La derecha tradicional está muy contenta con los operativos del gobierno Lugo-PLRA, aunque los medios de comunicación masivos dejan sombras de dudas sobre sus primeras intervenciones al sólo efecto de aumentar la presión para que se aprieten más las tuercas.
El presidente Lugo, en efecto, ordenó el envío de militares al norte para unirse a los operativos policiales Triángulo y Sombra. Lugo lo anunció con mucha claridad, sin dejar margen a quienes –para evitar responsabilizarlo directamente- intentan separarlo de las acciones de su propio gobierno: “Se me ha solicitado como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación ordenar la participación de las militares en apoyo a los efectivos de la Policía Nacional que actualmente decisión que he asumido, aprobado y ejecutado inmediatamente" (ABC, 20/1/10).
El “Operativo Jaguarete”, como se denominó al despliegue militar, involucra a efectivos de élite de las tres armas. Lugo declaró que el objetivo es “devolver la seguridad” a la zona norte. Para los pobres no existe ningún tipo de seguridad; la inseguridad económico-material producto de la explotación y opresión, no deja de aumentar con todos los problemas sociales que acarrea. Sin embargo, el gobierno ofrece una seguridad muy especial a los ricos, la que exige a sangre y fuego la burguesía y el imperialismo para garantizar estabilidad, paz y libertad a la minoría adinerada, a la clase social propietaria de nuestro país.
Federico Franco, representante de la derecha cuyo estandarte es la militarización del norte, se apresuró a felicitar a Lugo por la medida: “Les felicito (…) Esa zona precisa de la fuerza policial y militar”, expresó el vicepresidente.
Es preciso señalar que, en enero del 2009, Lugo había ordenado la primera militarización en la zona norte cuando el caso de Tacuati.
Cacería en el norte
En el norte, la cacería de brujas ha comenzado. Existen 14 detenidos e imputados, sin que se conozcan pruebas o los motivos. Es más, la fiscalía declaró “reserva de actuaciones” para no hacer públicas sus investigaciones. Violando todas las garantías básicas y restringiendo el libre acceso a la información de los periodistas y la libre expresión de los detenidos, la policía agredió ayer brutalmente a los trabajadores de prensa que intentaron recabar expresiones de una de las detenidas. Repudiamos estos hechos.
La izquierda se contenta con pedir que no haya “abusos”
La izquierda luguista, de manera lamentable, avala estos operativos. El ministro Camilo Soares, del P-MAS, declaró: “Confío plenamente que los organismos de seguridad, que el Ministerio del Interior no solamente tiene el criterio acertado, sino todos los elementos para concluir que éste es el momento; entonces, en ese sentido me parece correcto" (UH, 21/1/10). Otros dirigentes, como Luis Aguayo, se dedicaron a pedir “cautela” y que los allanamientos se den el “marco legal”. El PCP también expresó su aval a los operativos. Najeed Amado, su secretario general, afirmo que las FFAA en estos momentos “están más democratizadas que la misma Policía Nacional” (UH, 21/1/10) y se limitan a alertar sobre “posibles abusos” y a criticar sólo al ministro Filizzola.
Existe un proceso de “colombianización” en materia represiva
Desde el Partido de los Trabajadores (PT) expresamos nuestro enérgico rechazo a los operativos Triángulo, Sombra y Jaguareté, en el entendimiento que todas las medidas aplicadas sirven para robustecer el aparato represivo y las acciones fiscales-policiales y militares emprendidas, apuntan en el fondo y realmente a investigar, perseguir, criminalizar y reprimir al movimiento campesino y social.
Repudiamos además la campaña mediática que emprende el gobierno –haciendo coro con la prensa burguesa- cuyo libreto está sacado de un baúl stronista y está al servicio de generar un clima propicio para esta verdadera cacería de brujas.
Rechazamos el proceso de colombianización de los órganos represivos del estado que impulsa el gobierno de Lugo-PLRA. Esto parte de los acuerdo en materia de “seguridad” que firmó Lugo con el asesino Uribe, la importación de armas y nuevas técnicas represivas, además de la utilización de asesores y tropas entrenadas en Colombia y EEUU.
Estamos a todas luces ante acciones que representan una profundización de la política de criminalización de las luchas sociales y la satanización de la izquierda.
Es preciso unificar acciones y exigir al gobierno de Lugo-PLRA el fin inmediato de todos los operativos en el norte y la destitución del ministro Rafael Filizzola, convertido en un vulgar Edgar L. Insfrán u otro ministro del interior de triste y trágica memoria.
Asimismo, hacemos un llamado a las demás organizaciones de izquierda para que rectifiquen rumbos y se posicionen en contra de todo este paquete represivo que implementa el gobierno con el fin de colocar cabezas en la bandeja de la derecha tradicional y reaccionaria. Nos solidarizamos con todos (as) los (as) detenidos (as) cuyas garantías y derechos están siendo pisoteados.
¡Fin a los operativos Triángulo, Sombra y Jaguarete!
¡No a la ley antiterrorista y de recompensas!
¡No al estado de excepción!
