Pablo Pimentel (APDH La Matanza): “Luciano tiene que ser la
bisagra de esta Argentina que ha impregnado de impunidad el pasado, el
presente y el futuro”
Hoy
recordamos que hace ya seis años - y justamente salimos de su lugar de
crianza - se vio por última vez a Luciano. Nos preguntaban
cuando nos hacían algunas notas diferentes medios qué sensación
teníamos.
Lo primero que me vino a la mente y al recuerdo fue a mediados del año 2009, cuando se acercaron un día de atención en la APDH
que teníamos en Peribebuy y Almafuerte, Vanesa junto a Damián con una actitud de humildad muy grande pero también con una
desesperación, y ahí nos contó lo que estaban viviendo.
Allí empezó el acompañamiento de nuestro organismo, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza. Me acuerdo
que le dije a Vanesa que más allá de que tenga al mejor abogado del mundo -y esto es para todas las familias que
hoy
están
padeciendo lo mismo que Luciano y quizá lamentablemente esto va a
seguir- el bastión principal, el eje, la columna vertebral es la
familia. Y esto es lo que quiero homenajear y por lo menos levantar.
A esa madre, Mónica, que desde su lugar de total pobreza se puso de
pie y transformó el dolor, la angustia, la
desesperación, en lucha, como estas queridas dos madres que representan
a tantas madres y familiares de nuestros queridos 30.000
compañeros desaparecidos.
A Vanesa, que ha transformado a una estudiante -en ese momento creo que estudiaba sociología- en una referente e ícono en la
Argentina de una joven que socializó su dolor, socializó a su hermano en una cantidad de Lucianos que, como muy bien llevan
contabilizados y acompañando la CORREPI, son más de 4300 casos en democracia, todos asesinatos de violencia institucional.
A sus hermanitos, que también desde su adolescencia, desde su niñez, están acompañando con mucha entereza la
búsqueda.
Hubo prácticamente cinco años de impunidad, cinco años en que el sistema no funcionó. Y cuando se pidió que se
llevara adelante un instituto, que se menosprecia aún todavía -y tengo una madre acá a
mi
derecha que sigue reclamando por
Gustavo Cortiñas, todo el apoyo a Norita para que se le dé lugar a ese
habeas corpus y que se lleve adelante-, cuando se le dio lugar al
habeas corpus que se presentó junto con el CELS a la Justicia, que fue
rechazado en dos instancias pero por suerte a la tercera instancia se le
dio lugar, ahí recién la Justicia sentó al Estado y le dijo qué tiene el
Estado Nacional y el Estado Provincial para
buscar a una persona.
Yo digo que si eso se hubiera hecho en su momento, cuando lo pidió
regularmente Vanesa, cuando lo pidió al tercer mes al juez Banco
que se dé lugar a un habeas corpus, se hubiera ahorrado cinco años de
angustia, de dolor, de desesperación, de incertidumbre.
Y esto la verdad no tiene perdón, esto también se tiene que
investigar. Esta falta de accionar del Estado se tiene que investigar. Y
a partir de esa ejecución, en un mes se pudo resolver y encontrar esta
nueva etapa que evidentemente es otra situación pero que no
excluye en absoluto la responsabilidad de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires.
Ahora le queda el desafío al doctor Salas y a todo su juzgado
federal, que por lo menos queremos decir que a partir de esa ejecución
del habeas corpus ha trabajado, está tomando muchos testimonios y está
la esperanza en ellos y en la movilización popular y en la
familia para que se sepa la verdad y los responsables de tamaño desastre
que le han hecho padecer a este niño de dieciséis
años. Quien lo haya hecho hacer que lo pague, como lo deben pagar todos
los responsables de todas las familias que
hoy
nos acompañan y
las que no están y están en el resto del país y que están esperando
justicia. Porque los derechos humanos son para todos,
porque todos somos iguales y Luciano tiene que ser la bisagra de esta
Argentina que ha impregnado de impunidad el pasado, el presente y el
futuro.
