Pocas veces se ha visto la saña con la que efectivos de la Bonaerense y la Federal reprimieron a trabajadores de la ex Robert Bosch, a las delegaciones obreras que se movilizaban junto a ellos – de Siat Tenaris, del Rioplatense, de Kraft, de los movimientos de desocupados en lucha, de los partidos, que marchaban a la Panamericana. Los efectivos apuntaron a una movilización en la que estaban representados todos los conflictos que hoy conmueven el gran Buenos Aires y que tienen su centro en la reestructuración antiobrera desatada por la crisis capitalista. Robert Bosch “vendió” la empresa a Río Bravo Industrial, donde hoy trabaja un tercio de los trabajadores con un salario rebajado en un 30/40 % (a estas horas Robert Bosch cierra una planta en Inglaterra dejando en la calle a 900 trabajadores, para volver a localizarla en Hungría, a la mitad del “costo laboral”).
Los trabajadores de Bosch reclaman la reincorporación de treinta trabajadores, entre los que se cuenta la comisión interna y lo mejor del activismo.
El PO llama a desenvolver la lucha por la reincorporación de todos los cesantes (Bosch, Kraft, Rioplatense), por el reparto de las horas de trabajo, por paritarios electos en asambleas para arrancar un salario al nivel de la canasta familiar.
Los trabajadores de Bosch reclaman la reincorporación de treinta trabajadores, entre los que se cuenta la comisión interna y lo mejor del activismo.
El PO llama a desenvolver la lucha por la reincorporación de todos los cesantes (Bosch, Kraft, Rioplatense), por el reparto de las horas de trabajo, por paritarios electos en asambleas para arrancar un salario al nivel de la canasta familiar.
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