TUN 29 de MAYO - UBA
Repudiamos la “Asamblea Universitaria” del ajuste
Durante los meses
de octubre y noviembre, cientos de estudiantes de varias facultades de la UBA
expresamos -mediante la toma de edificios y Consejos Directivo, movilizaciones
y asambleas-nuestro repudio a “elección” de las autoridades de cada casa de estudios,
donde una minoría política mantiene el poder
de decisión por sobre el conjunto
de la comunidad académica. En medio del repudio estudiantil, atrincherados con
la “protección” de agrupaciones oficialistas, funcionarios, policías y hasta
barrabravas fue como asumieron los decanos de Sociales, Filosofía, Exactas,
Ingeniería, Psicología y el mismo Consejo Superior.
Asimismo, los
estudiantes no solo cuestionamos la falta de democracia en la UBA: también
queremos abrir una discusión acerca del destino y la orientación de la
educación pública, porque las autoridades buscan perpetuarse en los sillones
del poder para mantener el ajuste
presupuestario, las acreditaciones a la CoNEAU, profundizar mercantilización de
la educación, los posgrados pagos, la precariedad laboral y los negociados de
la universidad con el sector privado.
Dentro de pocos
días, esta orientación va a tener un nuevo empuje cuando Alberto Barbieri
–decano de Cs. Económicas- sea “elegido” como Rector, en una sesión de la
Asamblea Universitaria que tendrá lugar detrás de vallas y policías,
probablemente en el Congreso Nacional. Esta figura es el máximo exponente de la
mercantilización de la universidad y cuenta con el aval del kirchnerismo, del
radicalismo universitario y hasta del PRO, puesto que garantiza la aplicación
del ajuste presupuestario que impone el gobierno nacional y cuida los
negociados y las “cajas” que decanos y funcionarios tienen en la UBA.
Esta lucha cuenta
con el antecedente inmediato de La Rioja: en la UNLaR una asamblea permanente
de miles de estudiantes y docentes cuestionó al régimen universitario en su conjunto, tomando las
facultades y movilizando a grandes sectores del pueblo bajo la idea de “que se
vayan todos”. Esto nos enseña que la democratización no es un debate sobre las formas de
representación, los estatutos o el voto
ponderado, sino un ejercicio práctico de lucha. Nunca vamos a obtener la
democratización de parte de quienes sostienen el régimen universitario:
la democracia debe ser conquistada desde una posición de fuerza.
En esa dirección
debíamos transitar cuando despuntaron las luchas en cada Facultad, que se
diluyeron a falta de una política más ofensiva de parte de las conducciones de
los centros de estudiantes. Hoy llegamos a la elección del rector con un proceso
de movilización muy limitado, sin haber desarrollado un plan de lucha y ven
medio de peleas internas en la FUBA, cuya conducción está más preocupada en
disputarse la referencia de la Federación que en desarrollar la lucha contra el
Rectorado.
La Mella posa de
luchadora frente al Rector para no perder terreno luego de haber sido derrotada
por la izquierda en las elecciones en toda la UBA, justamente por su política de
adaptación a las gestiones (como en Filosofia y Sociales) y tras años de hacer
la plancha en la lucha contra el ajuste presupuestario. Por otro lado, el FIT
decidió ponerle paños fríos al proceso iniciado con las tomas de facultades,
frente al temor de desatar las energías del movimiento estudiantil y no poder
controlarlas. Hoy su planteo de una “asamblea democrática” no tiene sustento
porque le falta un proceso de lucha que sirva como base del poder estudiantil,
sobre la cual enfrentar a las autoridades y conquistar nuestros reclamos.
Es necesario
escrachar frente a toda la sociedad a estas “autoridades”, cuya autoridad es
tan ínfima que deben esconderse detrás de un operativo policial cuando los
estudiantes manifiestan su voluntad de cambio. Es necesario avanzar -en los
días que restan- en la organización de una movilización masiva que rompa con la
maniobra de elegir Rector durante el receso de verano. Con el ejemplo de La
Rioja como norte, avancemos con ofensiva para que la pelea contra la elección
del Rector sea el puntapié de un proceso de movilización por la democratización
de la UBA.
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