Tiene que ser la bisagra para equilibrar la balanza de la justicia y que
esa justicia que es para algunos, sea para todos.
Eso es a lo que aspiramos como organismo de derechos humanos, en representación de este colectivo que es la APDH, con todos los
compañeros abogados que han acompañado, en primer lugar Juan Manuel Combi, un compañero que incansablemente continúa,
Cristian Blanco, Alejandro Boys, los compañeros del CELS que también en forma ininterrumpida vienen llevando adelante esto.
Yo quiero terminar, homenajeando y pidiéndoles a Vanesa, Mónica,
Mario y Mauro que no bajen la guardia y decirles que van a tener a
la APDH como compañera junto a todas estas organizaciones hasta que se
haga justicia. Luciano ya no es solamente de la familia Arruga, sino que
Luciano es de la historia argentina, porque debe cambiar la historia de
impunidad.
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Angélica (mamá de Kiki Lezcano): “Donde hay una injusticia y un chico desaparecido, ahí tenemos que estar
nosotros”
Estoy muy emocionada por el acompañamiento que tenemos. Siempre
decimos que Luciano es de todos. Yo siempre cuento que soy la mamá de
Kiki Lezcano, un joven al que también le pasó casi lo mismo. Tenía 17
años, lo hicieron desaparecer, estuvo dos
meses y medio desaparecido. La familia hicimos lo mismo, buscarlo hasta
que lo encontramos, enterrado en La Chacarita, después de dos meses y
medio. Se pueden imaginar lo que fue encontrar su cuerpo, a mí me
hicieron despedir un cajón.
Yo lo vi a Kiki por última vez el
8 de julio, y el
14 de septiembre
no lo pude ver. Me encontré en el desierto, sola, sin justicia,
sin nada. Y empecé a buscar, y en esos caminos encontré en una marcha a
Moni, que estaba con ese cartel como estaba yo, que decía
´buscamos a Luciano´ y yo también buscaba. Se acerca y me dice ´ya va a
aparecer tu negrito y
mi negrito´ y me da un
abrazo, y de esa vez nos hicimos carne el dolor.
Era
mi negrito y el negrito de ella. Cómo no voy a venir ahora, a seis años de que le hicieron esto, que lo viven haciendo. Si no te
organizás y si no luchás se olvidan del caso de tu hijo, de que hubo un Kiki que lo vimos nacer, que creció y vivió 17
años en el barrio.
Como no decir ‘Luciano Presente ahora y siempre’, como no decirles a
todos ustedes que están acá que nos une el dolor,
con estas madres que tenemos acá, ejemplo que desgraciadamente tuvimos
que recoger. Que hay muchos que no son aparecidos, que muchos han
desaparecido pero el dolor está igual, porque cuando no tenemos un hijo
en la mesa es lo mismo que esté desaparecido o enterrado en La
Chacarita o donde sea. Porque hay un vacío en tu alma.
Por eso a vos, muchacho, amigo, vecino, sobrino, nieto, te digo que lo que hagas
hoy es importante para nosotros, ¿sabés por
qué? Porque nos sentimos solos, porque sos parte de nuestra causa, ya que el Estado condenó a que lo enterraran a
mi
hijo como NN y
después me dio un cartelito y me dijo ‘vaya a reconocerlo a la morgue’.
Santiago Veyga dijo que lo mató en defensa propia, a
Kiki y a Ezequiel, todos ellos tienen que pagar. Por eso es muy
importante que nos acompañes, porque a pesar del dolor y de la lucha y
de todos
los recorridos que hicimos, sabemos que ahí hay tortura.
Sabemos que cuando te para la policía y sos un negrito de una villa o
de un barrio, seguramente no te van a preguntar bien, primero
están las patadas y te dicen miles de cosas, como le decían a Kiki en un
video en que se ve cómo lo torturaron durante cuarenta y
cinco minutos.