¡Basta de criminalización y satanización!
Comité Ejecutivo PT
Asunción, 22 de enero de 2010
El presidente Lugo, en efecto, ordenó el envío de militares al norte para unirse a los operativos policiales Triángulo y Sombra. Lugo lo anunció con mucha claridad, sin dejar margen a quienes –para evitar responsabilizarlo directamente- intentan separarlo de las acciones de su propio gobierno: “Se me ha solicitado como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación ordenar la participación de las militares en apoyo a los efectivos de la Policía Nacional que actualmente decisión que he asumido, aprobado y ejecutado inmediatamente" (ABC, 20/1/10).
El “Operativo Jaguarete”, como se denominó al despliegue militar, involucra a efectivos de élite de las tres armas. Lugo declaró que el objetivo es “devolver la seguridad” a la zona norte. Para los pobres no existe ningún tipo de seguridad; la inseguridad económico-material producto de la explotación y opresión, no deja de aumentar con todos los problemas sociales que acarrea. Sin embargo, el gobierno ofrece una seguridad muy especial a los ricos, la que exige a sangre y fuego la burguesía y el imperialismo para garantizar estabilidad, paz y libertad a la minoría adinerada, a la clase social propietaria de nuestro país.
Federico Franco, representante de la derecha cuyo estandarte es la militarización del norte, se apresuró a felicitar a Lugo por la medida: “Les felicito (…) Esa zona precisa de la fuerza policial y militar”, expresó el vicepresidente.
Es preciso señalar que, en enero del 2009, Lugo había ordenado la primera militarización en la zona norte cuando el caso de Tacuati.
Cacería en el norte
En el norte, la cacería de brujas ha comenzado. Existen 14 detenidos e imputados, sin que se conozcan pruebas o los motivos. Es más, la fiscalía declaró “reserva de actuaciones” para no hacer públicas sus investigaciones. Violando todas las garantías básicas y restringiendo el libre acceso a la información de los periodistas y la libre expresión de los detenidos, la policía agredió ayer brutalmente a los trabajadores de prensa que intentaron recabar expresiones de una de las detenidas. Repudiamos estos hechos.
La izquierda se contenta con pedir que no haya “abusos”
La izquierda luguista, de manera lamentable, avala estos operativos. El ministro Camilo Soares, del P-MAS, declaró: “Confío plenamente que los organismos de seguridad, que el Ministerio del Interior no solamente tiene el criterio acertado, sino todos los elementos para concluir que éste es el momento; entonces, en ese sentido me parece correcto" (UH, 21/1/10). Otros dirigentes, como Luis Aguayo, se dedicaron a pedir “cautela” y que los allanamientos se den el “marco legal”. El PCP también expresó su aval a los operativos. Najeed Amado, su secretario general, afirmo que las FFAA en estos momentos “están más democratizadas que la misma Policía Nacional” (UH, 21/1/10) y se limitan a alertar sobre “posibles abusos” y a criticar sólo al ministro Filizzola.
Existe un proceso de “colombianización” en materia represiva
Desde el Partido de los Trabajadores (PT) expresamos nuestro enérgico rechazo a los operativos Triángulo, Sombra y Jaguareté, en el entendimiento que todas las medidas aplicadas sirven para robustecer el aparato represivo y las acciones fiscales-policiales y militares emprendidas, apuntan en el fondo y realmente a investigar, perseguir, criminalizar y reprimir al movimiento campesino y social.
Repudiamos además la campaña mediática que emprende el gobierno –haciendo coro con la prensa burguesa- cuyo libreto está sacado de un baúl stronista y está al servicio de generar un clima propicio para esta verdadera cacería de brujas.
Rechazamos el proceso de colombianización de los órganos represivos del estado que impulsa el gobierno de Lugo-PLRA. Esto parte de los acuerdo en materia de “seguridad” que firmó Lugo con el asesino Uribe, la importación de armas y nuevas técnicas represivas, además de la utilización de asesores y tropas entrenadas en Colombia y EEUU.
Estamos a todas luces ante acciones que representan una profundización de la política de criminalización de las luchas sociales y la satanización de la izquierda.
Es preciso unificar acciones y exigir al gobierno de Lugo-PLRA el fin inmediato de todos los operativos en el norte y la destitución del ministro Rafael Filizzola, convertido en un vulgar Edgar L. Insfrán u otro ministro del interior de triste y trágica memoria.
Asimismo, hacemos un llamado a las demás organizaciones de izquierda para que rectifiquen rumbos y se posicionen en contra de todo este paquete represivo que implementa el gobierno con el fin de colocar cabezas en la bandeja de la derecha tradicional y reaccionaria. Nos solidarizamos con todos (as) los (as) detenidos (as) cuyas garantías y derechos están siendo pisoteados.
¡Fin a los operativos Triángulo, Sombra y Jaguarete!
¡No a la ley antiterrorista y de recompensas!
¡No al estado de excepción!
¡Basta de criminalización y satanización!
Comité Ejecutivo PT
Asunción, 22 de enero de 2010
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