Buenos Aires, 9 de agosto de 2007 (RENA) La muerte de once aborígenes en Chaco, al norte del país, víctimas de la desnutrición en el término de apenas dos semanas, fue denunciada por organismos que defienden sus derechos como “desastre humanitario”, pero desde el gobierno provincial se asegura que se está trabajando bien y el Ministro de Salud, Ricardo Mayoral en una emisora porteña tildó de “insubordinados” a los indígenas por no acatar los lineamientos de los programas de salud que se les acerca.Ayer, miércoles por la mañana, unos 60 delegados de las comunidades toba, wichí y mocoví llegaron hasta las puertas de la Casa de Gobierno reclamando la renuncia de Mayol, que lo sindican como el principal responsable de la seguidilla de muertes por nutrición deficiente.Reconocidas figuras de ONGs describieron con crudeza a RENA la real situación de los indígenas en la provincia, denunciaron la inacción de las autoridades y adelantaron que el panorama podría agravarse en los próximos días.
Confusa situación
Mientras las crónicas muestran cada semana la nueva muerte de un indígena por desnutrición, organismos del Estado se intercambian responsabilidades y no queda claro quien debió responder para que los fallecimientos no ocurran.“Los planes sociales de salud y alimentación no llegan o llegan parcialmente o esporádicamente y los diversos organismos del Estado, como Salud Pública, Desarrollo Social, Ministerio de la Producción, Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH), trabajan aisladamente entre sí y muchas veces con relaciones de competencia o conflicto”, dijo a RENA Germán Bournissen Coordinador Nacional del Equipo Nacional Pastoral Aborigen (ENDEPA). Pero el propio titular del IDACH, Orlando Charole dice que “El Ministerio de Salud no ha cumplido con las comunidades indígenas”, y agregó que atento a los hechos lamentables “no se descartan ninguna medida de fuerza” y hasta llegó a hablar de “tomar hospitales” de Resistencia y el interior provincial.Pero la situación no se circunscribiría solo a una deficiente asistencia sanitaria. Para el titular del Centro de Estudios e Investigación “Nelson Mandela”, Rolando Ruíz en diálogo con RENA “El desastre humanitario que rodea a las comunidades indígenas desembocó en el colapso sanitario. Sin embargo, previo a todo se produjo el rotundo fracaso de las políticas socio-sanitarias llevadas adelante por el gobierno provincial; y esto condujo al fracaso de la política sanitaria”.El directivo asegura que llegó la ola de frío y “el ministerio de Salud no había hecho nada a pesar de contar con la nómina de desnutridos del lugar más pobre de la provincia”, en referencia a El Impenetrable. En ese paraje murió el martes una mujer, la undécima víctima de desnutrición. Y agrego: “Sin embargo, el ministro predica que la desnutrición no es un tema de su ministerio y que no es una enfermedad. Así las cosas en la provincia del Chaco, seguidas de muertes evitables”.En tanto la Iglesia, testigo de la muerte de una mujer toba de 54 años con sólo 24 kilos de peso, que fue recibida en la sede parroquial dijo lo suyo. “Constituye un verdadero avasallamiento de la dignidad humana” expresó a los medios de prensa chaqueños el cura párroco de la Catedral de Resistencia, Roberto Silva. Y también advirtió que los indígenas se ven “condenados a la muerte de los mansos, la de los que, sin quejarse, ven terminadas sus esperanzas de subsistir y mueren presa de las enfermedades más arcaicas o del mal más grande que hay en nuestra nación: morirse de hambre en la patria bendita del pan”. El cura cargó fuerte contra la política y alertó sobre la urgencia de atender a los más necesitados “antes que a las campañas electorales”, dijo.Tampoco ahorró críticas contra el IDACH a quien le reclamó que “revise y depure el plantel de sus funcionarios”. Charole el titular del organismo salió al cruce con un “ya cursamos una invitación para reunirnos con la Iglesia”.
“Perdieron su soberanía alimentaria”
El titular del Centro Mandela y de la Pastoral Aborigen coinciden en que el escenario actual de muertes por desnutrición tiene un trasfondo de larga data. Y ahora habría comenzado a verse los resultados de legendarios despojos que han ido sufriendo las comunidades indígenas, y no sólo de Chaco.Para Nuñez “Quedó en evidencia que las comunidades indígenas integran los bolsones de población sobrante´. A lo largo de muchos años no se planificaron ni se ejecutaron políticas de promoción para el desarrollo humano y social de amplios sectores de la comunidad chaqueña, especialmente de los pueblos indígenas. De esta manera creció la brecha entre ricos y pobres, generándose una extraordinaria desigualdad social”. Y en ese contexto “el 7 por ciento-dijo- de los propietarios, concentra casi el 70 por ciento de los inmuebles rurales y se apropia de más del 70 por ciento del producto bruto interno. La sumatoria de pobreza y desigualdad social ha generado la exclusión y la marginalización de amplios sectores sociales, con especial impacto en las comunidades indígenas”.Por esa sumatoria de calamidades cree que “la cuestión supera la emergencia alimentaria y sanitaria dado que atravesó el dilema salud/enfermedad y vida/muerte, con los resultados a la vista”,dijo.Bournissen dijo a esta agencia que se trata lisa y llanamente de “pérdida de soberanía alimentaria”. Porque explicó “sus territorios han sido invadidos y cercados impidiendo el paso de los indígenas para cazar, pescar, recoger miel, plantas alimenticias y medicinales. Los montes han sido arrasados con topadoras y los árboles derribados han sido quemados, exterminando de esta manera la muy importante fuente de proteínas que brindaban los animales silvestres y han dejado sin comida a toda esta gente”.Y en la misma línea que Núñez agregó “Las tierras fiscales (donde comúnmente vivían los indígenas) han sido saqueadas y rematadas por monedas a los amigos del gobierno de turno y la gente debe refugiarse en las banquinas de las rutas, a lo largo de las vías muertas del ferrocarril o en la periferia de las ciudades sin encontrar allí trabajo, una vivienda digna, acceso al agua potable y a sistemas mínimos de eliminación de basura y excreta”.El despojo de tierras sigue siendo la gran pelea de los indígenas. En una reunión de hace una semana, unos 50 caciques de diversas etnias plantearon el problema de la ocupación de tierras de la zona del interfluvio Teuco-Bermejito por parte de criollos y pidieron al IDACH que realice una presentación judicial que posibilite la reubicación de los criollos y las 150 mil hectáreas del interfluvio vuelvan a manos aborígenes.
