Por Comité Ejecutivo CS
El mes de marzo tiene, en la lucha de clases de nuestro país, una importancia muy grande, ya que es cuando se define una de las paritarias “testigo” -la de lxs docentes- que ordena de alguna manera al resto de los gremios. ¡Y así fue, ya que el acuerdo firmado por Baradel y los suyos, por debajo de la inflación y sin recuperar buena parte de lo perdido durante el período macrista, muestra el rumbo que las conducciones oficialistas pretenden, que no es otro que el de atar a la clase trabajadora al carro del ajuste fondomonetarista!
Pero el mes de marzo tiene, además, otro tipo de relevancia, ya que en este período se realizan dos marchas multitudinarias, que de una u otra manera ordenan las líneas tácticas de las organizaciones de vanguardia de la Argentina para el resto del año. Estas movilizaciones son las que tienen lugar en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, 8 de marzo, y en los aniversarios del Golpe Genocida que impusieron las cúpulas militares en 1976, 24 de marzo.
El mes de marzo tiene, en la lucha de clases de nuestro país, una importancia muy grande, ya que es cuando se define una de las paritarias “testigo” -la de lxs docentes- que ordena de alguna manera al resto de los gremios. ¡Y así fue, ya que el acuerdo firmado por Baradel y los suyos, por debajo de la inflación y sin recuperar buena parte de lo perdido durante el período macrista, muestra el rumbo que las conducciones oficialistas pretenden, que no es otro que el de atar a la clase trabajadora al carro del ajuste fondomonetarista!
Pero el mes de marzo tiene, además, otro tipo de relevancia, ya que en este período se realizan dos marchas multitudinarias, que de una u otra manera ordenan las líneas tácticas de las organizaciones de vanguardia de la Argentina para el resto del año. Estas movilizaciones son las que tienen lugar en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, 8 de marzo, y en los aniversarios del Golpe Genocida que impusieron las cúpulas militares en 1976, 24 de marzo.
Este año, igual que en 2019, todas las reuniones que se hicieron para preparar acciones en ambas fechas, estuvieron cruzadas por un debate fundamental para los tiempos que se avecinan: ¿Corresponde o no sostener una política unitaria con el “campo nacional y popular”, o sea con las organizaciones ligadas al gobierno, ya que estarían levantando consignas coincidentes, reivindicando, por ejemplo, la cuestión del aborto o el juicio y castigo a los militares del Proceso?
Desde Convergencia Socialista venimos librando una pelea -desigual- contra el intento o la posibilidad de marchar con quienes reivindican al actual oficialismo, llamando a “trazar rayas” con el Kirchnerismo, cuyos representantes conducen el aparato estatal burgués y, desde ese lugar, no hacen otra cosa que gobernar para los capitalistas que explotan a millones y depredan los recursos. Para eso, a diferencia de otros gobiernos, estos se valen de un recurso siniestro -la demagogia- a través de la cual durante años han engañado al movimiento de masas, con el propósito de sostener al Capitalismo Semicolonial argentino.
Un ejemplo de esto es el tema del aborto, frente al cual muchxs luchadorxs se preguntan y preguntan: ¿Por qué no apoyar, aunque sea parcialmente, al gobierno que acaba de anunciar la decisión de dictaminar una ley que legalizará esta práctica? Desde el campo revolucionario tenemos la obligación de responderles, diciéndoles que todo lo que hace un gobierno capitalista es al servicio de la clase a la que representa. Que si bien estas leyes pueden llegar a expresar la presión del movimiento de masas -obligando a los de arriba a entregar algo que antes no querían- son también maniobras para evitar ir hasta el fondo, negando la satisfacción plena y efectiva de las demandas obreras y populares.
Un ejemplo emblemático de esto que denunciamos, fue el ex presidente Alfonsín, quien parándose como “campeón de los derechos humanos”, impuso el “Nunca Más” y los juicios a varios representantes de la dictadura militar. Sin embargo, esta política constituyó una gran maniobra, a través de la cual se juzgó a unos pocos, para dejar en libertad a la mayoría y, principalmente, preservar a las Fuerzas Armadas, como institución clave en el funcionamiento del Estado Burgués. Por esa razón, quienes venimos del del viejo MAS nos negamos a marchar en la movilización del “Nunca Más”, denunciando el carácter pérfido de la normativa.
En el caso del aborto pasará exactamente lo mismo, porque un gobierno que hoy por hoy está diciendo que hay que “tener en cuenta la mirada de las iglesias para con la ESI” nunca irá a fondo con la satisfacción de los derechos de las mujeres. ¡El ministro de educación, no casualmente, acaba de inaugurar el ciclo lectivo en la provincia del gobernador “Pro Vida” Manzur! El gobierno quiere, con la discusión del aborto, distraer a buena parte de la vanguardia, para sacar del centro al problema del ajuste y, al mismo tiempo, entregar algo para no tener que dar todo.
En las reuniones de organización de la marcha del 24 se ha venido desarrollando, con mucha virulencia, este tipo de debates. Por un lado, porque el PCR -partido que no casualmente está al frente de este tipo de marchas y de los Encuentros de Mujeres- insiste en la necesidad de “suavizar” las críticas hacia el gobierno, con la excusa de que “es diferente” al de Macri y que es necesario “dialogar” con sus bases. ¡La mayoría de la izquierda, aunque ha debatido con esta gente, se niega a levantar consignas de clara delimitación con el oficialismo, como por ejemplo “Abajo el Ajuste de Alberto”, que algunas organizaciones propusimos!
Desde CS, aún a riesgo de quedar solxs, no tendremos empacho en continuar insistiendo en que para el 8 y el 24 de marzo no podemos ni debemos marchar junto a los defensores y defensoras de nuestros verdugos de clase “progresistas”, un gobierno que con engaños y un arsenal de ardides populistas, viene dado muestras más que suficientes de subordinación a los dictados del gran capital, pagando religiosamente las deudas, rebajando las jubilaciones, imponiendo convenios a la baja o reprimiendo laburantes.
La mejor manera de “dialogar” con la porción del movimiento de masas que todavía tiene expectativas o simpatías con el gobierno, es desde una clara delimitación política, para evitar confusiones. ¡Cuando los trabajadores y el pueblo rompan con los/as de arriba -que inevitablemente ocurrirá, debido a la profundización del ajuste- lo hará de manera explosiva y contundente, e irán a buscar a quienes le mostraron un rumbo opuesto por el vértice, no a lxs que -por acción u omisión- se mostraron cerca del oficialismo!
Los luchadores y las luchadoras ya mismo deben plantearse la necesidad de poner en pie una organización política alternativa al gobierno y a todas sus colaterales, un partido o movimiento que levante las banderas socialistas, defendiendo con uñas y dientes la independencia de clase frente a cualquier representante de los intereses capitalistas: Un gran Partido de Trabajadores y Trabajadoras, que contenga y organice a lxs que se están ubicando al frente de los conflictos obreros, populares, estudiantiles, democráticos y feministas.
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