Quizás a vos te parece que es un cuento lo que estamos haciendo, pero esta es
mi realidad, esto es lo que me pasó y me
fortaleció para pedir justicia, es lo que me hizo salir a la calle y no borrarme, porque esto le puede pasar a otro.
No importa la bandera política, sino todos los que somos acá, que los llevo en el corazón y sé que yo tampoco estoy
sola. Así como Luciano, a Kiki lo hicieron desaparecer, le cortaron la vida, y como a muchos más. Sé que así unidos
y organizados jamás nos van a borrar, porque no van a lograr que dejemos de gritar el nombre de nuestros hijos.
La familia Arruga es ejemplo de lucha, porque ellos enseñaron, saben
lo que es la humildad, lo que es vivir en un barrio y ver la
injusticia. Y donde hay una injusticia y un chico desaparecido, ahí
tenemos que estar nosotros.
Nosotros ahora tenemos voz, pero a ellos los hicieron callar. Por eso
no quería dejar de decirles: Moni, Vanesa, familia Arruga, este abrazo
es para ustedes”.
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Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo-LF): “No podemos permitir que esta Argentina siga siendo la Argentina de la
impunidad”
Igual que esta madre, que la mamá, la familia y la hermanita de
Luciano, todos y nosotras especialmente sentimos lo mismo. Somos parte
de
esta familia. Acá tenemos que denunciar la gran infamia de que los tres
poderes del Estado fueron y son responsables de lo que pasó con
Luciano. No podemos concebir la indiferencia en esta Argentina, que
tiene una juventud hermosa como la que está acá, que es solidaria
del norte al sur y del este al oeste, que da muestras de la solidaridad y
del mirar al otro para ayudar cuando hace falta. Sin embargo, vemos
cómo acá hay toda una colección de infames, de gente indiferente, del
juez al fiscal, de todos los que intervinieron.
Decir también que médicos, enfermeras, el que maneja una ambulancia
son parte de esta infamia, nos da vergüenza. No podemos
concebir que un médico, que jura para salvar la vida, vea que hay una
criatura a la que están buscando y le diga a la madre y a la
familia que no lo tienen ahí, mientras lo pueden salvar a lo mejor en
ese momento. No podemos permitir que esta Argentina siga siendo la
Argentina de la impunidad. No se crean ustedes que las Madres, que los
familiares, que todos los que fuimos golpeados por el terrorismo de
Estado
hoy
nos podemos conformar con un monumento, con un nombre puesto en una
plaza, no. No podemos conformarnos cuando sigue habiendo muerte y
tortura. Es muy
bueno que haya memoria sobre el pasado, pero queremos la justicia
también ahora y acá en el presente. No somos indiferentes a
ningún hecho que ocurre acá.
A veces dicen que las madres tuvimos justicia: no, las madres
luchamos, estuvimos en la calle cuarenta años y ahora hay juicio, pero
es un
logro de la movilización popular y del empeño que tuvimos y la pérdida
también de madres que buscaban a sus hijos y a sus
hijas. No fue fácil, pero no nos conformarnos, porque además no hay
justicia completa.
Yo hice
mi
último hábeas corpus ahora en el 2014, los jueces lo querían ningunear,
porque yo exigí que el juez citara a
Milani y a Rossi. A Milani porque fue oficial de inteligencia de Videla
en la época en que se llevaron a Gustavo. Y a Rossi, porque como
encontró ese archivo después de treinta años, pensamos que tal vez en
algún otro mueble de algún edificio de las
oficinas del Estado puede haber otro paquete de archivos. Por eso el
caso de Luciano nos llena de impotencia, de pensar que después de todo
lo
que pasamos en la dictadura cívico militar, ahora, después de treinta
años de gobiernos constitucionales, no hay un equipo que
cuando se denuncia la desaparición de una persona el Estado tenga que
buscarla.
