11 ago 2009

ABSOLUCION A PABLO HELLER

Curriculum de Pablo Heller

Docente de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Insitituto Gino Germani (UBA).
Es asesor de Sasetru Gestión Obrera, de los trabajadores del Hospital Francés, de los trabajadores de Parmalat y de los trabajadores de ex - TDO, actual Econtrans.
En el momento de los hechos era asesor del bloque legislativo del Partido Obrero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

También es autor del libro "Fábricas Ocupadas" (Argentina 2000-2004), publicado por Ediciones Rumbos.


17-jul-2009
Por la absolución de Pablo Heller y los compañeros de Sasetru

Juicio oral del 24 al 28 de agosto, en los Tribunales de Lomas de Zamora


El 25 de marzo de 2003, Pablo Heller fue detenido con motivo del violento desalojo policial de Sasetru. Como resultado de la lucha librada y de una gran corriente de solidaridad, los compañeros de Sasetru conquistaron, cinco meses después, la expropiación de la planta. El compañero Heller fue imputado inicialmente por los delitos de usurpación y desobediencia a la autoridad. Las imputaciones han sido tan endebles que el cargo por usurpación tuvo que ser retirado, no obstante lo cual se mantuvo el de desobediencia. Esto pone de manifiesto, aún más, la intencionalidad política que hay detrás de la decisión judicial.

La causa de Sasetru debería estar archivada hace mucho. El desalojo se produjo en momentos en que el Concejo Deliberante de Avellaneda aprobaba la expropiación de las maquinarias y exhortaba a la provincia a proceder en idéntica forma con el inmueble. Con la ley aprobada en la mano, los compañeros de Sasetru exigieron quedarse en el establecimiento, custodiando los bienes de la fábrica. Esta circunstancia no fue tenida en cuenta, sin embargo, por el juzgado.

Con este juicio oral se quiere dar una señal ejemplar de que este tipo de "trasgresiones" a la propiedad no van a ser consentidas. También es una señal para las fábricas sujetas a leyes de expropiaciones, cuando en muchas de ellas las expropiaciones transitorias están vencidas o por vencer. A su situación legal, extremadamente precaria, se une la falta de auxilio económico por parte del Estado.

Llamamos a derrotar esta nueva ofensiva. Los compañeros de Sasetru Gestión Obrera inscriben esta batalla por la absolución de Pablo Heller en su lucha para derrotar el sabotaje económico al que viene siendo sometida por el Estado, que le niega a Sasetru los recursos que necesita para poner a la fábrica nuevamente a producir. Por el juicio van a comparecer más de 50 testigos sólo por la defensa.


