Escrito por Anónimo
Por razones de seguridad escribo esta pequeña carta sin utilizar mi nombre, a través de un e-mail fantasma y usando otro términal, ya que en nuestro país han sido intervenidos los teléfonos, faxes y hasta el Internet (como en tiempos de la Guerra Fría).
En primer lugar reciban un fuerte abrazo de compañero y camarada desde la patria de Morazán.
En nuestra patria han vuelto a resonar los sables contra el pueblo pobre e indefenso y hoy vivimos un brutal golpe de Estado, perpetrado el 28 de junio, que fue cocinado en cuarteles, mansiones y sacristías, contando con el beneplácito de los "Halcones de Washington", supuestamente sin el consentimiento de Obama.
Hemos vuelto a las cavernas políticas, en este preciso momento hay persecución contra dirigentes populares, periodistas y artistas, además del cierre de radios y televisoras. Los golpistas han establecido un cerco mediático para evitar que fluya la información hacia el pueblo, pero los medios alternativos se las ingenian como pueden para informar a la población sobre lo que ocurre.
Para el golpe de Estado se han confabulado abiertamente la Policía, el Ejército, la Corte Suprema de Justicia, la mayor parte de los Diputados del Congreso Nacional, el sector privado y algunos sátrapas que se decían revolucionarios. Los sectores más oscuros y reaccionarios de la ultraderecha han justificado el golpe como un acto de “defensa del sistema de vida occidental y cristiano”, según ellos porque los barbudos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, querían apoderarse hasta de los niños mayores de tres años, quién sabe si con intensiones antropófagas. Aunque los poderes hondureños insisten en alimentar esta matriz de opinión, ya nadie les cree. Definitivamente, son otros tiempos y nuestros pueblos ya no se tragan con tanta facilidad las mentiras, y por tanto hacen el ridículo ante la comunidad internacional.
Bien dijo el comandante Chávez a los sediciosos pocas horas después del golpe: "Están Cercados, ¡Ríndanse!”. El descontento popular crece aceleradamente. La población no se intimida. Las marchas de protesta contra el golpe son cada vez más grandes (el domingo desfilaron por las calles de Tegucigalpa casi 500 mil personas), a pesar de que las concentraciones han sido reprimidas brutalmente.
Los hondureños agradecemos la solidaridad mundial que ha mantenido al régimen golpista en un total aislamiento internacional. Ante este golpe de Estado, al mejor estilo de los años sesenta y setenta, el pueblo ha hecho gala de su heroica valentía y al menos tres centrales obreras han convocado a una huelga general, mientras que el sector magisterial mantiene paralizado prácticamente todo el sistema educativo con el apoyo de los padres de familia.
Esperamos no estar ante la inauguración de una etapa de "Golpes Constitucionales" en América Latina. De ser así, cualquier ejército de la región, so pretexto de “salvar al país” o “defender la Constitución”, sacará en pijamas al legítimo Presidente electo, lo expatriará (en el mejor de los casos) y pondrá en su lugar como gobernante a una marioneta “civil”, con el aval de la Corte Suprema y la bendición del clero.
¿Por qué Honduras? El presidente Mel Zelaya recuperó este año la soberanía sobre la Base Aérea Militar Estadounidense de Palmerola, convirtiéndola en un aeropuerto civil internacional, alimentó el descontento de los secuaces del Tío Sam. Si a esto le sumamos el apoyo a la decisión histórica de revocar la expulsión de Cuba del seno de la OEA durante la reunión del organismo en San Pedro Sula y la suscripción del ALBA y PETROCARIBE, entenderemos por qué sectores de poder dominantes y aliados norteamericanos están en el centro del complot antipatriótico.
Sin embrago, seguimos adelante, en resistencia permanente contra el golpe. Contamos con el apoyo de la gran patria latinoamericana, y hasta hoy comprendo a la perfección la frase que el gran poeta Pablo Neruda pronunciara durante el golpe militar que derrocó a Salvador Allende en Chile: "Algo aparecerá en el aire inmóvil, un solidario sonido en la ventana"… ese sonido en la ventada, es la solidaridad con que cuenta el heroico pueblo de Morazán.
Latinoamérica es una sola. Un abrazo revolucionario.
¡Hasta la victoria siempre!
¡Venceremos!
14 jul 2009
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