BUENOS AIRES, 14 de marzo de 2007 - Greenpeace consideró hoy que la media sanción de la ley de bosques constituye un paso fundamental en la protección de los bosques nativos que deberá ahora ser refendado por el Senado Nacional, en concordancia con las prioridades ambientales establecidas por el presidente Néstor Kirchner en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias.
Esta noche, luego de un fuerte debate, la Cámara de Diputados le dio media sanción esta tarde al proyecto de Ley de Bosques, a pesar de la férrea resistencia de algunos diputados de las provincias con más alta tasa de deforestación del país, como Salta y Formosa, finalmente la Ley de Bosques ya cuenta con media sanción.
La Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, que fuera aprobada en general a fines del año pasado, fue tratada esta noche artículo por artículo hasta lograr la media sanción. La norma, tal como fue aprobada, establece una moratoria a los desmontes por un año o hasta que cada provincia desarrolle un ordenamiento territorial en sus bosques nativos, para que el territorio sea utilizado de manera racional, compatibilizando las necesidades sociales, económicas y ambientales.
La Ley de Bosques fue impulsada por Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas y cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones campesinas e indígenas como la Federación Agraria Argentina, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas en Argentina (ONPIA).
"Estamos muy cerca de lograr algo esencial para el futuro de nuestros últimos bosques nativos, ya que el ordenamiento ambiental que propone la ley es un instrumento de política ambiental nacional fundamental, cuyo objetivo es regular el uso del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente a partir del uso sustentable de los bosques nativos, tras una evaluación de las unidades presentes en cada provincia", explicó Juan Carlos Villalonga, director Político de Greenpeace Argentina.
La norma establece diez criterios ecológicos y categorías de conservación que apuntan a planificar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas evitando la fragmentación y degradación del bosque nativo, y establece como prioritarios cuidar a los bosques que actualmente ocupan y utilizan comunidades indígenas y campesinas.
"Hoy se dio un primer paso muy importante para detener los desmontes irracionales que son cada vez más frecuentes en el norte de nuestro país y producen pérdida de biodiversidad, desertificación e inundaciones. La ley además protegerá a cientos de campesinos e indígenas que permanentemente son desalojados por las topadoras. Esperamos que los senadores también aprueben la ley para terminar con este desastre ambiental y social", señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Biodiversidad de Greenpeace Argentina.
En la Argentina, por año, se desmontan 250 mil hectáreas de monte nativo, principalmente en el Chaco Seco, donde se produce el 70% de la deforestación anual por culpa de la expansión agrícola (en la mayoría de los casos soja transgénica) y ganadera. El Chaco Húmedo y la selva pedemontana de las Yungas forman parte también de la lista de áreas amenazadas. La Selva Misionera alberga la más alta biodiversidad del país, pero sólo queda un 7% de la superficie original, y la mayor parte se encuentra en nuestro país, ya que en Paraguay y Brasil ha sido prácticamente destruida. A la destrucción del bosque para conversión en tierra de cultivo se le suma el reemplazo de selvas por forestaciones implantadas, para uso industrial.
El Gobierno Nacional, en su Informe Geo Argentina 2004, consideró que "la Argentina se encuentra en estado de emergencia forestal y si se mantiene la meta de llegar a los cien millones de toneladas de producción de granos, tendría que extenderse la frontera agropecuaria entre 12 y 15 millones de hectáreas, con lo que en los próximos años estaríamos convirtiendo a la actividad agropecuaria el 50 por ciento de la actual cobertura de bosques nativos".
"De los bosques obtenemos una serie de bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia: alimentos vegetales y animales, maderas y medicamentos; y juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Por ello, las selvas y demás bosques son posiblemente el patrimonio natural más importante pero también el más amenazado y depredado por la mano del hombre. Por eso debemos detener los desmontes para poder planificar las actividades productivas sin hipotecar el futuro", agregó Giardini.
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