SERPAJ América Latina y su Presidente, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, denuncian el asesinato del compañero Ulises Martínez Sierra, perpetrado en San Salvador, el día 26 de febrero y reclaman a las autoridades la investigación del terrible hecho y pronta Justicia.
Ulises, joven de 26 años, fue encontrado muerto, luego de que fuera secuestrado en una camioneta pick up, según testigos que lo vieran por última vez. Medicina Legal constató que recibió brutales golpes en todo el cuerpo; tenía la mandíbula destrozada, varias costillas quebradas y le dispararon cuatro balazos: en la cabeza, nuca, brazo izquierdo y abdomen.
Nuestro compañero Ulises, persona comprometida con las causas por la Paz en El Salvador, el año pasado, en ocasión del Encuentro Anual de los Secretariados del SERPAJ en Mesoamérica y Colombia, había informado que recibía persecución y amenazas y en enero de este año, reiteró a la Coordinación Latinoamericana sus temores.
El SERPAJ Costa Rica había gestionado para que saliera de su país por un tiempo, sin embargo, Ulises no tomó la decisión, temiendo también por la seguridad de su familia, se habló incluso la posibilidad de salir con ella.
Un miembro de la Coordinación Latinoamericana, viajó inmediatamente después del lamentable suceso, para acompañar a los familiares y compañeros/as del Serpaj El Salvador, muy afectados por este hecho. En ese marco tuvo reuniones diversas con autoridades, el Procurador de Derechos Humanos, la Fiscalía, el Consejo de Seguridad Nacional, el Vicepresidente de la Asamblea Legislativa y de la Vicepresidencia de la República, para pedir justicia, y reafirmar nuestro compromiso de trabajar por la paz. Dichas autoridades se comprometieron a continuar investigaciones y colaborar en el esclarecimiento de este asesinato, en medio de la difícil y violenta situación de El Salvador.
Ante esta realidad SERPAJ América Latina expresa su indignación; acompañamos desde nuestra más profunda convicción y solidaridad a la familia de nuestro compañero y a nuestros hermanos y hermanas de SERPAJ El Salvador, esperando celeridad en el proceso legal y judicial que haga justicia por la muerte de Ulises y avance en la lucha contra la impunidad en este país.
Los compañeros del Serpaj decidieron reconstruir y continuar su trabajo a pesar de este hecho. Una de las compañeras de Serpaj ES, es miembro de la Mesa Nacional contra la Minería, que sufrió en 2009 el asesinato de tres compañeros, siendo de las organizaciones más afectadas en la lucha por el medio ambiente y los recursos mineros.
La tierra de El Salvador regada con la sangre de mártires como Monseñor Oscar Romero, continúa cobrando víctimas. A pesar de tanto dolor, creemos que ellos y ellas son semillas de luz y esperanza de un pueblo que lucha y construye su paz, de camino hacia una nueva vida, articulada en el relacionamiento fraterno y justo, de este pueblo hermano.
Adolfo Pérez Esquivel
Buenos Aires, 11 de marzo del 2010
Ulises, joven de 26 años, fue encontrado muerto, luego de que fuera secuestrado en una camioneta pick up, según testigos que lo vieran por última vez. Medicina Legal constató que recibió brutales golpes en todo el cuerpo; tenía la mandíbula destrozada, varias costillas quebradas y le dispararon cuatro balazos: en la cabeza, nuca, brazo izquierdo y abdomen.
Nuestro compañero Ulises, persona comprometida con las causas por la Paz en El Salvador, el año pasado, en ocasión del Encuentro Anual de los Secretariados del SERPAJ en Mesoamérica y Colombia, había informado que recibía persecución y amenazas y en enero de este año, reiteró a la Coordinación Latinoamericana sus temores.
El SERPAJ Costa Rica había gestionado para que saliera de su país por un tiempo, sin embargo, Ulises no tomó la decisión, temiendo también por la seguridad de su familia, se habló incluso la posibilidad de salir con ella.
Un miembro de la Coordinación Latinoamericana, viajó inmediatamente después del lamentable suceso, para acompañar a los familiares y compañeros/as del Serpaj El Salvador, muy afectados por este hecho. En ese marco tuvo reuniones diversas con autoridades, el Procurador de Derechos Humanos, la Fiscalía, el Consejo de Seguridad Nacional, el Vicepresidente de la Asamblea Legislativa y de la Vicepresidencia de la República, para pedir justicia, y reafirmar nuestro compromiso de trabajar por la paz. Dichas autoridades se comprometieron a continuar investigaciones y colaborar en el esclarecimiento de este asesinato, en medio de la difícil y violenta situación de El Salvador.
Ante esta realidad SERPAJ América Latina expresa su indignación; acompañamos desde nuestra más profunda convicción y solidaridad a la familia de nuestro compañero y a nuestros hermanos y hermanas de SERPAJ El Salvador, esperando celeridad en el proceso legal y judicial que haga justicia por la muerte de Ulises y avance en la lucha contra la impunidad en este país.
Los compañeros del Serpaj decidieron reconstruir y continuar su trabajo a pesar de este hecho. Una de las compañeras de Serpaj ES, es miembro de la Mesa Nacional contra la Minería, que sufrió en 2009 el asesinato de tres compañeros, siendo de las organizaciones más afectadas en la lucha por el medio ambiente y los recursos mineros.
La tierra de El Salvador regada con la sangre de mártires como Monseñor Oscar Romero, continúa cobrando víctimas. A pesar de tanto dolor, creemos que ellos y ellas son semillas de luz y esperanza de un pueblo que lucha y construye su paz, de camino hacia una nueva vida, articulada en el relacionamiento fraterno y justo, de este pueblo hermano.
Adolfo Pérez Esquivel
Buenos Aires, 11 de marzo del 2010
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