Por Fernando Ramón Bossi
Nueva ofensiva independentista
En estos años, estamos transitando el Bicentenario de la primera gran ofensiva independentista de nuestra América. Nos referimos a los 200 años de ese medio siglo que abarcó entre 1780 a 1830, y donde los latinoamericanos caribeños nos enfrentamos a las fuerzas colonialistas en busca de la independencia y la unidad de la Patria Grande. El objetivo no se alcanzó en aquella época, las fuerzas patrióticas y revolucionarias fueron derrotadas por el accionar de fuerzas exógenas asociadas a las élites locales. La era de las repúblicas oligárquicas abría paso a la conformación de países semicoloniales, tributarios de los países capitalistas metropolitanos ya entrando en su fase imperialista.
Fue así que la mayor parte del siglo XIX y el siglo XX en su totalidad, se caracterizó por la hegemonía casi absoluta de las políticas dictadas desde los centros mundiales del poder del capital, siendo su corolario el sistema neoliberal impuesto en las últimas décadas para toda la región –exceptuando Cuba, por supuesto-.
Pero en todo ese largo período de sumisión al imperialismo nunca estuvo ausente la resistencia popular. Movimientos de liberación nacional y fuerzas revolucionarias de distinto carácter emergieron en todo el territorio grannacional, aportando su cuota de dignidad, patriotismo y entrega.
La acumulación histórica de esta vasta experiencia de lucha, ha decantado hoy, comenzando el siglo XXI, en una nueva ofensiva independentista y revolucionaria, coincidiendo con el bicentenario de aquella conducida, entre otros, por Tupac Amaru, Tupac Catari, José Antonio Galán, Jean-Jacques Dessalines, Toussaint L'Overture, Alejandro Petión, Francisco Miranda, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Gaspar Rodríguez de Francia, Antonio Nariño, Miguel Hidalgo, Francisco Morazán, José María Morelos, Manuel Belgrano, José de San Martín, Bernardo O’Higgins y José Gervasio Artigas.
Y decimos una nueva ofensiva independentista porque claro está que los pueblos latinoamericanos caribeños desde hace unos años han irrumpido al escenario político a través de gobiernos populares de tilde antineoliberal, como son los casos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Y Cuba, que gracias a la revolución se mantuvo soberana, a pesar de las agresiones y el bloqueo.
Vale decir, que una nueva correlación de fuerzas se ha configurado en nuestra América, con diferencias políticas notorias entre unos y otros de los países mencionados, pero todos ellos con la intención de salir de la órbita neoliberal. La lucha por la soberanía, entonces, vuelve a revitalizarse, como asimismo la tarea de integración entre los países de la región.
Estrategias y alianzas
Si, como consecuencia de nuestra primera ofensiva, lo único que se logró fue una independencia política de tipo formal, la segunda ofensiva independentista tendrá como objetivo alcanzar definitivamente la soberanía y la unidad, objetivos políticos que implican, insoslayablemente, la independencia económica y cultural de nuestra América. Solo así, la independencia política será plena.
Una primera visión general del panorama, nos revela a dos corrientes con peso propio en las políticas integracionistas. Una, liderada por el proyecto del capitalismo autónomo y la otra que se propone el camino al socialismo. Ambas visualizan, con diferentes matices, como oponente principal a sus aspiraciones, al imperialismo yanqui y sus aliados del norte. Una tiende a negociar, la otra a confrontar; una la lideriza el gobierno en alianza con la burguesía nacional y la otra el gobierno con el protagonismo de las fuerzas populares.
En la primera corriente ubicamos a Brasil y Argentina, y en la segunda a Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Ecuador. Uruguay y Paraguay parecen inclinarse más hacia la primera corriente. Algunas pequeñas islas del Caribe a la segunda.
Alcanzar la independencia e integración a través de la vía capitalista (autónoma) o de la vía socialista, es la discusión necesaria de la hora actual, que no solo deberá darse en el plano de la retórica, sino fundamentalmente a través de los hechos.
