Ante el Juzgado Federal N° 6 de la ciudad de Buenos Aires se solicitó la detención de los generales retirados Jorge Eugenio O’Higgins y Oscar Enrique Guerrero, por considerarse que tuvieron participación en el homicidio del que resultara víctima el recientemente ascendido post-mortem coronel Bernardo Alberte quien fuera edecán del Presidente Perón y su delegado personal durante los años 1967 y 1968. El crimen fue perpetrado por un grupo de tareas que irrumpió en la vivienda de Alberte, la madrugada del 24 de marzo de 1976. La medida judicial fue solicitada por Bernardo Alberte (h.) en su carácter de querellante en la causa en la que se investigan violaciones a los Derechos Humanos en el marco de los delitos cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército.
En noviembre pasado, cuando ya se había iniciado la investigación le fue entregada al doctor Ramón Torres Molina, patrocinante de Alberte (h.), en la sede de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas documentación que una persona había conservado durante veinticinco años entre la que se encontraban cartas originales que Perón escribiera a Alberte. Las cartas estaban en el domicilio de Alberte la noche de su asesinato y fueron sustraídas por el grupo de tareas.
La documentación había sido encontrada tirada en el palier del departamento que O’Higgins ocupa en la Ciudad de Buenos Aires, e incluye entre otras cosas una agenda personal del año 1979 perteneciente al citado militar.
Asimismo, por la difusión de una fotografía antigua de Guerrero, este fue reconocido como participe del grupo que irrumpió en el domicilio de Alberte, por personas que estuvieron presentes durante los hechos.
El 24 de marzo de 1976, los dos oficiales se desempeñaban en el Estado Mayor del Ejército por lo que se supone que fue en éste ámbito que se decidió la muerte de Alberte, quien entonces tenía el grado de Teniente Coronel retirado.
Buenos Aires, 26 de marzo de 2007
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