Nota editorial de Prensa Obrera, periódico del Partido Obrero, Nº 1164
Por Pablo Heller
Operativo clamor: un recurso de necesidad y urgencia
Más que ante un operativo clamor estamos frente a un recurso de necesidad y urgencia. En la Casa Rosada se está discutiendo adelantar la proclamación de la candidatura de CFK, para pilotear la crisis en el PJ y en toda la estructura kirchnerista, desatada por la pugna de candidaturas en los niveles provinciales y municipales. La que no podría ser anticipada es la candidatura del candidato a vicepresidente.
La premura está dictada, en primer lugar, por la necesidad de desactivar la candidatura alternativa de Scioli, que no tiene un sustento propio pero podría emerger si el gobierno activa la posibilidad de listas colectoras, porque esto potenciaría la postulación rival de Sabbatella y de diversos candidatos a intendente en el conurbano. El planteo de Scioli a favor de bajar la imputabilidad penal para los menores empalma con las versiones de un amotinamiento de la Federal como consecuencia de las purgas dispuestas por la nueva ministra Garré. El desembarco de la Gendarmería en el conurbano desató una suerte de rebelión en la Bonaerense, celosa de sus negocios. A esto se suma, ahora, el resonado caso de narcotráfico, que envuelve a la Fuerza Aérea, la Policía Aeronáutica y la administración kirchnerista de la Aduana y de la aviación civil (Anac). Aníbal Fernández aprovecha cada episodio para pasarle facturas a la ministra de Seguridad. Del adelantamiento del ‘clamor' se ha encargado el cortesano Horacio Verbitsky, quien ha anunciado que CFK "emerge sin rivales". La proclama es, de todos modos, vacía, porque su viabilidad ulterior depende de arreglos con los viejos caciques derechistas del pejotismo, que aún deben consumarse.
Las líneas internas "progres" que actúan a través del FpV quieren poner al vicepresidente y al vice bonaerense, más allá de las colectoras de Sabbatella, o sea que imaginan pelear la sucesión en 2015. Lástima, dicen las versiones, que no tienen candidatos que traccionen a favor de la Presidenta. El 75% de los intendentes, que se presentan para su reelección, no están dispuestos a aceptar que, bajo el paraguas de Cristina, proliferen rivales en los distritos o debajo de Scioli. El operativo clamor deberá conciliar la candidatura de CFK con la de Scioli, según las condiciones mínimas que éste exige para la provincia.
Detrás del escenario
Cuanto más se proclama la de Cristina K como una candidatura firme, la estantería de la gestión se sacude. La afirmación presuntuosa de que la Argentina había logrado sortear la bancarrota capitalista mundial ha quedado definitivamente sepultada frente a la estampida de la inflación, que es consecuencia de la devaluación del dólar -el arma principal del capital norteamericano para neutralizar su propia bancarrota. Los K han liberado el precio de la nafta en función de sus compromisos con Repsol-Eskenazi, pero si hicieran lo mismo con el transporte y las tarifas de gas y luz, tendríamos un ‘replay' de lo ocurrido en Bolivia. Los subsidios, en 2010, han llegado a la friolera récord de 48.000 millones de pesos y siguen subiendo. El aumento colosal de los precios de las materias primas -entre ellas los granos- acentúa la sobrevalorización del pe! so y, por lo tanto, el abaratamiento de la importación -que ya ha provocado choques con la patronal de la industria. El fracaso del pacto social obedece, precisamente, a que las patronales y la burocracia reclaman a cambio de ciertos compromisos en materia de precios y salarios, concesiones en materia de subsidios, tarifas, créditos y rebajas impositivas que el gobierno no está en condiciones de dar.
El descalabro inflacionario empieza a manifestarse en movilizaciones, protestas y huelgas muy aguerridas, incluso de alcance regional, como la huelga por tiempo indeterminado, que ya lleva una semana, dispuesta por la CGT de San Lorenzo. Recordemos la pujante huelga de los petroleros de Santa Cruz que echó por tierra el acuerdo firmado en ese ramo, promovido por el gobierno.
Crisis y realineamientos
La pelea por la sucesión en el kirchnerismo ha encendido las alarmas de la burguesía, que le ha hecho saber al gobierno que su apoyo está condicionado al reforzamiento de las candidaturas del elenco de gobernadores de las oligarquías agro-industriales de las provincias. Lo mismo podría decirse de la exclusión de Argentina en la gira de Obama, aunque ésta responde a una decisión de conjunto del ‘establishment' norteamericano, que reclama una reparación por los ‘agravios' a Bush en la ‘cumbre' de Mar de Plata de 2005.
El impasse en el armado del esquema K para las elecciones impide al bloque del Peronismo Federal-PRO armar el suyo propio, pues están pendientes del destino de Scioli e incluso de Reutemann. El PJ de Santa Fe marcha a la escisión como consecuencia, precisamente, de la negativa de Reutemann a anticipar el apoyo a la candidatura de CFK.
Conclusiones
A partir de esta caracterización, advertimos a los trabajadores de lo infundado de la pretensión progre-kirchnerista de desarrollar una alternativa independiente respecto de la derecha pejotista dentro de la campaña electoral del gobierno. La derecha política del país se encuentra, en su mayoría, dentro del campo K; así lo prueba el hecho de que sus emigrantes (Solá, Massa) de inmediato se pasan al campo de la derecha extra oficial. La Presidenta va a pactar la reelección de Scioli y de todos los gobernadores pejotistas, no los va a desbancar. No tiene la menor intención de inviabilizar la reelección echándose en contra a la derecha gubernamental. La pseudoizquierda K aceptará este compromiso oficial y se tragará todos los sapos que sea necesario. A partir de esta entregada a la "derecha endógena" (expresión venezolan! a), los ‘progres' admitirían salvar la cara con un candidato a vice del elenco ‘transversal'. En suma, votar a CFK es votar a la derecha y a los candidatos de los banqueros y los industriales.
3 feb 2011
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