las y los estudiantes junto a los vecinos del barrio. Para ello tenemos que poner en pie una comisión abierta contra las redes de trata y un relevamiento de los casos de nuestras compañeras, iniciando una campaña que señale la responsabilidad de la policía en la liberación de la zona y en el ocultamiento de los casos bajo el rótulo de "robos" o directamente rechazando las denuncias por falta de "pruebas". Necesitamos desarrollar nuestra capacidad de movilización independiente para desterrar estas organizaciones mafiosas de nuestros lugares de estudio, trabajo y barrios.
El estado y la policía son responsables.
Por el desmantelamiento de las redes de trata
Ni una menos
Organízate junto a la UJS Drago
Cami: 1556239191
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