La organización popular y la lucha en las calles lograron frenar el avance de la dictadura que intentaba consolidarse a través de las elecciones.
Con más del 80% de las mesas escrutadas, Luis Arce, el candidato del Movimiento Al Socialismo se impuso frente a la derecha. Luego de varias postergaciones que fueron caldeando el ambiente y que hacían pensar en un posible fraude por parte del gobierno de facto de Janine Añez, la organización popular logró torcer el rumbo hacia el cual se encaminaba Bolivia.
Cabe destacar que para llegar a esta instancia fue clave la lucha, los bloqueos y la resistencia llevados adelante por el pueblo trabajador, quienes estaban decididos a ponerle fin a la dictadura y elegir a sus representantes.
Ahora para lograr fortalecer el proceso democrático, hacerle frente a la derecha y garantizar que los crímenes cometidos no queden impunes será fundamental que el gobierno de Arce profundice la organización y el fortalecimiento de los espacios de decisión y participación popular, proceso que se había iniciado en los primeros años de Morales y que en el último tiempo había perdido fuerza.
Desde el golpe de Estado ocurrido el año pasado contra el ex presidente Evo Morales, hubo una sistemática violación a los Derechos Humanos, documentada por la ONU, la CIDH y por la delegación Argentina que viajo a los pocos meses de haberse producido el golpe. Las masacres de Senkata y Sacaba son la máxima expresión del terrorismo de Estado que fue impuesto de la mano del ejército, la iglesia, sectores concentrados de la economía y grupos ultraderechistas y racistas, que arremetieron contra el campesinado, grupos originarios e indígenas.
La represión feroz de las manifestaciones, las violaciones a mujeres y niñas, la tortura, los asesinatos, las humillaciones y una discriminación sin límites, fueron las estrategias que se utilizaron para instalar el terror y someter a la población. Por lo que, aún queda un largo camino por recorrer para hacer justicia para todas las víctimas.
A su vez, resta ver cuál es la posición política de Arce respecto del futuro de los presos políticos. Uno de los casos emblemáticos es el del periodista argentino Facundo Morales, quien fue detenido de manera ilegal acusado de participar en un bloqueo de un puente, cuando en realidad se encontraba internado por una insuficiencia renal. Su familia junto a organizaciones en Bolivia, vienen reclamando su liberación inmediata y la de todas las personas que se encuentran en una situación similar.
Cabe destacar además, que Añez tuvo un pésimo manejo de la crisis sanitaria causada por la pandemia del coronavirus, dejando a las grandes mayorías a la deriva total y sin posibilidad de acceder a una atención médica de calidad, y a su vez se profundizó la crisis económica, la pobreza y la desocupación.
Ayudado por esta terrible crisis, Arce logró captar el voto de sectores de la clase media que el año pasado había salido junto a la derecha en contra de Evo Morales. Por eso, el nuevo presidente intentó tomar distancia de su antecesor y declaró que “va a ser mi Gobierno y en mi Gobierno vamos a sacar al país adelante”.
A la ventaja obtenida en la región occidental del país (Pando, La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba) como es habitual para el MAS, se le sumo esta vez el triunfo en Chuquisaca. Mientras que sus oponentes, Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana obtuvo mayor cantidad de votos en los departamentos de Beni y Tarija; y Luis Fernando Camacho, de la alianza Creemos, se mantuvo fuerte en Santa Cruz de la Sierra.
FUENTE: FOL
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