Por la Paz
Por el inmediato cese del fuego, por la apertura de los pasos de frontera para permitir el paso de ayuda humanitaria, por el establecimiento de negociaciones de paz, por la intervención de Naciones Unidas.
El Estado de Israel ha desatado un gigantesco ataque sobre la población palestina que habita la Franja de Gaza, causando más de 400 muertos, más de 2000 heridos y una crisis humanitaria dramática que involucra a más de un millón de habitantes de aquella pequeña zona.
Desde la defensa irrestricta de la vida y de la Paz, planteamos el inmediato cese del fuego y el rechazo al Terrorismo de Estado como medio de resolución de cualquier conflicto.
Defendemos el derecho inalienable del pueblo palestino a construir una Nación soberana, con Estado y territorio propio. Sin injerencia externa, ni forma alguna de protectorado.
También valoramos la necesidad del pueblo israelí de vivir en paz y tranquilidad. Pero advertimos que esta metodología de muerte, violatoria de los más elementales derechos humanos, terminará aislándolo de la comunidad internacional con las gravísimas consecuencias que esto acarrea.
El gobierno argentino tiene la obligación moral de condenar los ataques. No puede ser cómplice del crimen de guerra cometido por el gobierno y las fuerzas armadas israelíes, bajo la condena de echar por la borda el compromiso internacional de la Argentina de luchar en defensa de los derechos humanos, en cualquier lugar del mundo donde estos sean flagrantemente violados.
Junto a Brasil, cuyo gobierno se ha pronunciado correctamente, y los demás gobiernos latinoamericanos que tengan la decisión de trabajar mancomunadamente, deberíamos asumir la bandera de la Paz y el Humanismo latinoamericano, como estandarte en defensa del pueblo atacado. Cuyos niños, mujeres y ancianos están siendo masacrados cruelmente.
Paralelamente debería pedirse una entrevista conjunta al electo presidente de los EEUU Barak Obama, con la finalidad de comprometerlo con los mejores valores de su país, desechando en la nueva época que está naciendo, las pretensiones imperialistas y hegemónicas de su Nación.
Los pueblos y sus más diversas organizaciones tenemos el deber de pronunciarnos a favor de la paz y un orden que permita la convivencia fructífera y respetuosa de los pueblos palestino e israelí.
Asimismo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o en su defecto los líderes mundiales con decisión y energía, se deben manifestar con prontitud para impedir la continuidad de la masacre.
Concomitantemente, con el máximo respaldo internacional, se deben desarrollar las acciones diplomáticas tendientes a detener el espiral de violencia, bajar las tensiones e iniciar el proceso de negociaciones. En definitiva, la paz y el diálogo, como único camino capaz de crear condiciones de convivencia aceptable para los pueblos de Medio Oriente.
Mario MazzitelliSec. Gral. PSA (Movimiento Proyecto Sur)
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