“El cambio recién comienza” dicen Kirchner y “su candidata” CK, cómo si no hubieran gobernado cuatro años, llenando los bolsillos de un puñado de monopolios y terratenientes sin resolver ninguna de las grandes urgencias populares.
Viva la heroica huelga de Puerto Deseado
Escribe Ricardo Fierro
1. La pueblada de Deseado
En Puerto Deseado, los trabajadores de la pesca, contratados y artesanos, hartos de ser traicionados por su dirección sindical kirchnerista que pactó un aumento salarial del 16,5%, y de la sordera de los funcionarios, protagonizaron una pueblada, con el apoyo de la multisectorial en la que participan junto a los trabajadores docentes y de la construcción.
A pocos kilómetros de allí, Néstor Kirchner proclamaba la llegada de la “nueva aurora de la patria” —la anterior fue el 25 de Mayo de 1810— en un futuro gobierno de Cristina K. El intendente de Deseado y el gobernador santacruceño, sordos a la huelga que llevaba más de 20 días, participaban del acto de proclamación de la candidata del gobierno.
El gobierno kirchnerista está de campaña electoral. Creyó que bastaba con que los medios de comunicación del sistema ninguneasen la huelga para derrotarla. Las empresas pesqueras son, en su mayoría españolas, también chinas y japonesas. Además, Kirchner es un gran empresario pesquero; se dice en Río Gallegos que sería dueño de Argenova y tendría inversiones en Argumasa y Barilari. Son empresas que venden la caja de un kilo de langostinos a $ 350, y se niegan a escuchar el reclamo de los trabajadores de un aumento del 30%. Se equivocó Kirchner. El descontento generalizado que ronda en todo el país, está preñado de brotes de rebeldía. Frente a la violencia de la sordera del gobierno y las patronales, los trabajadores dejados de plantón en la intendencia, hicieron sentir su bronca en las fábricas, principalmente en Argenova. Fue entonces que el país supo de la huelga. Kirchner, presidente y patrón, mandó a 300 gendarmes a cuidar sus intereses, pero debió abrir “una mesa de diálogo”: el horno no está para bollos.
2. La candidatura de CK
Lejos de la grave situación social, Cristina K dedicó el tercio inicial de su discurso al cambio “casi fundacional” de las instituciones republicanas. Lo dijo sin sonrojarse, ella que fue designada a dedo por su marido, violando la ley de “internas abiertas” que presentaban como “la nueva política”, y sin la aprobación de ningún órgano del PJ (al que controla un interventor de la Justicia que resultó ser un agente de la SIDE), ni siquiera del Frente para la Victoria.
Después, CK proclamó como “política de Estado” el “modelo de desarrollo con inclusión social”. El frío, el hambre, los bajos salarios, la trepada sin fin de los precios, la crisis energética, los casi 9 millones de argentinos sin agua potable y los 21 millones sin cloacas, nada de eso entró en el discurso de proclamación de la candidata presidencial. Todo lo que este gobierno no hizo CK lo promete a futuro: “el cambio recién comienza” (Como Menem “la revolución productiva” y “el salariazo”). Como si no hubieran gobernado estos cuatro años en los que en un solo pago al FMI gastaron más de 4 veces lo que recibieron los desocupados.
Pero “el cambio” ya llegó para la familia presidencial que se embolsa las ganancias de los langostinos a $ 350, se quedó con 14 de las 15 áreas petroleras licitadas en Santa Cruz, y negocia, con un banquero testaferro, Eskenazi, la compra del 25% de YPF. También llegó “el cambio” para sus amigos de Pan American, petrolera anglo-rusa a la que le regalaron 2.400 millones de dólares con la prolongación del contrato hasta el 2047, entre otros grandes beneficiados. Pero pretenden que el pueblo acepte que “el cambio recién comienza” después de 4 años de gobierno.
La realidad es que el gobierno debió anticipar el lanzamiento de la candidatura de CK, golpeado por la multiplicación de las protestas sociales, castigado por las derrotas electorales, y acosado por el estallido de los escándalos de corrupción. La renuncia de la ministra de Economía, Felisa Miceli, fue el verdadero telón de fondo del acto kirchnerista en La Plata. O si se quiere, un anticipo de la crisis política que se está incubando.
Peleas por arriba
Acosado, el gobierno negocia más de lo que muestra. Antes, cuando la derrota en Misiones, debió recurrir a Scioli, que “no es de su palo”, para la candidatura a la gobernación de Buenos Aires. Después de las elecciones de la Capital Federal, incorporó como vicejefe de Gabinete a Jorge Rivas, un dirigente “socialista”, disciplinado al actual mandamás de Credicoop, Heller.
Ahora, Kirchner designó ministro de Economía a Miguel Peirano, un hombre de estrecha relación con Techint (trabajó en la Unión Industrial Argentina con el grupo frigerista vinculado a Techint). En la “interna K” Peirano es cercano a los “pingüinos” De Vido y Zanini, que serrucharon el piso de la renunciante ministra Miceli.
