www.laarena.com.ar
Opinión
NO ESTÁ EN DUDA QUE LA ECONOMÍA ESTÁ MEJOR
Lo que hay que debatir es quiénes y por qué se quedan con la mayor parte del ingreso
La economía argentina está bastante mejor, según lo demuestran números e informes variados. Las agorerías de la oposición conservadora quedaron en eso, agorerías. Pero una mejor redistribución del ingreso está pendiente.
EMILIO MARÍN
En noviembre de 2009, al culminar en la Basílica de Luján una protesta de la Mesa de Enlace, Hugo Biolcati aseguraba que el campo estaba mucho peor que en 2008. Y reiteró uno de sus pronósticos apocalípticos, que suelen competir con los de Elisa Carrió: en 2010 iba a ser necesario importar carne, leche y trigo.
Como su negocio particular tiene que ver con la leche, quizás debió limitarse a opinar sobre eso. De todas maneras también allí iba a pifiar, porque tal importación no fue necesaria. Cambió el clima, aumentaron los subsidios oficiales a la lechería y el precio del litro al productor, con lo que subió la oferta.
Tampoco Biolcati iba a admitir que él era el principal beneficiario de los subsidios estatales a la leche, de los que embolsó ese año el 16 por ciento del total nacional.
Las vivencias de los productores contrastaron también con las palabras de ese jefe de la Mesa de Enlace en materia de trigo. En esta cosecha los principales distritos, caso Córdoba, tienen un área sembrada que resulta el doble que la del año pasado. Si el pan falta en la mesa de los argentinos no es por falta de espigas. Será porque a la redistribución del ingreso, si bien ha mejorado, le falta bastante para sacar de la pobreza a todos los compatriotas que la sufren. Y en esa pauperización tiene mucho que ver el accionar histórico y actual de la Sociedad Rural Argentina.
Más aún, si por esas cosas de la política y el parlamento –que hoy es improbable suceda-, si la Rural lograra anular y/o rebajar las retenciones a las exportaciones de granos, tal redistribución del ingreso retrocedería varios escalones.
Los archivos de TVR-678 se han hecho un picnic con los pronósticos fallidos de Biolcati y la cúpula sojera, refritados por los políticos afines como Carrió, Gerardo Morales, Eduardo Duhalde y Mauricio Macri. Estos fueron la caja de resonancia de esas estupideces.
Tampoco fue cierta la importación de carne uruguaya y de otros países. Se siguió comiendo carne argentina, que subió de valores al punto que continuó como buen negocio el exportarla pero también venderla al mercado interno. Aquí vale la pena una aclaración: hay muchos argentinos que comen carne de vez en cuando. El promedio de 60 kilos por persona y por año es eso, un promedio. Seguramente en la casona de Biolcati el registro debe dar 120 kilos y en la de una familia pobre de la villa más cerca andará cerca del cero. Y eso por falta de mejores ingresos de los sectores más vulnerables, aún cuando se reconozca el avance que supuso el pago de la Asignación Universal por Hijo. Como a partir de setiembre, según los anuncios presidenciales, tal asignación subirá a 220 pesos, el paliativo será mayor. De todos modos la idea del bloque de diputados de Nuevo Encuentro, de establecerlo por ley y subir su monto, es mejor.
¿Adónde va tanta riqueza?
Hasta el momento se estimaba que la cosecha de granos 2009-2010 alcanzaría las 95 millones de toneladas. Cristina Fernández en la reunión del Mercosur en San Juan estiró la cifra a 100 millones de toneladas, con lo que se superará el récord clavado en 2008.
Con los cálculos más conservadores, analistas del sector estimaban que a los productores rurales les quedarían 20.000 millones de pesos. Obviamente si lograran el plan A de eliminar retenciones, tendrían un 35 por ciento más, que es lo que el Estado recauda por la exportación de soja. Con un plan B, menos ambicioso, también incrementarían sus ingresos extraordinarios.
Semejante ola de dólares está llegando al mismo tiempo que se reiteran informes sobre que el 70-75 por ciento del personal del campo está en la informalidad. Ahorrarse plata en sus peones puede ser una de las razones que explican la ovación recibida el sábado pasado en la 124º Exposición de Palermo el dirigente sindical duhaldista, Gerónimo “Momo” Venegas, de UATRE. A este Momo le cabe el “Dime quién te aplaude y te diré quién eres”. O más crudamente, suponer que es el esclavo del amo.
