EGIPTO: UN BOTON DE MUJESTRA

La rebelión popular en Egipto no es un relámpago en el cielo despejado sino la consecuencia de una crisis del capitalismo que no da tregua, otro eslabón en la cadena de levantamientos que recorren medio oriente, con la particularidad que se produce en uno de los enclaves del imperialismo norteamericano; en esa delicada zona petrolera. Resultan surrealistas las declaraciones de H Clinton tratando de distanciarse de una dictadura que apoyaron durante décadas y que ahora tambalea por la movilización de las masas, desatada entre otras cosas por las mismas medidas de ajuste que castigan a los trabajadores europeos.

Esta rebelión, más allá de los resultados, deja una profunda enseñanza a los pueblos árabes y también para el imperialismo y sus lacayos en Medio Oriente. Evidentemente la vetusta dictadura egipcia no puede seguir gobernando como hasta hace poco tiempo y la combatividad de las masas populares de Egipto es un ejemplo para los pueblos cercanos y una seria advertencia a sus clases dominantes. La chispa puede incendiar la pradera.
Es probable que el capitalismo prolongue su agonía en Egipto; decimos esto porque a pesar de la heroica lucha de este pueblo, no se visualizan organismos de poder popular, alguna nueva institucionalidad en condiciones de disputar el poder a la burguesía árabe como tampoco un partido independiente de los proletarios egipcios, que pueda direccionar esta lucha hacia la superación de la actual formación social en ese país. A pesar de esta situación, las condiciones para el desarrollo del movimiento revolucionario en Medio Oriente son más favorables que nunca y tenemos la certeza de que, más temprano que tarde, esos pueblos junto con los oprimidos del resto del mundo, barreremos al imperialismo de la faz de la tierra.



¡Viva la rebelión popular en Egipto!

¡Abajo el imperialismo y el sionismo!


¡Revolución socialista o caricatura de revolución!