Nos indignó cuando desapareció por segunda vez Julio López, que el
señor que ahora tiene un alto cargo en el gobierno
otra vez, Aníbal Fernández, dijo ´bueno, se habrá ido a tomar mate con
su tía´, eso me quedó grabado.
Porque no puede ser que un funcionario haya dicho eso después de todo lo
que vivimos en Argentina. Y ahora con Luciano, no puedo creer cuando
dicen cómo ese cuerpito quedó metido en esa Avenida General Paz, que
vino una ambulancia, lo cargaron y sabiendo que lo estaba buscando
la familia lo entregaron en el hospital y todos acordaron guardar
silencio. Me da vergüenza como argentina y como madre. Me da vergüenza
pensar que en este país la indiferencia llega a todos los ámbitos. No lo
puedo creer. Cada uno tiene la culpa y tiene que responder ante
la justicia, cada uno de los que dejó que Luciano fuera torturado y
maltratado. Las Madres que durante 38 años estuvimos en la calle,
que no nos resignamos, que no perdonamos, que no olvidamos y que no nos
vamos a reconciliar jamás con los genocidas, ahora tenemos que seguir
insistiendo porque no podemos creer todo lo que estuvo pasando Luciano
hasta el fin de su vida.
Este día marca que de acá en más tenemos que seguir con más fuerza
todavía para que no quede ningún caso
impune. Porque la obligación y el compromiso es que este país termine
con la impunidad y que haya una responsabilidad también del
Estado, para que formen algún grupo especial para que cuando una familia
va a denunciar una desaparición se ponga inmediatamente en
marcha un mecanismo para buscar a esa persona desaparecida, aunque sea
por un día, no importa, hay que buscarla. No tenemos que
permitir que la indiferencia reine en nuestro país.
Quiero felicitar y abrazar a la familia de Arruga por la valentía, de día a día buscarlo para tener noticias de Luciano.
Y ahora que sabemos, más compromiso tenemos todavía para decirle al Estado basta de Impunidad y basta de indiferencia. Nuestros
30.000 están acá, porque cada vez que una madre va a un acto los llevamos con nosotras, porque desde donde estén nos dicen
´seguí mamá por todo´. A vencer, hasta la victoria siempre.
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Elia Espen (Madre de Plaza de Mayo-LF): “Derechos humanos no
son solamente los de los desaparecidos, sino de todo el que sufre algo,
sea por trabajo o por lo que sea”
A mí me duele muchísimo que después de cuarenta años de estar
peleándola, todavía tengamos que seguir
escuchando cosas sobre violaciones a los derechos humanos. Derechos
humanos no son solamente los de los desaparecidos, sino de todo el que
sufre algo,
sea por trabajo o por lo que sea.
En el caso de Arruga fue justamente porque no tuvieron el coraje de decir ´acá está´, y dejaron sufrir a la familia
tantos años, como nos hicieron sufrir a nosotras tantos años.
Es cierto que la policía se fija en el color. Si ven un morochito con
una gorrita puesta, ya está, ese es un delincuente. Pero este
gobierno tendría que actuar de otra manera. Porque dicen que son de los
derechos humanos, pero hay bastante corrupción. Tienen un rubio
de ojos celestes que es bastante corrupto, lo tuvimos a Astiz, que era
bastante corrupto también, entonces por el color de la piel no se puede
catalogar a nadie. Hay que catalogarlos por lo que son, nada más, no por
otra cosa.
Pienso en todos ustedes, jóvenes, verlos acá y con las ganas que
tienen de seguir adelante y pienso hasta cuándo tendremos que
seguir peleándola por las injusticias. Con todo el dolor que pasamos,
con todas las angustias que pasamos, ustedes, nosotros, la familia de
Arruga, la familia de López, ha pasado un montonazo. Creo que hay mucha
gente que no aprendió nada, porque la actitud sería
distinta. Sigue habiendo mucha soberbia, mucha mentira y mucha
corrupción.
