22 sept 2010

LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS - DECLARACION DE LOS ESTUDIANTES TUCUMANOS EN 1969

PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES


En un día como hoy donde los medios del terrorismo mediático amplificaran los problemas del festejo del día del estudiante, trato de recuperar la memoria me atreviéndome a recordar las batallas de las ideas en el Movimiento estudiantil tucumano. Con el documento trato de homenajear a la lucha de los estudiantes de hoy y a los compañeros caídos que batallaron en las aulas y en las calles de nuestro país.
de Raul Oscar Ruiz Huidobro


LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS

Declaración de los estudiantes tucumanos de 1969

Cuando los estudiantes decimos que queremos una universidad distinta, decimos que queremos una universidad comprometida con nuestro pueblo y con nuestro tiempo: una universidad donde se procesen nuestras conciencias hacia formas superiores de la convivencia social.

Queremos una universidad sin policía donde el único título de los aspirantes a la docencia sea la aptitud probada de su ciencia. No queremos una universidad donde la excusa falaz del
"apoliticismo" reglamente por ley la discriminación y el espionaje, y la marginación de los claustros de la problemática candente del pueblo y de la Patria.

Tampoco aceptamos como destino profesional la mercantilización de nuestras vidas como alternativa de la desocupación. No queremos convertirnos en ejecutivos de los monopolios o aceptar la emigración.
Nuestra formación ha pesado sobre el trabajo del pueblo argentino y sentimos el deber de permanecer a su servicio.

Queremos conciencia nacional impartida desde la cátedra; queremos problemas argentinos y latinoamericanos en las investigaciones y los laboratorios.

No queremos cátedras de Derecho donde se nos fuerce a repetir con laboriosa memoria la casuística codificada donde se cristalizan en derecho positivo las estructuras de un régimen de atraso, miseria y alienación. Creemos que más allá de las fórmulas frías de los códigos están las bases morales y jurídicas de un derecho que responda a las necesidades populares.

No queremos cátedras de Filosofía donde el pensamiento sea obligado a marginarse de una realidad cruel para buscar cobijo en los esquemas intemporales que proponen los ideólogos de un mundo en decadencia. Creemos que en las aulas de la madre de las ciencias deben darnos las herramientas conceptuales para comprender nuestra circunstancia y transformarla.

No queremos cátedras de Psicología donde nos enseñen las técnicas para trocar neurosis socialmente irritantes en neurosis socialmente aceptables, mientras toda la sociedad está enferma. No queremos ser tampoco, psicólogos sociales al servicio de los grandes monopolios, elaborando las fórmulas de la superexplotación al precio del desquicio espiritual de nuestros hermanos, los obreros.
Queremos una psicología puesta al servicio de la libertad del hombre y no de su esclavitud resignada.

No queremos cátedras de Medicina donde los seres humanos sean reducidos a una ecuación orgánica cuyos dolores (aislados del hombre y de su marco social, convertidos en abstracta entidad química) se procesan a alto precio por el camino de encontrar la terapéutica en los vademécum, disfrazados de tratados, de los monopolios farmacéuticos. No queremos cátedras de medicina donde se nos enseñe que el mal de Chagas y la Tuberculosis los producen un tripanosoma y un bacilo, cuando sabemos que las causas sociales de estas
lacras son los ranchos y la desnutrición de nuestro pueblo castigado.

No queremos cátedras de Ciencias Económicas donde se esconda tras un fárrago de esquemas la raíz de nuestra crisis. No queremos cátedras de Ciencias Económicas donde se elaboren conciencias de prolijos servidores de los monopolios y de los evasores de impuestos.
Queremos Facultades de Ciencias Económicas donde se investiguen los fundamentos de nuestra dependencia nacional y las bases científicas de nuestra liberación.

No queremos cátedras de Sociología donde la irracionalidad del neopositivismo y del formalismo reemplace a una ciencia que devele las leyes que rigen la vida social. Queremos una Sociología que dé razón de la violencia contra el hombre contenida en las formas de la
convivencia en crisis.

No queremos cátedras de Arquitectura donde la técnica y el arte sean orientados por rumbo "exquisitos", al servicio de las clases privilegiadas y a la importación de modelos de vida en choque con la cultura, la idiosincrasia y las necesidades latinoamericanas.
Queremos una Arquitectura donde la preocupación fundamental sea la intemperie de los desheredados y la urbanización irracional del mundo moderno.

No queremos cátedras de Historia donde el pasado se falsifique para torcer los caminos del presente. Queremos que se enjuicie a los falsos próceres y se redima a los que lucharon y perdieron por dejarnos una Patria distinta y justa. Queremos una investigación histórica científica. Queremos encontrar en el pasado las causas profundas de nuestro atraso y dependencia para buscar con acierto los caminos de la liberación.

No queremos cátedras de ciencia donde los tecnócratas cientifistas mientan que los esquemas de la física, la química, la biología y las matemáticas son herramientas suficientes para construir el mundo moderno, ignorando estructuras sociales que las hacen estériles. No queremos laboratorios donde enajenados especialistas investiguen micro mundos para cubrir las necesidades subsidiarias de los planes de investigación de las metrópolis, mientras la industria nacional se desangra en regalías.