Otro que debió cambiar su discurso fue Cristiano Rattazzi, titular de Fiat Argentina. Vocal de Adefa, la cámara de fabricantes de autos, y vice 5º de la Unión Industrial Argentina, en los últimos dos años se la pasó tirando mala onda en todos los programas de televisión a los que acudió.
Allí se quejaba de la inseguridad jurídica, de las trabas para el comercio puestas por la Secretaría, de los altos impuestos, etc. Junto a los directivos de UIA, como Héctor Méndez, visitó a la Mesa de Enlace y asistió a sus actos políticos.
Sin embargo Adefa ha convalidado el pronóstico de la ministra de Industria, Débora Giorgi, de que este año habrá una producción récord de 700.000 vehículos. Y que en 2011 se fabricará un millón de autos.
Tales producciones también se verificarán en Fiat, lo que llevó a Rattazzi a anunciar que agregará un segundo turno en la planta de Córdoba y admitir que Iveco lleva fabricados una cantidad de camiones cuatro veces superior a la del mismo lapso de 2009.
Mientras tanto el Corsa de General Motors y el Gol de Volkswagen disputan la punta de la tabla de los autos más vendidos, en competencia pareja.
La pregunta que queda picando es quién se beneficia principalmente de este récord. Sin duda que la patronal automotriz, la misma que en 2008 dispuso despidos y suspensiones apenas vio las primeras nubes de crisis en el panorama internacional.
Hay que refrescar que todas esas terminales son extranjeras: General Motors, Fiat, Iveco y Volkswagen, más Ford, Toyota, Renault, Citroën-Peugeot y Scania. Hasta el presidente de Adefa es importado: el mexicano César Luis Ramírez Rojas representa a Scania Latinoamérica.
Echar mano a esas rentas
Esas patronales son más que renuentes a otorgar aumentos salariales, usando entre otros gastados argumentos que tendrían fuerte impacto inflacionario. Esa fue la tesis de Méndez de la UIA y de su adláter Daniel Funes de Rioja, que ahora va como delegado al Consejo del Salario convocado por el gobierno. Pese al mayor volumen de la producción y los servicios, que vienen empinándose a una tasa anual del 8,9 por ciento, “china”, esa delegación industrial procurará poner el mínimo en su mínima expresión, valga la redundancia. De 1.500 pesos admitirá 1.700 o un poquito más.
Esta obstinación de las cúpulas monopolistas del agro, la industria y las finanzas motiva reclamos y protestas de los asalariados, desocupados y jubilados.
Por caso, hoy está la huelga bancaria. Independientemente de que debajo de la superficie algunos dirigentes del zanolismo tengan disimulado el reclamo de libertad de Juan José Zanola, la explicación de que tienen haberes insuficientes y hay falta de seguridad con las salideras, etc, parece razonable.
Y esto contrasta con los robustos números de las entidades financieras, que en el primer cuatrimestre del año ganaron 40,5 por ciento más que en 2009, unos 3.035 millones de pesos (LA ARENA, 21/6, en base a datos del Banco Central).
Aunque entre las diez entidades más grandes por depósitos y activos están los oficiales Banco Nación, Bapro y Ciudad, la mayor parte de las ganancias fueron para los privados. El informe del BCRA explica el resultado extraordinario en función del “elevado margen financiero”, “los resultados por intereses y por títulos valores” y “la baja de los gastos de administración”.
¿Qué esperan el Estado nacional, la presidenta de la Nación, la titular del BCRA Mercedes Marcó del Pont, la bancada de diputados del FPV y otras para producir una profunda reforma bancaria que capte esa renta? Desde abril pasado existe un proyecto de ley, presentado por el diputado Carlos Heller, presidente del Credicoop. El mismo promueve la anulación de la vieja norma de la dictadura y un sistema de crédito más federal y regulado por el Estado, con determinados porcentajes obligatorios de préstamos a las Pymes y por regiones, sin que hasta ahora el oficialismo se haya interesado concretamente en su tratamiento.
Cristina Fernández, en su mensaje desde San Juan, recordó que la recaudación impositiva había batido marcas. Creció 38,4 por ciento en julio y acumuló 229.055 millones de pesos en lo que va del año.
Si así y todo esos recursos no fueran suficientes para financiar proyectos como el 82 por ciento móvil para los jubilados que ganan la mínima, perfectamente realizable, entonces con mayor motivo habría que echar mano a rentas como la financiera para calzar esos proyectos sociales.
No es justo que Biolcati, Rattazzi y los banqueros tomen tanto del ingreso nacional, y siete de cada diez jubilados cobren el haber mínimo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario