15 jun 2009

ANTE LA AMENAZA IMPERIALISTA SOBRE COREA DEL NORTE

BRUNO SANCHES

Corea del Norte realizó su segundo test con una bomba nuclear, el 25 de mayo pasado. El hecho causó la furia del imperialismo yanqui. Inmediatamente, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió al mundo que se "enfrente con Corea del Norte", afirmando que el imperialismo está determinado a proteger la "paz y la seguridad del mundo". El Secretario de Defensa americano, Robert Gates, dijo que EE UU no aceptará a Corea del Norte como un "Estado nuclear", y amenazó: "No vamos a quedarnos parados mientras Corea del Norte monta la capacidad de causar destrucción en cualquier blanco en Asia o en nosotros".
Inmediatamente, los países imperialistas de Europa, Japón, además de otras potencias nucleares, amenazaron con represalias contra los norcoreanos, planteando la posibilidad de realizar un ataque militar contra el país. Vergonzosamente, las amenazas han tenido la complicidad de Rusia y de China, que votaron las sanciones. Corea del Norte respondió a las amenazas con el lanzamiento de dos misiles de mediano alcance, en dirección al mar de Japón. Es improbable que el imperialismo lleve adelante una invasión contra Corea. Un plan de ese tipo es impracticable luego del pantano militar iraquí. Pero el gobierno Obama, en conjunto con la ONU y la OTAN, podría patrocinar ataques y bombardeos contra el país.
Una enorme hipocresía
En primero lugar, hay una hipocresía enorme por detras de las declaraciones del gobierno Obama y de los representantes del imperialismo europeo y sus aliados. La declaración del norteamericano, convocando "todo el mundo a levantarse contra Corea del Norte" es totalmente alucinante y empalidece delante de los crímenes cometidos por el imperialismo yanqui contra la humanidad. En verdad, se trata de otra campaña imperialista, auxiliada por la gran prensa, que intenta construir otra [falsa] amenaza a la "paz mundial". Algo que ya vimos en las campañas de demonización de Sadam Hussein para justificar la invasión a Irak.
También es absurda la supuesta intención del imperialismo de evitar la "proliferación de armas nucleares", usada como disculpa para amenazar no sólo a Corea del Norte, sino también a Irán, acusado por EEUU de desarrollar un programa de armas atómicas. Mientras amenaza a Corea del Norte, EEUU, auxiliado por la ONU, sencillamente hace la vista gorda delante de las bombas atómicas de Israel, la India y Pakistán, porque esos tres países son firmes aliados del imperialismo. Ninguno de ellos firmó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y, consecuentemente, podrán usar esas armas contra un "país no nuclear". Algo que el imperialismo norteamericano ya hizo. Hasta hoy, EE UU fue el único país que usó armas atómicas contra una población, en Hiroshima y Nagasaki, al final de la Segunda Guerra Mundial [1946].La verdadera amenaza es el imperialismo
La presión de EEUU y sus aliados contra los países que desarrollan armas atómicas, como Corea del Norte, o tecnología nuclear, como Irán, levanta una discusión acalorada. Al final, ¿esos países tienen o no el derecho de desarrollar ese tipo de tecnología? Para responder esa cuestión es necesario analizar cada caso en particular utilizando siempre un criterio de clase.
No es de hoy que el imperialismo norteamericano busca imponer su monopolio en las armas nucleares para aplastar los pueblos y países que tengan algún grado de independencia. Para eso, el imperialismo tiene un importante aliado: la ONU y su Consejo de Seguridad, que reúne los países imperialistas, además de Rusia y de China, que poseen la mayoría del arsenal atómico del planeta. Ninguno de ellos tiene la menor intención de deshacerse de él. En el caso norcoreano, la cuestión decisiva es el hecho de que el imperialismo intenta imponer su control absoluto sobre las armas nucleares, o al menos hacer que sólo los países imperialistas y sus aliados (Israel, India y Pakistán) las tengan.
Los EE UU permitieron que sus aliados desarrollasen armas nucleares para chantajear y amenazar a los palestinos, a los países árabes, e incluso para una posible utilización en ataques militares tácticos en la guerra de Afganistán bajo el argumento de "combatir el terrorismo".
Lejos de representar un "peligro contra el mundo", Corea del Norte es un país pequeño e inmensamente pobre. Podría ser tachada del mapa en unos minutos por el poderío militar de EEUU. Las presiones y amenazas imperialistas sirven sólo para forzar la capitulación de todos los gobiernos que poseen alguna independencia en relación al imperialismo y lo enfrentan de alguna manera. En ese sentido, es legítimo que países amenazados (como Corea del Norte) tengan el derecho a tener armamento nuclear para que no sean atacados por el imperialismo y sus aliados.
Por otro lado, es plenamente justificado el temor de los trabajadores ante gobiernos que desarrollan armas de destrucción masiva, como es el caso de las armas nucleares. Son armas que pueden destruir países enteros y causar la extinción de la humanidad. Es lógico que debe apoyarse la lucha por el desarme nuclear general. Sin embargo, eso sólo podrá ser alcanzado tras la derrota final del imperialismo. Para desarmarlo, sin embargo, es necesaria la resistencia armada de los países invadidos o amenazados de invasión.
De momento, posicionarse contra el derecho de Corea del Norte de tener armas nucleares es hacerse eco de la campaña imperialista levantada por Obama que exige del mundo el desarme, bajo el discurso hipócrita de la "defensa de la paz". Significa impedir que un país más débil y amenazado no pueda defenderse de las amenazas, mientras el imperialismo se reserva el derecho de dominar los pueblos, explorar y usar su arsenal nuclear para realizar chantajes. El imperialismo es el verdadero peligro para la humanidad.
El régimen de Kim Jong-Il
Por otro lado, existe una duda sobre si es correcto que Corea del Norte tenga armas nucleares bajo una opresora dictadura burocrática comandada por Kim Jong-Il. Es importante recordar que ese mismo régimen viene negociando y entregando el país a la voracidad del imperialismo desde 2006. En la época, Kim Jong-Il puso en marcha negociaciones con el gobierno Bush para suspender la puesta en marcha de las centrales nucleares y ganar algunas migajas de ayuda de EE UU. Además, la dictadura norcoreana es responsable por la restauración del capitalismo que pasó a depender estrechamente de China, con la cual tiene 80% de su comercio.
Es lógico que los revolucionarios combatan la dictadura restauracionista de Kim Jong-Il. Lo que significa apoyar todas las luchas del pueblo norcoreano para derribarlo y democratizar el país. Además, el gobierno norcoreano no tiene un proyecto de independencia y en cualquier momento pueden ceder a las presiones del imperialismo. Por ello no depositamos ninguna confianza en el régimen de Kim Jong-Il y no le damos ningún apoyo político.
Sin embargo, independiente del régimen que rige en Corea del Norte, y de su dirección, el actual conflicto se da entre un país relativamente independiente contra el imperialismo que desea someterlo. Por ello, hay que defender el derecho de Corea del Norte de resistir al chantaje nuclear imperialista, desarrollando ese tipo de armamento. Los revolucionarios, por lo tanto, deben apoyar a Corea en el Norte en este enfrentamiento contra el imperialismo y sus aliados.

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