El
diputado bonaerense y precandidato a gobernador por el FIT aseguró que
el actual mandatario representa "el ajuste"; "Cristina no se va a ir a
El Calafate a tomar mate", dijo
Christian Castillo cree que el próximo presidente podría ser Daniel Scioli, pero lejos de elogiarlo, lo criticó muy duro.
Para el diputado bonaerense y precandidato a gobernador por el Frente de Izquierda (FIT),
una gestión en Casa Rosada del actual mandatario provincial será de
"ajuste" y dejará huérfano al ultrakirchnerismo, especialmente a los
jóvenes de La Cámpora.Docente universitario y dirigente del PTS, Castillo habló en la redacción de LA NACION y no sólo apuntó contra Scioli, el candidato mejor posicionado en las encuestas, sino también al líder de Pro, Mauricio Macri, y al jefe del Frente Renovador, Sergio Massa.
Consideró que Cristina Kirchner no dejará la actividad política a partir del 10 de diciembre -"No la veo yéndose a tomar mate a El Calafate", opinó- y, en medio de las negociaciones salariales y el paro general anunciado para el 9 de junio, criticó a la "burocracia sindical" y advirtió que los trabajadores "no van a aceptar pasivamente" medidas de ajuste.
-¿Es un suficiente el aumento del 27% al que llegó la UOM, UOCRA y Comercio, entre otros gremios, como quería el Gobierno?
-El Gobierno hizo un ajuste poniéndole un techo a las paritarias por debajo de la inflación. Compraron la teoría ortodoxa que dice que los salarios generan inflación, aunque por otro lado hay un festival de los especuladores con los bonos. Es el ajuste que quieren tanto Scioli como Macri y Massa.
-¿Los gremios claudicaron frente al Gobierno?
-Los sectores de la burocracia sindical vienen siendo oficialistas y obedientes. Pero esto les va a crear un importante descontento en las bases obreras. Ya lo dijo el propio Antonio Caló en la UOM: "Me van a terminar colgando del Obelisco".
El Gobierno hizo un ajuste poniéndole un techo a las paritarias por debajo de la inflación
-Y ahora que cerró al 27 por ciento, siguiendo con la metáfora, ¿lo "van a colgar"?-No (risas). Pero sí habrá un crecimiento de la rabia de los trabajadores. El mínimo de un obrero metalúrgico llega apenas a 6500 o 6700 pesos y hay fábricas donde las jornadas de trabajo a veces son de 10 o 12 horas.
-¿La estrategia del Gobierno de poner un techo a las paritarias profundiza las razones del paro del 9 de junio?
-Hay razones para que la clase obrera: desde rechazar el impuesto al salario hasta pedir un sueldo mínimo similar a la canasta familiar, valuada entre 12.000 y 14.000 pesos. El problema del paro es que lo convocan los sectores burocráticos sin llamar a asambleas y tienen esta relación pendular de parar y hacer tregua. No quieren desplegar la fuerza de los trabajadores para poder lograr conseguir los reclamos.
-¿A quién te referís?
-Los transportistas, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo; los que convocan.
-¿Cómo explicás la postura de la izquierda, que critica a Caló y a Moyano, pero se adhiere al paro? Facundo Moyano dijo que "se cuelgan del paro de la CGT".
-Nosotros golpeamos juntos y marchamos separados. Si Caló en vez de hacer este acuerdo a la baja, hubiera hecho el paro de 36 horas, nuestros compañeros metalúrgicos hubieran estado en la primera fila de la huelga. Nosotros venimos exigiendo un verdadero plan de lucha. Queríamos un paro de 36 horas con movilización, pero esto va a volver a ser un paro matero y dominguero a lo que hace a la convocatoria. Si hubiese ciento de miles en las calles, se estaría más cerca de conseguir los reclamos.
-¿Y por qué no hace la izquierda un paro así por su lado?
-No tenemos la conducción de los trabajadores para lograr imponer un paro. No somos ingenuos y sabemos que constituimos una minoría en la clase obrera, pero jugamos un papel importante. Por ejemplo, en la gran lucha contra los despidos en Lear estuvimos nosotros. Ahí no se lo vio a Facundo Moyano.
Queríamos un paro de
36 horas con movilización, pero esto va a volver a ser un paro matero y
dominguero a lo que hace a la convocatoria
-¿Habrá piquetes el 9 de junio?-A este paro le vamos a dar nuestra propia impronta, seguramente con piquetes y movilización, aunque todavía esperamos el pronunciamiento de las asambleas.
-Criticaste a Scioli, Macri y Massa por ser los "candidatos del ajuste". ¿Por qué son los mejor posicionados en las encuestas?
