COMUNICADO DE PRENSA
EL NUEVO MAS RECHAZA EL "PLANTEO" DE PREFECTOS Y GENDARMES
Héctor
"Chino" Heberling dirigente del Nuevo MAS difunde por intermedio de
este comunicado de prensa la posición del Comité Ejecutivo del Nuevo MAS
en rechazo al "planteo" que están desarrollando prefectos y gendarnes.
El conflicto con Prefectura y Gendarmería
UN PLANTEO INACEPTABLE
En la mañana de
hoy la población del país se desayunó con un planteo salarial de la Prefectura, que con el
correr de las horas terminó siendo
asumido también por la
Gendarmería. Al momento de escribir este comunicado,
suboficiales y tropa de ambas fuerzas se mantienen concentrados frente a los
edificios correspondientes a cada fuerza, a lo que se ha sumado la
concentración de personal de la marina frente al edificio de la Armada en Comodoro Py,
anunciando que “pernoctarán montando un campamento hasta tanto vean satisfechos
sus reclamos”.
Mientras tanto,
el planteo se está trasmitiendo en cadena nacional, y una declaración de
legisladores del Congreso acaba de exigirles "adecuar sus acciones a pautas de
funcionamiento democrático y subordinación a las autoridades legalmente
constituidas, de acuerdo a la
Constitución". También ha trascendido
que los mandos de ambas fuerzas acaban de renunciar.
La naturaleza del reclamo
Detengámonos
primero en la naturaleza del reclamo, la caracterización del mismo y luego en
cuál debe ser la posición desde la izquierda revolucionaria frente al mismo.
Por un lado, es
evidente que, en su aspecto formal, se trata de un recorte salarial como parte
de la política de sintonía fina del gobierno. Al parecer, hubo algún problema
de “instrumentación”, porque el recorte llegó solo a la suboficialidad, pero no
a los mandos superiores.
Sin embargo,
también parece ser un hecho cierto que entre los miembros de Prefectura y
Gendarmería hay una práctica habitual por intermedio de la cual, y a diferencia
por ejemplo de los trabajadores judiciales que vienen peleando por ese reclamo
hace años, habría –no sabemos con qué justificación- cierta ley o circunstancia
de “enganche” que les permite presentar amparos ante la justicia en reclamo por
sus ingresos.
Resulta ser que
aprovechándose de esta circunstancia, algunos prefectos y gendarmes llegan a
gozar hasta 50.000 o mismo o 80.000 pesos de salario, una aberración por dónde
se la mire y que el decreto gubernamental –entre otras cosas- pretendía venir a
resolver.
Que el gobierno
está embarcado en una política de ajuste es un hecho, y que parte de este mismo
ajuste se haya descargado sobre estas dos fuerzas, al parecer, de alguna manera
también; sin embargo, este es el aspecto superficial de la cosa, que no hace a su reclamo “progresivo” como
creen algunos.
Porque aquí hay
un problema de fondo, y que tiene que ver con dos aspectos. Por un lado, cuando
se habla de las fuerzas represivas (y la Prefectura y Gendarmería lo son), se esta
hablando no de “trabajadores” como creen algunos equivocadamente, sino de un personal burocrático que recibe
un salario como parte del aparato represivo del Estado, precisamente para eso:
no para trabajar, sino para reprimir. En esas condiciones, la solidaridad
con sus reclamos no procede, porque solamente están colocados para hacer más
eficiente su labor.
Pero además, hay
un segundo problema muy grave. A pesar de la línea negociadora del gobierno (un
gobierno que no ha hecho otra cosa, sin embargo, que apañar a la Prefectura y
Gendarmería, legitimándolas como fuerzas “sanas” de reemplazo a la policía
federal y provincial), los que están en el planteo ahora van por más y no
aceptan el ofrecimiento gubernamental. Es decir, su acción se está
transformando en un planteo que está cuestionando a las autoridades
constituidas, con lo cual tiende a
adquirir una dinámica que es peligrosa y que rechazamos.
Parte de esta misma
dinámica es que los propios protagonistas del planteo señalan que, aunque de
manera “no orgánica”, se les están sumando sectores del ejército, la fuerza
aérea y la policía federal.
De ahí que
hablemos de “planteo” y no de “huelga”.
Porque esta segunda definición podría confundir las cosas. Cuando se habla de
huelga, se habla de un legítimo reclamo de un sector de los trabajadores. Pero
cuando se habla de una medida de fuerza de integrantes o fuerzas enteras del
aparato represivo, ya la cosa toma otro cariz: inevitablemente adquiere un carácter político que rebasa el aspecto
“reivindicativo” y que tiene que ver con el plantarse de dicho aparato frente
al propio régimen de democracia de los ricos desde la derecha; de ahí que
hablemos de planteo y no de huelga.
El Nuevo MAS no apoya el reclamo de prefectos y
gendarmes
En estas
condiciones, ya se ha echado a rodar un debate acerca de qué posición asumir
frente al planteo de estas fuerzas. Tanto Moyano como Caló han salido a apoyar
el reclamo. Lo propio ha ocurrido con Vilma Ripoll desde el MST. Y no sabemos
si no están en marcha otros apoyos, sean desde sectores patronales,
burocráticos o, vergonzosamente, desde sectores de la misma izquierda.
Nos parece que
apoyar el reclamo de estas fuerzas represivas es un gravísimo error. No hace falta apoyar al gobierno capitalista de
Cristina Kirchner para saber que solamente en condiciones de situaciones
realmente revolucionarias, cuando un sector de la tropa de las fuerzas
represivas puede ser arrancado hacia la izquierda (y su composición es, más bien,
conscripta, lo que no es el caso de gendarmes y prefectos), se le puede tender
la mano a la base de las mismas.
Pero en
condiciones normales, como las de hoy, esto es un desastre. Si para muestra basta un botón, al parecer,
simultáneamente con la concentración frente al edificio Guardacostas, de
casualidad pasaba cerca una movilización de una repartición pública de ATE, y
gendarmes y prefectos se apresuraron a apersonarse señalándoles que siquiera se
les ocurriera pasar por la puerta del edificio …
Además, los
propios protagonistas dicen que sus reclamos no son solamente salariales, sino
para que “dejen de morir integrantes de la fuerza”; es decir, exigen por lo bajo mayores condiciones
represivas aun.
Las
organizaciones obreras y la izquierda cometerían un grave error si salieran a
apoyar un planteo que, en definitiva, nada tiene que ver con los reclamos de
los trabajadores y que solo sirven, por el contrario, para fortalecer una
fuerza que se usa contra ellos y sus luchas.
De ahí que desde el Nuevo MAS rechazamos enfáticamente
este planteo que tiene una dinámica de cuestionar por derecha las libertades
democráticas en el país.
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