Por Marlene Silva (*)
Se aprieta el estómago, arden los ojos.
Un compañero comenta: “Es otro rasgo de los 90, los fallecimientos de
trabajadores por despidos, o suicidios”. El presidente comenta: “Te la
debo, no estoy en tema”. Duele ver que no sea el tema principal en las
pantallas de TV. Sí, una ya sabe que la prensa hegemónica no lo va a
mostrar. Pero la bronca brota igual. No hay que perder la capacidad del
asombro, dicen.
Dos trabajadoras de distintos puntos del país
murieron en los últimos días. Melisa Bogarín era de la provincia de
Chaco y trabajadora hacía 8 años en ProHuerta, un programa gestionado en
conjunto por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el
Ministerio de Desarrollo Social. Tenía 30 años, una beba de 1 año, un
marido despedido de Agricultura Familiar y un contrato laboral por sólo
tres meses, no renovable.
El Ministerio de Desarrollo Social había
extendido su contrato precarizado por tres meses más, sin seguridad de
renovación. Situación en la que se encuentran más de 200 trabajadores
del ProHuerta en todo el país. Durante una asamblea en la que estaba
explicando su situación, se descompensó y tuvo un paro cardíaco.
Falleció mientras la llevaban al hospital.
Yolanda Mercedes tenía
60 años, era auxiliar docente en la Escuela Especial 506 de Mar del
Plata. Le habían descontado 6.000 pesos por las medidas de protesta
cumplidas por el sindicato SOEME en reclamo por paritarias en la
provincia de Buenos Aires. Se descompensó tras encontrar que sólo le
quedaban 40 pesos en su cuenta bancaria. Estuvo algunos días internada y
falleció.
Fue una de las 65 mil trabajadoras que sufrió
descuentos indiscriminados por parte de la gestión provincial a raíz de
la retención de tareas del gremio. Se presentó una denuncia penal contra
la gobernadora María Eugenia Vidal, por el presunto delito de homicidio
culposo. Mauricio Macri, tras ser consultado sobre el conflicto de los
trabajadores auxiliares y el caso particular de esta trabajadora,
respondió: “No estoy en tema, es un tema de la provincia de Buenos Aires
(…) te lo debo”.
¿Acaso al presidente no le compete? La política
de ajuste que lleva adelante el gobierno de los CEOs es abrumadora. Tan
lejos quedó ya aquella promesa de “pobreza 0”, que si la escucháramos
ahora sonaría, no sólo mentirosa, sino hasta burlona. Pareciera tan
repetitivo seguir enunciando los miles de despidos y las tarifas
sofocantes que afectan fuertemente a la clase trabajadora. No lo es.
El
cinismo demostrado en todos los niveles del funcionariado macrista
eriza la piel. Sus políticas contra el pueblo, sus cuentas saqueadoras
del Estado, sus aliados del Poder Judicial que encarcelan a Milagro y
someten a indagatoria en una causa sin sustento a la líder política con
mayor referencia en nuestro país. Mientras que la prensa hegemónica
habla de “la pesada herencia” y encarna agravios contra el pueblo
argentino al tiempo que le miente en la cara.
Están abriendo una herida profunda. Ojo, que de tanto tirar, la cuerda se corta.
(*) Periodista de Radio Gráfica
15 abr 2016
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