-Hay una operación de llevar la discusión hacia la derecha y a eso se adaptan la oposición y el oficialismo. Los factores de poder quieren llevar el panorama hacia la derecha, lo que no significa que los trabajadores o la juventud acepten políticas en contra de sus intereses sin resistir. Quien crea que acá se está votando por un ajuste está equivocado. Esto no va a aceptarse pasivamente.
-¿Hay fin de ciclo kirchnerista?
-Si el oficialismo gana va a ser un oficialismo muy distinto, porque la cabeza de la coalición política la va a tener el sector más conservador.
-¿Lo decís por Scioli?
-No sé quién va a ganar, pero la coalición kirchnerista, que tenía un sector con discurso progresista, aunque venían del menemismo, será encabezada por el peronismo más conservador de los intendentes y gobernadores.
-Cristina dijo hace tiempo que a la izquierda del kirchnerismo está "la pared".
-Esa pared fue traspuesta por la población que votó al FIT. Esa pared es un dique que cambió. Y no creo que Scioli cambie ese discurso; él es amigo de todas las corporaciones, de la embajada norteamericana, de las conducciones sindicales burocráticas y tiene un discurso de la demagogia punitiva abierta. El kirchnerismo duro, que es Unidos y Organizados o La Cámpora, que se ha hecho del control del aparato estatal, no sé qué hará. ¿Qué va a pasar si pierden el Ejecutivo? ¿Qué va a hacer, cómo va a actuar frente a un ajuste de Scioli? Yo creo que se van a desilusionar.
-¿La Cámpora va a quedar huérfana con Scioli?
-Tenemos un antecedente que fue cuando todo un sector de la izquierda peronista se menemizó. Ese pragmatismo peronista podría darse perfectamente en las cúpulas, que viven en Puerto Madero o en barrios privados, pero las bases no están de acuerdo con eso. Porque el kirchnerismo trató de legitimarse con banderas de izquierdas, pero después hicieron todo lo contrario: descuelgan el cuadro de Videla pero ponen a Milani al frente del Ejército, sacan a Repsol pero le dan una indemnización millonaria, votan una ley de hidrocarburo pero le entregan todo a Chevron, y hablan contra los buitre pero son pagadores seriales.
-¿Qué va a hacer Cristina después de dejar la Casa Rosada?
-Puede ser candidata a algo o recluirse y esperar y volver en 2019. Dudo que vaya a retirarse. No es alguien que dé la impresión de irse al Calafate a tomar mate. Va a seguir siendo una presencia política importante.
El
PO quiere encabezar la fórmula presidencial, el primer diputado en
Buenos Aires, el primer diputado en Capital y el primer legislador
porteño; creemos que eso no corresponde con la realidad del peso de cada
organización del FIT
-Sos diputado en la provincia, ¿podés rescatar algo del gobierno de Scioli?-Nada. Scioli sólo puede decir que pobló de policías la provincia, pero no hizo nada contra la inseguridad. Al sostener un aparato como la Bonaerense, responsable del manejo del gran delito, reproduce eso y le dan más poder de fuego. Y otra gravedad en el territorio es el déficit habitacional. Si uno recorre la autopista Buenos Aires-La Plata, siguen estando las mismas villas que hace años. Es decir, Scioli por un lado crea miserias y por otro, un aparato represivo para reclutar mano de obra.
-¿Vas a ser precandidato a gobernador por el FIT, como Néstor Pitrola? ¿Habrá internas?
-Desde el PTS propusimos precandidatos en noviembre, donde yo voy como gobernador bonaerense y [Nicolás] Del Caño como presidente. No fue una posición de ultimátum, sino para abrir el debate interno. Y el PO [Partido Obrero] tiene la pretensión de encabezar la fórmula presidencial, el primer diputado en Buenos Aires, el primer diputado en Capital y el primer legislador porteño. Creemos que eso no correspondía con la realidad del peso de cada organización del FIT.
-¿Por qué Del Caño podría ganar en la interna a Jorge Altamira, que es un dirigente histórico?
-Nicolás a logrado una empatía con los jóvenes y trabajadores precarios. Y le fue muy bien en Mendoza. Cuando teníamos que reabrir las discusiones del FIT, el PO salió con la fórmula Altamira-Giordano. Si tenemos que ir a internas, las PASO permiten la unidad del frente, pero seguimos abierto a un acuerdo global.Hoy no hay negociaciones formales, sólo tenemos las precandidaturas.
-¿Hay peligro de rotura del FIT?
-De nuestra parte no. Lo que no significa que no tengamos debates internos. Nosotros defendemos el acuerdo del FIT a rajatabla y todas las luchas obreras.