Llamamos a organizar una gran campaña y movilización por la absolución de Pablo. Un primer paso es difundir el hecho y darle continuidad a la firma de pronunciamientos que ya se han ido reuniendo.
Nota publicada por Clarín el 26 de marzo de 2003
INCIDENTES EN SARANDI
Desalojaron a los obreros que ocupaban una planta de Sasetru
El lugar estaba tomado desde enero por integrantes de una cooperativa. Es una antigua fábrica de fideos, cerrada hace veinte años, que los trabajadores querían volver a poner en marcha.
Carlos Galván y Gabriel Giubellino Megáfono en mano, el policía advirtió: "En cinco minutos vamos a desalojar". Los trabajadores de la Cooperativa Sasetru Gestión Obrera seguían cantando que la fábrica es "de los trabajadores, al que no le gusta, se jode". Finalmente, la Guardia de Infantería desalojó con violencia a los 60 trabajadores —muchas mujeres— que intentan poner en marcha en Sarandí una fábrica de fideos que está cerrada desde hace 20 años.
Mientras echaban a este grupo, afuera un grupo de manifestantes —muchas banderas del Polo Obrero— fueron reprimidos con gases lacrimógenos. El único detenido en el desalojo fue Pablo Heller, quien hacía de vocero de la cooperativa. Fue el jefe de la DDI de Lomas de Zamora, el comisario Claudio Smith, quien lo notificó. Le dio dos pesadas palmadas en su hombro antes de informarle que quedaba detenido "por usurpación y resistencia a la autoridad". Seis policías lo llevaron en el aire, tomándolo de brazos y piernas.
Hace más de veinte años que las persianas de esa planta de la empresa Sasetru fueron bajadas. En ese inmenso predio —tiene unos 250 metros de largo por 50 de ancho y 25 de altura— se fabricaban pastas secas, principalmente fideos. En todos estos años la planta no había sido tomada siquiera para ser transformada en un asentamiento. A las espaldas de Sasetru hay un barrio que se creó dentro de lo que era una fábrica de azufre.
El pasado 30 de enero los 150 integrantes de una cooperativa que se bautizó con el nombre de "Sasetru Gestión Obrera" tomaron la planta. Ahí nomás, empezaron a limpiarla —"las ratas más chicas parecían perros salchicha", contaron— y hacer un inventario del estado de las máquinas.
De acuerdo con la gente de la cooperativa, aunque algo obsoleta, la maquinaria se encuentra en estado bastante bueno. "Con unos 100 mil pesos se la podría acondicionar para empezar a fabricar ya en el primer mes unos 24 mil kilos de fideos por día", explicó a Clarín Pablo Heller, vocero de la cooperativa.
Y agregó: "El plan era abastecer con estos fideos a la provincia para que ésta los repartiese en comedores populares y escuelas".
La cooperativa, dijeron, está integrada en su mayor parte por desocupados de esa parte de Avellaneda. Sólo cinco integrantes serían ex obreros de Sasetru, quienes se encargarían de enseñarles al resto cómo se manejan las máquinas. Mientras los desocupados limpiaban la planta y hacían los estudios de factibilidad, los propietarios de la ex Sasetru hicieron una presentación en el Juzgado de Garantías N° 4 de Lomas de Zamora para exigir el desalojo de la planta. Ayer temprano, finalmente el juez Eduardo Tubio les dio la razón a los dueños y ordenó el desalojo.
Los últimos que se enteraron de la orden fueron los funcionarios de la Municipalidad de Avellaneda. Estaban furiosos: "Habitualmente desde los Juzgados o la Policía nos avisan de este tipo de procedimientos. Eso nos permite ir antes para charlar con la gente, intentar llegar a algún acuerdo y evitar la represión". Ayer se enteraron recién cuando todo el predio de Sasetru quedó rodeado de policías.
La Guardia de Infantería entró en la planta a las 9. Desde el cielo, dos helicópteros vigilaban todo. Apenas los policías invadieron la planta baja, la gente se refugió en los techos. Y cerraron con llave la puerta de acceso. Ahí empezó el operativo de disuasión: "Muchachos, váyanse de una vez que, si no, vamos a tener que desalojarlos a la fuerza", les gritaba, desde el otro lado, el comisario Claudio Smith, jefe de la Departamental Lomas de Zamora.
Estuvieron sobre los techos, agitando banderas y cantando consignas, hasta las 13. En ese momento recibieron un ultimátum —si no se iban, los reprimirían— y optaron por bajar. La Policía se había comprometido a que si se retiraban de manera pacífica nadie sería detenido.
