En la OTM abordamos las cosas desde el punto de vista de los trabajadores y no puede ser de otra manera pues, menos comercializarla, hemos hecho todo con la merluza: la pescamos, la fileteamos, la envasamos y también la trasportamos. Eso sí, la comemos poco; como legítimos argentinos comemos poco pescado y mucha carne de vaca aunque cada vez menos y de peor calidad pues, obviamente, a los dueños de las vacas (y de los campos, y de los frigoríficos, y de los trasportes, etc.) les conviene exportar y cobrar en dólares en tanto los costos –entre ellos los magros salarios –los pagan en pesos.
Sin embargo, si fuéramos un pueblo comedor de pescado ¡también estaríamos jodidos!, pues casi todo lo que se captura, incluso la más noble y abundante de las especies (la merluza), se exporta ¡y cada vez más! Según las cifras del SENASA, durante el 2006 se exportaron más de 1.190 millones de dólares en pescados y mariscos, un 30 % más en volumen y un 49% más en divisas que en el año 2005.Quizás los números no nos digan gran cosa pero si decimos que, en cuanto a exportaciones, la pesca compite con la carne vacuna entonces podemos tener una idea más cabal de lo que significa el sector. Efectivamente, según un informe de fin de año de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, el aporte de la actividad pesquera a la balanza comercial del país en la industria alimentaria es apenas superado por las carnes y sus derivados.
Bueno, estos datos (que nos dicen claramente que los capitalistas están haciendo grandes negocios) forman parte de la alegría oficialista: los 36.000 millones de reserva, el 9% anual de crecimiento, el dígito alcanzado en el nivel de desempleo el descenso en la cantidad de pobres e indigentes, etc., etc. (dejemos de lado la bochornosa manipulación de los números que desembocara en la crisis del INDEC).
Pero, según vemos y palpamos cotidianamente en las calles, en las fábricas, en las cooperativas fraudulentas, a la hora de comer y de vivir…¡ a esta fiesta los asalariados no estamos invitados!
Ciertamente ha crecido la economía y el empleo ¡pero a costa de la pobreza de los trabajadores y de la concentración de la riqueza en cada vez menos manos!
Esto es así y el compañero trabajador que crea que va a ser invitado a la fiesta de los capitalistas está viviendo engañado.
Basta comparar, en el sector pesquero, la situación de los trabajadores de hoy con los de hace treinta y cinco años para ver cómo nos hemos empobrecido y lo que ha sido de la industria. Se nos dirá que muchas empresas quebraron, es verdad, pero ningún empresario quedó en la calle, por el contrario, se enriquecieron a costa de recibir prebendas del Estado, chuparle la sangre a los trabajadores y depredar el mar.
Nuestro boletín va dirigido a los trabajadores de modo que no tenemos que explicar la superexplotación a que estamos sometidos en la pesca; en blanco, en negro, en mar o en tierra. Desde la OTM les decimos a los compañeros que los capitalistas (aquí y en todo el mundo) viven de explotar a los asalariados, exprimir los recursos de la naturaleza a fondo sin importar las consecuencias, provocar guerras y matanzas masivas en el marco de una feroz competencia interimperialista que ha puesto en peligro la misma existencia de la especie humana. ¿Y qué herramienta utilizan (aquí y en el mundo)? Pues el Estado. No pocos compañeros creen ingenuamente que “el Estado es de todos” que “el Estado somos todos” que el Estado debe “velar por el equilibrio entre las clases sociales”; y de esa concepción equivocada provienen consignas ilusorias como:”por una empresa nacional de pesca con control de los trabajadores”,¡como si en el sistema capitalista los trabajadores pudiéramos controlar algo! O peor aún: como si lo que pertenece a este Estado fuera propiedad de los trabajadores! Esto es parte de la mentira inventada, hace muchos años, por radicales y peronistas (mucho más estos últimos por tener más predicamento entre las masas pero no olvidemos que los primeros fueron precursores en el engaño) que ha envenenado la conciencia de los compañeros a lo largo de la historia y continúa engañando a muchos.
Los dueños del poder, privatizan o estatizan según les convenga, cambian el modelo según el viento histórico, pero jamás abandonan el poder. Por eso los compañeros de la OTM sostenemos que la constante lucha por el salario y las condiciones de trabajo no deben tener el mero objetivo de cambiar de patrón sino el sacrificado, permanente y glorioso objetivo de tomar el poder del Estado, destruirlo, crear un nuevo Estado de los trabajadores, adueñarnos de los medios de producción y construir una sociedad sin explotadores ni explotados.
Sin embargo que nadie se engañe: las condiciones materiales para transformar la sociedad están a punto. Pero los trabajadores aún no hemos sabido construir la herramienta que nos permita hacerlo. Todavía estamos presos de la ideología del sistema,.El camino es: la unidad en el combate contra los explotadores y sus sirvientes: los vendeobreros del sistema, la discusión fraternal, la solidaridad de clase y el estudio y la aplicación de la ciencia de los trabajadores: el cuerpo de ideas elaborados por los grandes jefes de la clase obrera internacional: Marx, Engels y Lenin.
Por último, es necesario decir que la OTM es sólo eso: un grupo de trabajadores que no responde a ningún partido por más que lleve el nombre de socialista, obrero, trabajador o comunista, por la sencilla razón expresada más arriba: creemos que la herramienta de los trabajadores para transformar revolucionariamente la sociedad aún no ha sido creado.
ORGANIZACIÓN DE TRABAJADORES MARPLATENSES.
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