Hay que seguir peleándola. No hay que callar, y yo no voy a decir,
como dijo cierta persona, que a mí nadie me va a hacer callar. Yo
voy a decir que no me callo porque digo lo que pienso y lo que siento en
homenaje a todos los desaparecidos, en homenaje a la familia Arruga, a
la
familia López, a todos los que están sufriendo, a ustedes, a las nuevas
generaciones.
Mi hijo fue arrojado al
mar y, ¿saben lo que me pasa?, me cuesta mucho estar cerca del
mar. Antes no, pero ahora así. Porque pienso
en todos los que estarán ahí, además de
mi
hijo. Y toda esa injusticia y corrupción tiene que ser pagada. Pero no,
lo
ponen a Milani, no lo entiendo. O sí lo entiendo. No es justo. Que
encima nos pongan a Milani, con toda la fuerza que le dan para seguir
espiando y enjuiciando.
El trabajo nuestro tiene que ser no callarnos, no tener miedo, por lo
visto la familia Arruga no lo tiene, los López tampoco lo tienen. Hay
que decir lo que se piensa, porque es la única manera de derrotar tantas
injusticias y tanta hambre que hay.
¿Por qué tienen que matar a los Qom? Si son los aborígenes que han
vivido primero en esas tierras. Y resulta que sí los
matan, los atropellan, no les dan absolutamente nada y aparte de eso ni
siquiera los reivindica un Estado que tendría que reivindicarlos.
Sigamos peleando y diciendo lo que sentimos, porque no somos
delincuentes. De última, somos disidentes y nada más. Y al que no le
guste lo lamento, pero la voz de
mi hijo del fondo del
mar
y de los que están ahí y de los 30.000 y la de Arruga y la de todos los
chicos nos dicen que sigamos adelante, no aflojemos y no nos callemos.
Ustedes, los jóvenes, no aflojen nunca, por favor. Porque nosotras ya
estamos un poco más abajo que arriba, pero dejamos una buena generación,
con ganas de seguir peleándola.
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Nilda Eloy (Asociación Ex Detenidos Desaparecidos): “Ya no pedimos la aparición con vida, pedimos por los responsables
de su asesinato”
Muchas de las caritas que veo acá han bancado mis peroratas año tras
año, pero este año es distinto. Este año
tenemos que decir algo distinto. La aparición del cuerpo de Luciano
implica dos cambios importantes en esta lucha: uno es que permite a la
familia y a los amigos empezar de alguna manera una especie de duelo y
terminar no con el dolor de la falta si no con la tortura cotidiana que
viven
cada uno de los familiares tanto de los 30 mil desaparecidos de la
dictadura como los más de 200 desaparecidos en democracia. La tortura de
imaginar cada día dónde estarán, si tendrá frío, si tendrá hambre, cómo
estará. Eso se
modifica, ya no hay más que imaginar, ya sabemos dónde está, ya sabemos
qué pasó.
Lo otro que se modifica es por qué luchamos. Ya no pedimos la
aparición con vida, pedimos por los responsables de su asesinato. Los
responsables son los mismos de los que hablábamos cuando exigíamos su
aparición y eso no se modifica. Los responsables, desde los
ocho canas del destacamento hasta la presidenta de la Nación son los
mismos. Las estructuras que se mantienen y hacen posible la
desaparición; siguen siendo las mismas, aunque
hoy se les cambie de nombre, porque se siguen sosteniendo las estructuras de inteligencia con
Milani y compañía a la cabeza.
Lo que no debe cambiar es lo que ha pasado en cada actividad por
Luciano, esto de encontrarnos, esto de darnos fuerza entre nosotros.
