Ante el comienzo de un nuevo año lectivo el Consejo Directivo de Ademys reafirma su compromiso en defensa de la escuela pública.
Este inicio se da en un marco nacional-internacional impactado por una severa crisis económica mundial, que ya en el transcurso del verano, produjo un creciente número de despidos, suspensiones y un aumento de la precarización laboral.
Como en toda crisis del capitalismo, lo que se debate, lo que está en juego, es definir quién pagará los costos de la misma. El dilema es si el capital, (las clases propietarias) podrán descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores (despidos y reducción del salario) o por el contario, si los trabajadores seremos capaces de organizarnos para enfrentar este intento, logrando preservar la fuente de trabajo y el poder adquisitivo de nuestro salario.
Del lado del empresariado ya se escuchan voces preocupantes que contraponen el mantenimiento de los puestos de trabajo, con el aumento de salarios en un claro chantaje político. Contradicción falsa como lo demostró la crisis del 2001 con la famosa “Ley Banelco”, que prometía mantenimiento de lo puestos de trabajo a cambio de mayor flexibilización laboral. El resultado fue el aumento explosivo de la desocupación y la caída del salario.
También son preocupantes las declaraciones del gobierno nacional (entre ellas las del ministro Tedesco que sostuvo que no existían razones para otorgar un aumento salarial) que en función del mantenimiento de la gobernabilidad y de una supuesta racionalidad económica, plantea un techo para las futuras paritarias nacionales. La historia reciente también nos demuestra que la gobernabilidad solo se logra dando respuestas positivas a las demandas populares. Lo que desestabiliza son las demandas sociales no satisfechas.
Tampoco ayudan las declaraciones de determinados dirigentes sindicales que hablan de proponer “exigencias razonables”, ya sabemos que estos dirigentes son siempre funcionales a los intereses del gobierno de turno.
Para Ademys, lo razonable es exigir tanto al gobierno Nacional como al gobierno de la Ciudad un aumento de salario que se corresponda con el costo de la canasta familiar (lo que necesita una familia con dos hijos para vivir- estudio CTA); Por lo tanto solicitaremos en la mesa salarial un sueldo inicial de 1800$ y la correspondiente recomposición de toda la escala salarial.
Lo razonable también es exigir la estabilidad laboral de los docentes contratados; en tal sentido repudiamos el veto de Macri a la Ley aprobada por la Legislatura de la Ciudad hacia fines del año pasado, Ley que representaba la posibilidad de dar respuesta a esta situación de precariedad laboral; Lo razonable es lograr el 82% móvil para los jubilados.
Ademys es conciente que el nivel de la lucha emprendida y el marco de ofensiva sobre los trabajadores requieren profundizar los niveles de democratización y unidad sindical. Desde estas exigencias continuaremos desplegando estrategias de unidad en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y en el ámbito nacional, como así también el espacio asambleario como ámbito de decisión. Las circunstancias exigen que los trabajadores elaboremos un programa para el conjunto del campo popular, en forma autónoma e independiente que plantee una salida alternativa a la crisis.
Como ejemplo cabe señalar la articulación nacional lograda con diferentes sindicatos provinciales y comisiones directivas distritales de diferentes regiones del país; con las cuales acordamos coordinar acciones de lucha hacia el inicio del ciclo lectivo, exigiendo un sueldo básico unificado nacional.
Esta nueva crisis mundial nos desafía como trabajadores, una vez mas, a dar una batalla política ideológica que nos permita diseñar un mundo mejor.
Nuestra responsabilidad como docentes se multiplica en este sentido.
Desde Ademys vinculamos la lucha por el salario docente y las condiciones laborales cono los intereses generales de la ciudadanía en defensa de la Escuela Pública. Las condiciones salariales hacen a la situación de bienestar más general de nuestro pueblo.
El sustento real de la permanencia y crecimiento madurativo e intelectual de nuestros alumnos en el aula, se encuentran en los padres y los docentes con pleno empleo y salario digno.
Frente a las políticas educativas que intentan naturalizar la desigualdad, favoreciendo inclusiones sociales funcionales a los privilegios establecidos, Ademys continúa planteando la necesidad de una política educativa para la transformación, liberadora e igualitaria de nuestra sociedad.
Consejo Directivo
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