Mercosur y ALBA
Mercosur y ALBA son dos expresiones de esta realidad. Dos espacios que no disputan, pero donde se expresan claramente las corrientes antes citadas. El Mercosur, por ahora, es una organización donde el centro neurálgico se deposita en lo económico, en lo comercial; el ALBA se rige por lo político, sin descuidar lo económico sin duda, pero priorizando lo social a partir de la directiva política. “Debemos poner por delante la verdadera política, porque es la política la que debe regir el destino de los pueblos y orientar los proyectos de desarrollo nacionales”, sostuvo Chávez en varias oportunidades refiriéndose al tema de la integración, agregando: “No es a través del comercio que nos vamos a unir, es a través de la política y, sobre todo, con la participación de nuestros pueblos”.
En el caso del Mercosur entonces, la dupla preponderante se constituirá entre gobiernos y empresarios. En el ALBA, la tendencia es a conformar un eje entre gobiernos y pueblos. Por eso es que el exitoso plan de alfabetización sólo se pudo realizar en el espacio ALBA, y no en el Mercosur, dado que los empresarios, una vez más, se despreocupan de todo aquello que no implique el crecimiento rápido de sus ganancias. De ahí también es que vemos en el ALBA una movilización enorme de fuerzas volcadas hacia lo social (educación salud, deporte, turismo, vivienda) y no así en el Mercosur.
Cabe aclarar también que el ALBA no expresa una alternativa al Mercosur, ni mucho menos pretende ser una opción superadora de dicho espacio. El ALBA, podríamos decir, es aliada al Mercosur, complementaria en muchos casos, pero con perfil y personalidad propios.
El ALBA es antiimperialista y el imperialismo es anti-Alba
El ALBA, desde sus orígenes, al confrontar directamente contra el ALCA, irrumpió como un espacio de lucha antiimperialista. Y así lo percibieron los pueblos. Podríamos afirmar que nació con conciencia de ser una herramienta de lucha por la unidad latinoamericana caribeña, enfrentada al imperialismo y heredera de las jornadas heroicas protagonizada por los pueblos en su camino por la liberación.
Y es tan claro el carácter antiimperialista del ALBA, que en sus pocos años de existencia, ha tenido que sufrir el embate de la agresión imperialista de la forma más descarada: golpe de estado en Honduras, intentos separatistas en Bolivia, acoso al gobierno popular de Correa y Ortega, incremento de hostilidades a Cuba y permanente estado de beligerancia contra Venezuela.
Al gobierno estadounidense le duele el ALBA, porque entiende que con ella nació una herramienta de liberación muy poderosa. Y lo es, más por sus ideas que por el tamaño de las economías de los países que la integran. Esto es lo que en su momento no pudieron percibir los think tank al servicio del imperio.
¿Y cuáles son las ideas que tanto molestan al gran capital? Sin duda que las ideas rectoras del modelo de integración propuestas por el ALBA. Esos principios, basados en la cooperación, complementación y solidaridad, configuran un cuerpo ideológico que, de ser implementados con precisión podrían conformarse como modelo de integración de corte socialista y popular, mostrando al mundo y a los otros países de la región los beneficios de la unidad construida en base al respeto, la ayuda mutua y la satisfacción de las necesidades de las grandes mayorías.
Aunque este modelo es incipiente, rompe con la lógica del capital, ubica a la economía al servicio del pueblo, desata los poderes creativos e innovadores de los trabajadores y trabajadoras como asimismo convoca a la construcción de una sociedad libre e igualitaria. ¡Un verdadero peligro para el imperialismo y sus aliados!
Cuando la política marca los objetivos, como es el caso del ALBA, y esos objetivos son claros, porque se fundamentan en una ideología socialista de profundas raíces autóctonas, obliga al enemigo imperialista a desplegar sus fuerzas para matar a la criatura antes que se desarrolle. Así lo ha entendido la Casa Blanca y una suerte de herodismo (por el Rey Herodes), parece signar la táctica imperialista actual con respecto al ALBA.
