Contra la ofensiva reaccionaria de la derecha oligárquica y proyanqui
TODOS CON EL PUEBLO VENEZOLANO
A partir de la derrota del oficialismo en las elecciones parlamentarias a fines de 2015, la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha dado rienda suelta a sus planes conspirativos. La Asamblea Nacional, con mayoría opositora, fue el eje de una campaña que intentó por diversos medios acelerar los tiempos para acortar el mandato de Maduro al frente del gobierno. Al enfrentamiento entre los poderes del estado le siguieron manifestaciones callejeras masivas, defendiendo el poder legítimo de un lado y reclamando un adelantamiento electoral del otro. La oposición agrega el uso de la violencia callejera junto con la radicalización del sabotaje económico, desatando un proceso que ya lleva más de tres meses, alrededor de un centenar de muertos, numerosos atentados y una tensión social en ascenso.
Envalentonada, la derecha desafía la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente del 30/7 y se adelanta con el llamado a un “referéndum” autoconvocado para el 16/7, como supuesto inicio de la ofensiva final. La combinación de provocaciones constantes en las calles con iniciativas que apelan al ejercicio de “la democracia, la participación y la libertad”, dan cuenta de un perfeccionamiento de la estrategia imperialista para conducir las huestes golpistas. Con este escenario, es solo cuestión de tiempo la irrupción de sectores populares que desborden la exasperante tolerancia del gobierno de Maduro frente a la conspiración general de la derecha.
La aparición en escena de este elemento coincide con la conmemoración de los 206 años de la independencia venezolana. La toma del edificio de la Asamblea Nacional (controlada por la oposición), mientras ésta sesionaba para dar luz verde a la convocatoria del referéndum que aspira a destituir a Maduro, ha sido protagonizada por organizaciones democráticas, antigolpistas y antiimperialistas que advierten la necesidad de la intervención popular directa en el combate contra el bando derechista y particularmente contra los elementos filo-fascistas que vienen asolando las calles de muchas ciudades del país. Las principales acciones de sabotaje (que incluyen incendio de toneladas de alimentos y medicamentos, ataques y quema de edificios, escuelas, hospitales y unidades de transporte público, asesinato y linchamiento de numerosos simpatizantes del gobierno), vienen siendo ejecutadas en los municipios donde gobierna la oposición, cuyo respaldo facilita a los “guarimberos” su accionar reaccionario.
Con la derecha oligárquica y pro-imperialista no se negocia, se la aplasta en las calles.
Es evidente que el imperialismo yanqui y la burguesía entreguista están decididos a hacer uso de todos sus recursos para restaurar el poder perdido hace casi dos décadas. Sin la división de las Fuerzas Armadas Bolivarianas y la Guardia Nacional y su alineamiento con la reacción -cosa que por el momento pareciera no existir-, el golpe es en una aspiración aventurera de la derecha. Sin embargo, sus dirigentes políticos han reclamado al Comando Sur de los EEUU que, con la cobertura política de la OEA, intervenga militarmente en Venezuela; han organizado minuciosamente el desabastecimiento y el descontrol económico para hundir en la desesperación al pueblo más humilde; respaldan públicamente a las bandas que han quemado vivos a quienes no los apoyaban; llaman explícitamente a ocupar la calle para “tumbar la dictadura” y a poner en funciones un gobierno paralelo.
Sin embargo, aunque el respaldo popular mayoritario aún sigue siendo esquivo al golpismo, la posición de Maduro empieza a quedar corta. Si bien ha mostrado una actitud de resistencia que contrasta con la capitulación lisa y llana de Dilma y de Lugo en su momento, lo cierto es que para aplastar a los derechistas, la simple convocatoria a una Asamblea Constituyente no alcanza ni para empezar.
Es imperiosa una convocatoria a recuperar el control obrero y popular de las calles, en el marco de un plan de emergencia antigolpista y antimperialista que tome el control de las principales palancas de la economía, garantice la producción, distribución y abastecimiento de los productos de primera necesidad al conjunto del pueblo.
Aplastar a los golpistas en las calles, encarcelar a los sediciosos y expropiar a sus ideólogos y conspiradores, son las tareas inmediatas que tiene que asumir el gobierno, pero especialmente el pueblo trabajador con sus organizaciones. Sólo sobre esta base será posible avanzar en el rumbo abierto de liberación nacional y de construcción del socialismo en Venezuela.
Hacemos nuestra la lucha democrática y antiimperialista del pueblo trabajador de Venezuela y llamamos a hacer concreta esta solidaridad poniendo en pie instancias de organización y movilización unitarias que sirvan de respaldo en estos momentos decisivos que vive el pueblo hermano.
PRML 06/07/2017
6 jul 2017
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