Miceli, hostigada por De Vido se recostaba en el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Por otra parte, Fernández defendió a capa y espada a Picolotti, la secretaria de Medio Ambiente. Picolotti amenazó con multar a Papel Prensa por contaminar la zona, y Clarín contestó sacando a luz los negocios “familiares” y “con amigos” de Picolotti. Alberto Fernández fue designado por Kirchner representante del gobierno ante Papel Prensa, monopolio papelero que la dictadura de Videla le regaló a Clarín y La Nación. Además, el gobierno alentó a una fiscal a poner palos en la rueda a la renegociación de la deuda de Cable Visión, que Clarín necesita resolver para fusionar esa empresa con Multicanal y pasar a dominar el gigantesco negocio de la TV por cable.
El “romance” de Kirchner con Techint y Clarín, se “enfrió” cuando Lavagna abandonó el Ministerio de Economía. Techint y Clarín son dos grupos poderosos, acostumbrados a estar en el centro del poder, con los que ahora el gobierno tiene muchos forcejeos. Pero la designación de Peirano parece mostrar un nuevo acercamiento con el monopolio de la familia Rocca.
Inflación y crisis energética
Las empresas hacen cálculos sobre la base de un 25% de inflación para este año (Ambito Financiero, 23/7). Todo sube, salvo los truchos “índices K”. Para después de las elecciones de octubre, y antes de que asuma CK, si gana, vendría el tarifazo en la luz, gas, teléfono y transporte, y un fuerte aumento de los medicamentos, la educación y las prepagas. Los aumentos en las tarifas se darán cuando Kirchner haya avanzado mucho en su posición como empresario energético: tiene inversiones en Edenor (a través de Mindlin), en Transener (a través de Ferreyra y Mindlin) y en petróleo y gas (con 14 áreas en Santa Cruz y la negociación por el 25% de YPF a través de Eskenazi).
Con los primeros fríos de junio en los barrios populares y en la industria comenzaron a sentirse los efectos de la crisis energética. La situación se agravó. El gobierno lanzó una licitación para instalar 7 generadores duales (a gas o gasoil), con un presupuesto de $ 3.250 millones. Estos generadores, sumados a las usinas que están en construcción en Campana y Timbúes, consumirán 12 millones de m3 de gas o su equivalente en gasoil, dos combustibles que ya faltan. El presupuesto para esas compras “implica unos 200.000 dólares por encima del valor de mercado para cada megavatio instalado” (Ambito Financiero, 23/7): un sobreprecio de 320 millones de dólares.
3. Dos caminos
La inflación y la crisis energética vinieron para quedarse. La política kirchnerista es ocultar la realidad hasta las elecciones, y hacer un “ajuste” antes de diciembre si asume CK.
La oposición al kirchnerismo dentro del sistema —Duhalde, Alfonsín, Lavagna, Macri, López Murphy, entre otros— trabaja para aprovechar el desgaste de Kirchner. Todos quieren alejar a la Argentina de Chávez y plantean “la reconciliación nacional”. Buscan golpear a Kirchner en las elecciones del 2007, acorralarlo en el 2008 y liquidarlo en el 2009.
Tanto el kirchnerismo como sus opositores dentro del sistema, por caminos distintos, se proponen terminar con lo que consideran “el caos” que dejó el Argentinazo. A esto se refieren CK y sus rivales para octubre cuando hablan de “la calidad institucional”. Se enfrentarán, en definitiva, en las elecciones de octubre, dos coaliciones de centroderecha. La que lleva a CK, que avanza en la reprivatización del petróleo y sancionó la “ley Guantánamo” (llamada “antiterrorista”) que sentó las bases para penalizar a las organizaciones populares. Y la de sus opositores, que abiertamente se confiesan de centroderecha.
“No se avizora, para octubre, ninguna posibilidad de cambio, para la clase obrera y el pueblo, por ese camino” (Informe del Comité Central del PCR). Por eso el PCR se plantea llegar a las grandes masas con su campaña por el voto en blanco, no votar o anular el voto en las elecciones de San Juan, Santa Fe y Córdoba, y en las de octubre.
Están en curso luchas duras y prolongadas. Triunfos como el de Mafissa en La Plata tonifican al movimiento obrero. En medio de este reguero comienzan las clases con huelgas en Entre Ríos, Corrientes y otras provincias; y en Buenos Aires se movilizaron los docentes de Quilmes, Berazategui, Echeverría, Ezeiza, Escobar, La Plata y Ensenada. Luchan los desocupados y jubilados. Se realizó un combativo acto contra la entrega de los movimientos del petróleo en la Capital Federal; también las movilizaciones por la aparición con vida de López, en el aniversario del atentado a la AMIA y contra la “ley Guantánamo”. Continúa la lucha de los pueblos originarios, las del movimiento de mujeres en solidaridad con Romina Tejerina, y las de organizaciones ambientalistas.
Las clases dominantes, preocupadas por el descontento popular, que se expresa en estallidos de rebeldía como el de Puerto Deseado, tratan de arrastrar ese descontento hacia la salida electoral. Como señala el Informe del Comité Central del PCR: “Nosotros lo orientaremos hacia nuevas puebladas y argentinazos que abran el camino de la revolución. (…) Todo lo que el movimiento popular ha conseguido en estos años —que no ha sido poco— lo ha logrado gracias a una lucha dura. Toda la experiencia última ha demostrado que solo se avanza con la lucha social y política. Que el secreto del triunfo está en elevar las múltiples luchas sociales a lo político…
“No luchamos por lo posible. Luchamos por lo necesario. Y hoy mucho de lo necesario es posible. ¡Y es posible triunfar!”
24 jul 2007
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