Serían unos 80 los desnutridos
Entre tantas idas y vueltas no ha surgido hasta el momento la cifra oficial de indígenas en estado de desnutrición, incluso el propio gobernador Nikisch admitió a medios provinciales que “es muy difícil que un director de un hospital o un encargado de Desarrollo Social del interior de la provincia pueda saber qué pasa en cientos y cientos de kilómetros a la vuelta, casa por casa”.Esta agencia consultó al respecto al titular del Centro Mandela, entidad que recorre con frecuencia las zonas chaqueñas más desprotegidas quien afirmó que son unos 80 los aborígenes en esa situación extrema. También Núñez explicó que “los datos que brinda el Estado provincial, específicamente los socio-sanitarios, no son confiables” y que fueron confeccionados “bajo la influencia de las cifras negras en salud”, dijo.En materia de desnutrición, reconoce que el universo de personas desnutridas que figuran en los Anuarios, apenas significan un 50/55 por ciento del total existente, de lo cual se desprende que el 45/50 por ciento de los desnutridos no fueron detectados o denunciados como tales.No obstante ello, existe – agregó- mucha incertidumbre sobre la cantidad de personas desnutridas que habitan la provincia del Chaco.En un informe oficial fechado el 29 de mayo último, que se hizo tras un trabajo de campo que realizaron médicos del ministerio de Salud Pública de esa provincia, con epicentro en la localidad de Villa Río Bermejito y en parajes cercanos, en un radio no mayor de 12 kilómetros, se detectaron la presencia de 92 personas desnutridas en distintos grados y malnutridas.Conocidos esos datos se plantearon las sugerencias para la asistencia alimentaria donde se especificó que “por cada persona y durante un mes se debía asistir alimentariamente entregando 2 kilos de carne, 2 cajas de leche en polvo fortificada, 3 kilos de harina de trigo fortificada, 1 kilo de harina de maíz, 2 kilos de fideo, 1 kilo de arroz, 1 kilo de lenteja, un paquete de sal yodada de 1/2 kilo, 2 botellas de aceite vegetal, 1 kilo de azúcar y 1/2 kilogramo de miel; y que los niños menores de 6 meses debían recibir la asistencia alimentaria con el objetivo de lograr una buena nutrición materna”, explicó Núñez.
Asistencia social
Un cacique toba denunció en una FM local que “Se roban todos los envíos de coparticipación que son enviados a las comunas, desde los intendentes hasta el gobierno y los diputados provinciales” y reclamó “paren con este genocidio”.Es que también desde hace un año llueven las críticas por la asistencia social del gobierno chaqueño.“Asistencia social no se brinda – dijo Núñez- se practica un asistencialismo de muy baja calidad y que beneficia a sectores que esencialmente se encolumnan detrás del clientelismo político que con dureza practican los intendentes de El Impenetrable, con el apoyo del gobierno central de la provincia del Chaco”. Y agregó: “Cada tanto se distribuyen bolsines de mercaderías y se prometen otros beneficios, que muchas veces no llegan. Nada obedece a una planificación que tenga por objetivo el rescate de los sectores más excluidos o que tenga la finalidad de hambre cero”, enfatizó.El gobernador insistió en que “Vamos a trabajar y vamos a ver puntualmente los casos, y se tiene que saber desde la comunidad del Chaco que se viene trabajando mucho y bien, y que el tema de salud funciona muy bien en todos los rincones de la provincia”.Nikisch reclamó a la ciudadanía que denuncie los casos de desnutrición “antes de que se produzcan estos eventos”.
La ONU reconoce derechos de los indígenas
Hace poco más de un mes el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se reunió en Ginebra y por 30 votos a favor, 2 en contra y 12 abstenciones aprobó una Declaración Universal que convalida los derechos de los pueblos indígenas.El documento aprobado ofrece salvaguardas para que los Estados preserven su integridad territorial, de modo que los conflictos y reivindicaciones de tierras eventualmente reclamadas por los indígenas, puedan solucionarse mediante la negociación de autonomías, respetando sus valores y el derecho a la reparación si hubo expropiaciones.Aunque fue un tibio primer paso se abre una puerta para que se obligue a los Estados a terminar de saldar una deuda ancestral, con siglos de racismo, xenofobia, intolerancia y marginalidad.Este reconocimiento de las Naciones Unidas, inexplicablemente, tuvo once años de debate. Convalidar los derechos humanos a los pueblos indígenas desde el alto organismo internacional constituye un acuerdo inédito.
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