No queremos cátedras de Agronomía donde se elaboren paliativos técnicos para una crisis agraria cuyos fundamentos reposan en una irracionalidad de relaciones sociales vinculadas a la tenencia de la tierra. Queremos Facultades de Agronomía donde la investigación se oriente hacia las necesidades del pueblo y no de la supervivencia del parasitismo oligárquico.

No queremos cátedras de Arte donde el coloniaje pedagógico forme a nuestros músicos y plásticos en cánones estéticos ajenos a un sentir nacional que exprese las grandezas de nuestro ámbito, de nuestra conciencia y cultura latinoamericanas. Queremos escuelas de Arte donde se elabore la expresión estética de nuestra realidad continental.

No queremos cátedras de ninguna clase donde se nos estereotipe en una deformación profesional que nos haga inhábiles para comprender que más allá de nuestra disciplina específica, se desenvuelve el drama de una sociedad en tránsito.

En fin, no queremos ninguna clase de "cátedra" sino una universidad convertida en gigantesco laboratorio donde los claustros estudien y debatan en libertad y democráticamente los grandes problemas de Argentina y Latinoamérica, y donde la formación de los estudiantes pase por la investigación científica de esos problemas.

Queremos terminar con la universidad academicista de las clases magistrales, de los repetidores incansables de los textos muertos, del fetiche de la elaboración científica de las metrópolis, en función de necesidades culturales y técnicas divorciadas de nuestra realidad de atraso y dependencia. Queremos una universidad científica. Pero creemos que la integración de la universidad argentina al pensamiento científico universal no será lograda por la adopción mecánica de conocimientos acabados en una realidad distinta, sino por la investigación y solución de los problemas de nuestra propia realidad.

Los estudiantes hemos convocado a los claustros, y por ello algunos desprevenidos han creído o querido creer que nuestro propósito es el de exhumar de la tumba de la historia superada el cretinismo parlamentario que signó a la universidad anterior a 1966.

No queremos la Ley Universitaria; pero tampoco queremos el regreso a formas institucionales corrompidas, donde la menguada libertad de la "isla democrática" era usufructuada al precio de ignorar la proscripción de las mayorías populares; donde la conciencia nacional era desplazada por componendas supuestamente "progresistas".

Los universitarios de 1969 no somos ilusos. Hemos desconocido a la Ley y a las autoridades que nos imponen un régimen que representa la negación de nuestras aspiraciones, pero sabemos que los claustros están llenos de cómplices del régimen. Las camarillas profesorales que durante tres años de intervención guardaron respetuoso silencio, hoy se apresuran a ofrecerse como equipos de recambio para la misma política de la universidad mezquina, limitacionista, arancelada, discriminatoria, de la dictadura de los monopolios. A ellos es necesario recordarles que, si ahora se atreven elevar su voz entrecortada hacia el poder central, es por la sangre generosamente derramada por los estudiantes, verdaderos puntales de la democracia universitaria. Y que si al margen de las aspiraciones estudiantiles pretenden encumbrarse ofreciendo las migajas de su "comprensión", su "diálogo" y su "liberalismo", contra ellos también se volcará el embate
de la movilización estudiantil.

(Documento presentado por los estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán en 1969)

El Centro de Reflexión y Estudios de Argentinos en Resistencia (CREAR) ubica la lucha de los estudiantes tucumanos dentro de un marco general de recomposición y auge de las lucha de clases protagonizadas por el movimiento obrero azucarero y de fuerzas opositoras y
revolucionarias que se oponían a la dictadura de la "Revolución argentina" y al imperialismo".

"Bajo la influencia de las puebladas de Villa Quinteros, Santa Rosa, San José, Bella Vista y Santa Lucía, y ejemplo de la sangre derramada por el estudiante cordobés Santiago Pampillón y la obrera azucarera Hilda Guerrero de Molina, en el ámbito del movimiento estudiantil tucumano, predominaba la fuerza organizada de las facultades de Derecho, Ciencias Económicas, Filosofía, Arquitectura y Educación Física, acompañada por un fuerte despertar del movimiento estudiantil secundario".

"En 1969, en el movimiento estudiantil universitario comenzaban a perder posicionamiento las fuerzas de la izquierda reformista, y como contrapartida, crecían la Juventud Peronista de la III Zona con buen trabajo en el sector territorial (que aportó cuadros a las FAR y Montoneros), y agrupaciones como Integralismo (peronistas y cristianos que se identificaban con la resistencia peronista y la revolución cubana y contribuyó con cuadros a Montoneros. FAR y PRT - ERP), Grupo de Base Independiente (desprendimiento de Integralismo y que sumó militantes a las FAR, Montoneros y PRT – ERP) y de la Tendencia Antimperialista Revolucionaria (organismo de base del PRT – ERP), quienes comenzaron a dirigir el proceso en las filas universitarias".
"Cabe destacar que en la Asamblea universitaria, que se aprobó
éste documento, el papel protagonizado por los estudiantes
secundarios de la Tendencia Estudiantil Revolucionaria Secundaria (PRT
– ERP), la naciente agrupación de la Juventud Peronista III Zona
que después se constituiría en la Unión de estudiantes
Secundarios, y la Agrupación Revolucionaria de Estudiantes
Secundarios, fue clave y decisivo, para poder llevar adelante el rumbo
político ideológico de éste documento histórico.

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