El 05 de setiembre, el camarada Jorge Guidobono nos dejó a las puertas del crematorio del cementerio de la Chacarita. El domingo 2 de septiembre, a la nochecita, dejó de respirar.
A sus 63 años, con más de 40 dedicados al combate intransigente contra la sociedad de clases, contra el Estado burgués, y por el Poder obrero y popular, no pudo vencer a un inmundo càncer que se apoderó vertiginosamente de su vida. Lo que no pudo vencer el capitalismo, lo que no pudieron vencer quienes lo calumniaron, quienes lo ningunearon, lo venció una enfermedad que encontró su esplendor cuando, después de la pérdida de su camarada y amigo, el Petiso Páez, lo noqueó la pérdida de Ernesto González, con quien venía compartiendo desde hace unos años una misma estrategia política después de casi 15 años de esfuerzos comprometidos en la construcción de la Liga Socialista Revolucionaria como herramienta para el reagrupamiento de la militancia por la revolución socialista.
Sepan disculpar que no tenemos todavía la capacidad de escribir unas lìneas que puedan describir cabalmente la magnitud que esta pérdida significa para nosotros y para todo aquel que aspire a una transformació n revolucionaria de la sociedad para darle entierro a 8.000 años de sociedades de clase.
Simplemente, por ahora, podemos decirles que lo hemos despedido con su camisa roja, cubierto por una bandera de la LSR y rodeado de sus más íntimos y mayores afectos, vinculados todos con su actividad revolucionaria. Así lo quería, según lo manifestó en múltiples oportunidades, y así lo quisieron sus entrañablemente queridos familiares. Queda pendiente el arrojo de sus cenizas al turbio Río de la Plata que lo sumió en el desarraigo, al mismo tiempo que le permitió gozar en los últimos años de la conformación de una familia de la que disfrutaba enormemente al sentirse llamar abuelo por su sobrina nieta a la que adoraba tanto como a su afán revolucionario.
En cuanto podamos, organizaremos el mejor homenaje del que seamos capaces que seguramente será insuficiente y pobre. Sepan, sí, que decenas de jóvenes se han reunido en estos días para intercambiar sus vivencias con Jorge como una muestra viviente de la que siempre fue su gran apuesta a futuro, su paciencia infinita para las jóvenes generaciones en las que confiaba plenamente para hacer realidad su consigna obsesiva: O revolución socialista, o más barbarie capitalista.
Con esta esperanza abierta, con esta apuesta a futuro a costa de lo que fuera, incluyendo su propia salud, su vida se detuvo demasiado pronto para ese combate tan inmenso que encaró con sistematicidad, con coherencia, sin claudiaciones y con una pasión que, día tras día, intentaba transmitirnos mediante una frase del Che: "He construido mi voluntad con delectación de artista".
Despedimos al fundador de nuestra organización, a nuestro dirigente, a nuestro querido camarada, a nuestro amigo del alma, a un revolucionario consecuente, mordaz, irreverente, desprejuiciado, sistemático, enemigo feroz del sistema capitalista fuera cual fuera el arma que tuviera en sus manos, confiando y apostando siempre a que su mejor arma estaba en las ideas, en la tenacidad, en la paciencia y en la convicción de que sin la acción decidida de millones y millones de explotados que desplegaran toda su capacidad creativa insurreccioná ndose contra el poder dominante, no habría revolución posible.
No encontramos palabras con las que expresar los sentimientos que nos atraviesan. Queremos que sepan que serán muy bien recibidas las palabras que quieran hacernos llegar, así como agradecemos las palabras y presencias que nos han acercado su abrazo en tan dolorosas circunstancias.
Un abrazo fraterno y revolucionario para todos aquellos que hayan sabido quererlo y respetarlo tanto como él se merecía.
Vayan para ustedes las palabras con las que lo saludamos:
Camarada Jorge Guidobono: PRESENTE.
VIVA LA REVOLUCION SOCIALISTA
Liga Socialista Revolucionaria
8 sept 2007
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