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En nombre de la familia de Franco Zárate: “Así como la policía mató a Luciano, hoy en día encubren
al asesino de Franco”
La familia de Franco, que
hoy no pudo estar pidió que leamos el siguiente comunicado:
"En la madrugada del
viernes
23 del corriente mes Walter Franco Zárate Pérez junto a su padre y su
primo fueron a comprar a un
quiosco ubicado en la esquina de Basualdo y Bragado en el barrio de
Mataderos. El dueño del quiosco llamado Antonio Penacho Giménez
quiso cobrarles un monto más elevado que el precio original de venta;
los jóvenes no aceptaron el precio y comenzó una
discusión. El quiosquero se dirigió hacia ellos con un discurso racista y
xenófobo, ante lo que los jóvenes se ofendieron.
El quiosquero los amenazó mostrándoles el arma por lo que los jóvenes
decidieron retirarse del lugar en el auto del padre que
estaba estacionado en la esquina del quiosco. A todo esto el padre nunca
había bajado del auto. Por desperfectos mecánicos del coche no
pudieron retirarse inmediatamente. Cobardemente el quiosquero salió de
su establecimiento armado aprovechando que la ventanilla del auto donde
estaba sentado el joven Franco Zárate estaba baja y le propició un golpe
en la nariz. El joven Franco salió del auto para
defenderse y el quiosquero le propició un disparo en el pecho. El joven
cayó inmediatamente muerto”
Familiares, vecinos y amigos exigimos justicia. Este asesino está
libre, alegó que lo estaban asaltando y que fue en defensa propia.
Una persona racista y xenófoba que no tiene uso de razón no debería
tener permiso para portar un arma. Cualquiera pudo ser
Franco. Por eso, para que no vuelva a pasar tenemos que estar unidos
para pedir justicia. Las familias bolivianas no venimos acá a que nos
asesinen si no a trabajar dignamente. Exigimos justicia.
Así como la policía mató a Luciano,
hoy en día encubren al asesino de Franco, que sigue en libertad con total
impunidad. Para más información la familia y amigos abrimos un espacio en facebook llamado Justicia por Franco Zárate"
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Mónica Alegre, mamá de Luciano: “El negro está, y eso también es parte de ustedes”
Lo único que puedo decir es que el ante año pasado le agradecí a todos y a cada uno de los chicos de Familiares y Amigos.
El año pasado le escribí una carta al negro. Este año no tengo nada para decir, no tengo palabras. Sepan disculparme.
Sí quiero dar el agradecimiento de siempre, de todos los años,
gracias a todos, gracias por estar, por acompañarme, por
hacernos el aguante, por no dejar sola a Vanesa, por acordarse del negro
todos los días y por hacerlo parte de ustedes. Gracias a las abuelas.
Gracias a
mi hija, que le quita parte y tiempo que le deja de dedicar a
mi querido nieto. Gracias a todos, no tengo más nada que decir, no voy
a hablar de política porque no sé y no me gusta.
Lo encontré, como dijo Vanesa el
17 de octubre. No era lo que yo quería o quizás lo que yo esperaba, muy dentro mío
esperaba otra cosa, pero bueno, lo encontramos. El negro está, y eso también es parte de ustedes.
Vanesa Orieta, hermana de Luciano: “Creo que el fruto de seis años de lucha dio la posibilidad de visibilizar la causa de
Luciano”
No se deja de hacer otra cosa por acompañar esta lucha mamá, que es la lucha de
mi hermano, es la lucha del negro, todo lo que se
entrega acá se entrega de corazón, se entrega con amor, y se entrega porque al que desaparecieron es a
mi hermano. No dejé de
lado nada. Todo lo que dejé de lado se puede hacer más adelante.
Ustedes tienen que entender esta causa, y a través de esta causa
entender otras tantas que aparecen, que denuncian otros familiares,
familiares que
hoy estuvieron acá con nosotros, caminando, marchando, gritando, pidiendo justicia por sus hijos.