Pero cuando salieron de la planta recibieron una noticia: el Concejo Deliberante de Avellaneda estaba por tratar una ordenanza en la que se consideraba la expropiación de las máquinas para ponerlas a disposición de la gente de la cooperativa. Fue volver a cero: la gente se sentó frente a las narices de la Guardia de Infantería y planteó que ahí se quedarían hasta que los concejales aprobasen esa resolución.
Contra reloj, el Concejo Deliberante de Avellaneda trató el tema Sasetru. Por 13 votos a favor —lo aprobaron todos los bloques menos el justicialista—, los concejales aprobaron una ordenanza que establece: "Declárase de utilidad pública y sujeto a expropiación los bienes muebles constituidos por las instalaciones y maquinarias donde funcionó la fabrica Sasetru S.A, incluyendo las marcas de los productos que se elaboraban en la citada fábrica".
Esto sólo significa que en un plazo de dos años debe encontrarse la forma de que las máquinas pasen a manos de los integrantes de la cooperativa y que, al ser de utilidad pública, la maquinaria no puede ser vendida ni rematada.
Los concejales, además, votaron una resolución en la que se les pide a ambas cámaras de la Legislatura bonaerense "la elaboración y sanción de una ley provincial que declare de utilidad pública sujeto a expropiación el inmueble ubicado en las calles Venezuela y Madariaga, perteneciente a la ex empresa Sasetru S.A, a favor de la cooperativa de trabajo Sasetru Gestión Obrera a los efectos de garantizar la reactivación de la misma".
"Más que esto, desde Avellaneda, no podíamos hacer", dijo a Clarín el intendente Oscar Laborde. El presidente del Bloque de Senadores provinciales del Frente Grande, Eduardo Sigal, dijo: "Ahora vamos a presentar un proyecto para que la fábrica comience a producir". Pero ahora los trabajadores están afuera.
Miércoles 26 de marzo de 2003
Desalojaron a los ocupantes de la ex planta de Sasetru en Avellaneda
Había sido tomada en enero último; los usurpadores pretendían reactivarla
Del operativo policial participaron 785 efectivos
Los expropiadores se atrincheraron en la terraza de la planta durante la mañana
Una persona fue detenida
Los manifestantes se enfrentaron con la policía, que cumplió con la orden de desalojo
Luego de una jornada cargada de tensión, alrededor de las 18.30, en Sarandí, partido de Avellaneda, los últimos 50 ocupantes de una planta de la ex fábrica Sasetru que habían resistido desde la mañana una orden de desalojo judicial, fueron retirados del lugar por la policía bonaerense.
Al mismo tiempo a unos doscientos metros de la puerta por la que se retiraban los expropiadores de la fábrica, la policía dispersó a un grupo de vecinos y piqueteros que habían acudido en apoyo de los ocupantes.
Como resultados de los incidentes fue detenido uno de los ocupantes del predio, acusado de usurpación y desacato a la autoridad. Tras ser trasladado a la comisaría 6a. de Avellaneda, el hombre fue liberado alrededor de las 21 de ayer.
El predio de la ex Sasetru tiene alrededor de doce hectáreas y está situado en la calle Madariaga entre Venezuela y Saladillo, en Sarandí. La planta tiene 3800 metros cuadrados y está inactiva desde 1996. La planta en cuestión y la maquinaria que en ella se encuentra son propiedad de la empresa Molisur. El desalojo, en realidad, había comenzado mucho más temprano, cuando unas ochenta personas se encontraban en el interior de la fábrica.
Pasadas las siete, por orden del juez de Garantías de Lomas de Zamora Eduardo Tubio, se montó el operativo policial comandado por el jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, Claudio Smith.
Unos trescientos efectivos policiales rodearon el predio e impidieron el ingreso de desconocidos al lugar.
A lo largo de la jornada, a medida que se acentuaba la decisión de los ocupantes de no abandonar el lugar, fue creciendo la fuerza policial que, en un momento, llegó a contar con 785 efectivos, de acuerdo con lo afirmado por el comisario Smith.
Una década de abandono
Los desocupados, en su mayoría activistas del Polo Obrero y en un pequeño porcentaje ex trabajadores de Sasetru, se habían instalado en la planta a finales de enero con el supuesto fin de ponerla nuevamente en funcionamiento luego de lo que ellos consideraron "casi diez años de abandono".
Pastas y fideos