El ALBA es ofensiva grannacional
El ALBA dio pasos agigantados en muchos sentidos. El poner en evidencia la inviabilidad de la OEA como organismo no representativo de los intereses de los latinoamericanos caribeños, impulsó la decisión tomada por el Grupo Río de conformar un nuevo organismo sin los Estados Unidos y Canadá. Si el ALBA había enterrado al ALCA en Mar del Plata hacía unos años, ahora ayuda a sepultar la vetusta organización al servicio del Pentágono. El CIADI, la DEA, el FMI y otros mecanismos de sujeción al imperio ya han sido desterrados, en mayor o menos medida, del espacio ALBA. El dólar parece seguir el mismo camino.
En la VIII Cumbre, el comandante Raúl Castro afirmó: “En América Latina y el Caribe se manifiestan hoy con peculiar nitidez las contradicciones entre el progreso y la reacción, entre los derechos y reivindicaciones de los pueblos históricamente vilipendiados y los intereses del gran capital transnacional y las oligarquías tradicionales. Es una contradicción antagónica, que no se resuelve de la noche a la mañana y que no se puede enfrentar con ingenuidad o descuido”.
Vale decir que lo que señala Raúl Castro es claro y preciso, la lucha contra la reacción y la agresión imperialista será un proceso largo que deberá ser abordado con conciencia y atención. Cabe aquí la recomendación de Bolívar cuando decía: “Planificar con audacia y ejecutar con prudencia”.
Pero al hecho de tener que actuar con suma precisión y eficacia, debemos sumarle la necesidad de acelerar el proceso, consolidar espacios e ir materializando proyectos que ya están consensuados por los presidentes del ALBA. La confrontación contra los históricos enemigos de la unidad e independencia se agudiza y esto obliga a los gobiernos y pueblos a redoblar esfuerzos en la tarea. Como decía Eloy Alfaro: “En la demora está el peligro”.
Con el ALBA se construye plena independencia y justicia social
“No habrá independencia en Venezuela si no hay integración de estos países y de estos pueblos de Suramérica y del Caribe”, señaló el Comandante Hugo Chávez. Y podríamos cambiar el nombre de Venezuela por el de cualquier país de la región. Sin Unidad Latinoamericana Caribeña no habrá plena independencia para ninguno de nuestros países. Pero tampoco alcanzaremos esa independencia por la vía capitalista. “El socialismo es el camino a la patria, el otro camino (el capitalismo) es a la muerte de la patria”, nos dice también Chávez. Vale decir que para alcanzar la independencia es necesario transitar simultáneamente el camino del socialismo y la unidad nuestroamericana, siendo esa la senda elegida por el ALBA.
Construir la Patria Grande, entonces, es la tarea que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ya enunciada el 14 de diciembre de 2004 en la Declaración Conjunta para la creación del ALBA, documento político de la Primera Cumbre realizada en La Habana. Allí se lee: “Afirmamos que el principio cardinal que debe guiar el ALBA es la solidaridad mas amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, que se sustenta con el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O’Higgins, San Martín, Hidalgo, Petión, Morazán, Sandino, y tantos otros próceres, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales objetivas que nieguen el objetivo de construir una Patria Grande en la América Latina, según lo soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras”.
Ayer como hoy
Si ayer Suipacha, Las Piedras, Salta, Tucumán, Chacabuco, Maipú, Taguanes, La Victoria, San Félix, Bomboná, Boyacá, Carabobo, Riobamba, Pichincha, Junín y Ayacucho fueron las batallas que llevaron al pueblo sudamericano a expulsar al colonialismo español; hoy, las nuevas batallas se vislumbran en la materialización de los proyectos grannacionales que plantea el ALBA.