Este es último lugar en donde estuvo
mi
hermano. Es el lugar en donde sufrió ese accidente que nosotros decimos
que no fue un
accidente natural, a Luciano lo obligaron a cruzar por ahí. Se los dije
durante toda la marcha, quiero que ustedes vean el lugar. Luciano tuvo
que haber subido por este terraplén, tuvo que haber levantado sus
piernas para cruzar, tuvo que haber puesto en riesgo su vida. Y allá
está la colectora, donde un testigo dijo que vio un patrullero de la
bonaerense. Ese patrullero que si no habló era porque era tan
responsable de lo que ocurrió con Luciano como el resto de los policías
que estaban en el Destacamento Policial de Lomas del
Mirador.
Se que va a costar mucho, pero yo no creo que solamente una comisaría
y ocho policías puedan desaparecer el cuerpo de una persona.
Aquí otros fueron los que también operaron en la comisaría, otros
efectivos, otras instituciones policiales diferentes a la
bonaerense, cuerpos médicos, el SAME, hubo instituciones del Estado que
colaboraron para desaparecer lo que la policía había
asesinado.
Lo último que quiero decir es agradecer a Nora (Cortiñas), agradecer a
Elia (Aspen), es agradecer a Nilda (Eloy), es agradecer a
Pablo (Pimentel). Les quiero agradecer especialmente a ellos porque son
esos adultos de los cuáles uno toma el ejemplo. En esa sociedad en la
cual las personas adultas pareciera que no sirvieran más, nosotros
tenemos que empezar a aprender de la lucha de ellos, de la lucha de
estas
personas que son enormes para nosotros y entender que lo que sí hay que
tener en cuenta es que lucharon durante muchos años. Lo que no
hay que tener en cuenta es que los que denunciamos violencia
institucional en democracia, o los que denunciamos desapariciones
forzadas tenemos que
luchar la misma cantidad de años que ellas para obtener justicia o para
obtener el cuerpo de esa persona buscada.
No tenemos que hacerlo, porque vivimos en democracia y porque este
Estado tiene las herramientas para buscar a ese desaparecido que
desesperadamente se busca y para condenar a los responsables de las
muertes de todos los pibes de los barrios humildes. Existen las
herramientas,
porque estamos en democracia, no estamos en dictadura.
Esta fue una marcha que consideramos exitosa. Quiero decir algo que
en algunos medios mencioné: esto toca el corazón, es emocionante,
porque nosotros empezamos siendo un grupo de familiares y amigos que
luchábamos solos, que enfrentamos las amenazas de la bonaerense, que
fuimos perseguidos, compañeros y compañeras nuestras fueron detenidas de
forma ilegal, fueron golpeados, fueron amenazados. Creo que el
fruto de seis años de lucha, de haber acampado, de haber tomado los
diferentes espacios públicos de este Estado, haber hecho marchas,
haber increpado a funcionarios judiciales y políticos, todo eso dio la
posibilidad de visibilizar la causa de Luciano y que ustedes se
enteraran que un pibe estaba desaparecido en el conurbano bonaerense.
También esta lucha dio la posibilidad de que ustedes entendieran que había una familia más junto con otras familias que lo
venían haciendo, que denunciábamos que esto no se trataba de casos aislados, que esto se trataba de una problemática que se
llevaba la vida de muchos pibes. Todo esto fue lo que
hoy generó esta marcha. Así que nosotros no obtuvimos nada de la noche a la
mañana.
A nosotros nadie nos regaló nada. Nosotros no tenemos la posibilidad de
tener contacto con organismos de derechos humanos porque
un día se dio que estuvieran todos juntos, no, acá hubo que luchar
mucho, hubo que poner mucho el cuerpo, hubo que desgastarse, y
afortunadamente somos una familia que a pesar de ese desgaste, de la
Justicia, de los sectores políticos, salimos adelante, con valor, con
fortaleza, acompañados de quienes tenemos que estar acompañados, esos
otros familiares que denuncian la violencia por parte de las
fuerzas de seguridad. Familiares a los que les agradezco con el alma
porque sé y valoro el enorme esfuerzo que han hecho para estar
acá.
AUDIO Mónica y Vanesa
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