Según los ocupantes, la idea era utilizar la maquinaria con la que cuenta la fábrica para "abastecer de fideos y pastas a los comedores escolares y barriales de Avellaneda y toda la zona sur del Gran Buenos Aires.
Para lograr el objetivo pensaban contar con el apoyo de una ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante de Avellaneda y de una ley aprobada en la Legislatura provincial.
La ordenanza se votó ayer en una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante de Avellaneda, pero el juez de Garantías de Lomas de Zamora la desestimó al considerar que un Concejo Deliberante no tenía facultad para aprobar la expropiación de una propiedad privada.
La ordenanza declaraba la "utilidad pública" y expropiación de los bienes muebles e inmuebles constituidos por las instalaciones y maquinarias. El cuerpo también aprobó un proyecto de resolución en el que le solicitó a la Cámara de Diputados y al Senado de la provincia la elaboración y sanción de una ley que declare la "utilidad pública sujeta a expropiación del inmueble, a favor de la cooperativa, a los efectos de garantizar la reactivación".
Tanto la resolución como la ordenanza fueron aprobadas por el voto de 13 concejales de distintos partidos. Los ediles del bloque del Partido Justicialista de Avellaneda, once en total, se abstuvieron de votar.
Pedían fondos
"Necesitamos unos 125.000 pesos para reparar una caldera y la mayor parte de la maquinaria. Entonces estaríamos en condiciones de producir, en una primera fase, unas 12 toneladas diarias, es decir, unos 24.000 paquetes de fideos", explicó Pablo Heller, asesor legal y miembro de la Cooperativa de Trabajo Gestión Obrera Limitada, fundada por los ocupantes. Heller fue el único detenido durante el operativo de ayer.
Los ocupantes se atrincheraron durante toda la mañana en la terraza del edificio, mientras que efectivos policiales iban copando de a poco el inmueble hasta llegar al tercer piso, que comunica con la terraza. "Armábamos barricadas con hierros y tiramos aceite en las escalera para evitar que los policías se acercaran", dijo uno de los manifestantes.
Un holding poderoso
"Nunca más volveremos a tener 10.000 empleados como en nuestra época de oro." La frase se escuchó de boca de uno de los directivos de Sasetru allá por 1985, cuando se intentaba recuperar por lo menos una parte de lo que había sido la intensa actividad del holding integrado por 37 empresas, nacido en 1949 como una sociedad de responsabilidad limitada vinculada a tres familias: Salimei, Seitún y Trucco.
La planta de Avellaneda, de la empresa Sarandí, era uno de sus principales edificios. Allí se manufacturaban derivados del girasol, trigo, lino y se fabricaban pastas y arroz.
La época de oro de Sasetru fue la década del 70, cuando el grupo económico encabezaba la lista de exportadores de granos de la Argentina. Dentro de la industria alimenticia, las compañías se dedicaron a rubros como la avicultura, la actividad frigorífica, la pesca y la producción de conservas.
La declinación comenzó cuando se acercaban los 80, entre otras causas, por el boicot cerealero contra la Unión Soviética dispuesto por los Estados Unidos y los problemas que acarreaba el atraso cambiario.
En el momento más crítico, las deudas superaban los US$ 1000 millones. A mediados de febrero de 1981, el juez Héctor Cefaria Kierman decretó la quiebra. Sin embargo, en 1985 y tras varios rechazos judiciales, el grupo logró cerrar un concordato con sus acreedores.
En agosto de ese año, el entonces presidente Raúl Alfonsín asistió a la planta de Sarandí para la reinauguración. Pero el plan de reapertura, largamente anunciado, finalmente no prosperó.
Página 12 26 de marzo de 2003
La Bonaerense tardó pero desalojó Sasetru con gases y balas de goma
Tras doce horas de tira y afloje, la Bonaerense cumplió la orden del juez Eduardo Tubío y desalojó a los desocupados y ex trabajadores que empezaban a hacer funcionar la ex fábrica alimentaria.
Por Laura Vales
La Policía Bonaerense desalojó la fábrica Sasetru, en el partido de Avellaneda. La planta, cerrada desde hace 19 años, había sido tomada en enero por ex trabajadores y desocupados del Polo Obrero con el objetivo de ponerla en producción. El juez de garantías Eduardo Tubío dispuso ayer que los ocupantes fueran sacados del lugar. Si bien el Concejo Deliberante local reaccionó sancionando la expropiación de las maquinarias en favor de la cooperativa obrera, el magistrado consideró insuficiente tal norma y efectivizó su orden. Durante el operativo, la Bonaerense detuvo al abogado Pablo Heller y reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a quienes se habían reunido en el exterior para apoyar la toma.Sasetru es un predio de seis cuadras de largo por cuatro de fondo, en el límite entre Avellaneda y Lanús. En su interior funcionaron plantas de elaboración de alimentos con una producción muy diversificada. El grupo fue declarado en quiebra a principio de los ‘80. En las dos décadas siguientes hubo anuncios de reactivación que no se concretaron; el paisaje actual es de grandes pastizales y tinglados semidestruidos, en algunos de los cuales se asentaron familias indigentes. En la planta desalojada funcionó inicialmente una fábrica de fideos. El edificio es un galpón de paredes amarillas de cien metros de frente, en cuyo interior, según detalló la presidenta de la Cooperativa Gestión Obrera, Alicia Gutiérrez, hay “tres líneas de producción con capacidad para hacer cada una 15 toneladas de fideos por día”. Los militantes habían limpiado el lugar y estaban poniendo a punto las máquinas en plan de que entraran en funcionamiento en los próximos cuatro meses, elaborando un producto que tiene insumos de bajo costo y salida asegurada, empezando por la red de comedores populares del conurbano. Según sus estimaciones, la cooperativa daría empleo a 150 personas y generaría de manera indirecta otros dos mil puestos, “en rubros como la fabricación de envases o la venta”. “Cuando entramos al lugar, en enero, nos sorprendió que las máquinas estuvieran embaladas”, señaló Lisandro Martínez, de la misma agrupación. “Igual que el edificio, habían sido compradas a Sasetru por Molinos Río de la Plata aunque sin intenciones de usarlas, sino para sacar de circulación a una planta que le hacía competencia a sus propios productos.” Las máquinas, agregó Martínez, son “algo obsoletas si se las compara con los sistemas actuales, pero perfectamente utilizables para hacerlas trabajar”. La orden de Tubío se basó en un reclamo de la firma Molisud, de acuerdo con el abogado Heller y su par Luis Caro, quienes siguieron las negociaciones en el lugar, “sospechada de ser subsidiaria de Molinos”, que reclama la propiedad por “haberla comprado 6 años atrás”. El operativo policial se inició a las siete de la mañana, cuando la policía desalojó el edificio. Una vez afuera, los ex trabajadores, desocupados y militantes se negaron a moverse de la puerta en protesta por la medida. Los bonaerenses los rodearon y desplegaron una segunda barrera en torno del extenso perímetro del predio de Sasetru, impidiendo el ingreso a la zona de quienes se fueron acercando en solidaridad. En la zona se desplegaron efectivos con lanzagases y perros. “Setecientos ochenta y cinco hombres”, contabilizó el comisario a cargo, Claudio Smith. Del otro lado de esas vallas hubo manifestantes del Polo Obrero, el MST, algunas asambleas barriales y delegaciones de Brukman, Grisinópolis y otras empresas recuperadas. También dirigentes y legisladores como Néstor Pitrola, Jorge Altamira, Vilma Ripoll y Alfredo Villalba, entre otros. La expropiación en favor de la cooperativa venía siendo tratada en ámbitos legislativos y contaba con el respaldo del intendente Oscar Laborde. Por la tarde, ante la situación de crisis, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza de expropiación de las máquinas, declarándolas deutilidad pública. Como segunda medida, aprobó un proyecto de declaración solicitando a la Legislatura bonaerense que tomara la misma medida respecto del inmueble. Una comisión de legisladores, con el secretario de Gobierno local, llevó copias de estas medidas a la puerta de Sasetru, donde los ocupantes resistían el desalojo en un clima que a lo largo de la tarde tuvo varios picos de tensión. La delegación llevó después la ordenanza de expropiación al juez, instalado en una comisaría cercana, aunque sin resultados. A las siete de la tarde, con gases lacrimógenos a los manifestantes y empujones y golpes a los desocupados de la toma, se concretó el desalojo. Anoche los integrantes de la Cooperativa anticiparon que se movilizarán a La Plata para continuar su reclamo.

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