Como el ALBA alcanzó el triunfo en una batalla de singular relevancia, la de la alfabetización, de igual manera deberá lograr la victoria en todos los diferentes proyectos grannacionales en marcha. Telesur es otra batalla ganada para las fuerzas nuestroamericanas, el SUCRE es otro escenario de lucha donde el despliegue de fuerzas revolucionarias se encuentra bien posicionado. Porque cada uno de los proyectos grannacionales que se desarrollen y consoliden, serán avances sustanciales hacia el objetivo principal: lograr la definitiva independencia y la unidad de la Patria Grande y en consecuencia, expulsar al imperialismo de nuestra región.
Los Proyectos Grannacionales enunciados hasta el momento, muchos de ellos en marcha y otros en estudio, deberán ser el eje estructurante de un verdadero programa de unidad y liberación, donde la planificación no puede estar ausente y mucho menos el involucramiento y compromiso de las organizaciones populares.
Gobiernos y pueblos
Los gobiernos revolucionarios del ALBA, fundamentalmente a través de la acción política desplegada por sus presidentes y cancilleres, ha motorizado hasta el momento al proyecto unionista. Es necesario ahora, ante la arremetida imperialista, incorporar activamente al movimiento popular organizado, tanto político como social.
Si el avión ALBA ha volado hasta el momento con una sola turbina (gobiernos), y lo ha hecho bien pese a las turbulencias propias de la ruta elegida, se hace insoslayable en la actualidad el encendido de la otra turbina (pueblos), para ganar en fuerza, estabilidad y aceleración. El Consejo de Movimientos Sociales del ALBA deberá ser esa turbina, hasta ahora escasamente utilizada.
Lo importante es afianzar la unidad monolítica entre gobiernos y pueblos, ya que el protagonismo popular se vuelve esencial. Y así lo ha señalado el Presidente Chávez: “Muchos factores harán falta (para lograr la Patria Grande) pero hay uno que es fundamental, esencial, como el oxígeno: los pueblos. Los pueblos conscientes, los pueblos convertidos en pueblos, es decir los habitantes de esta tierra convertidos en pueblos con conciencia común del pasado y con proyecto común de futuro”.
Cada Proyecto Grannacional es una batalla en pleno desarrollo
La dialéctica que impone la transición del modo de producción capitalista al modo de producción socialista en cada país del ALBA, no permite -como afirmaba el Comandante Raúl Castro- “la ingenuidad ni el descuido”. Y ese tránsito recibe un apoyo de primer orden en la materialización de los Proyectos Grannacionales en curso. Nada menos ajeno a la marcha hacia el socialismo para cada país del ALBA que los Proyectos Grannacionales.
En el área financiera, vital para desarrollar los proyectos en curso, se cuenta hoy con dos herramientas indispensables: el Banco del ALBA y el SUCRE. De ir consolidándose estos dos espacios, tanto la banca imperialista como los organismos de crédito internacional (Banco Mundial y FMI) recibirán un duro golpe, siendo el dólar, la moneda estadounidense, progresivamente desplazada en las operaciones entre los países del ALBA.
En el área económica productiva, se sientan las bases para avanzar hacia la soberanía tan anhelada. La defensa de los recursos naturales, con su explotación racional al servicio de las grandes mayorías populares, conllevará a una dura puja contra las empresas transnacionales imperialistas. La Empresa Grannacional de Energía, una vez que esté en pleno funcionamiento, reviste carácter estratégico para la región. Las potencialidades en petróleo, gas y energía eléctrica son inmensas e indispensables para el desarrollo de las fuerzas productivas endógenas. La Empresa Grannacional de Minería, Metalúrgica y Acero, la de Aluminio y la de Cemento jugarán también un rol primordial para la explotación racional de nuestros recursos mineros, frenando el saqueo y la depredación ambiental que impone el modelo extractivo de las multinacionales, como también irá configurando una cadena de industrias básicas orientadas al pleno desarrollo con soberanía. Asimismo la Empresa Grannacional Forestal y de la Industria de la Madera lograrán impulsar esta área de la economía de manera sustentable y controladas por los ministerios del ambiente.
Un renglón no menos importante es el avance hacia una Empresa Grannacional Agroalimentaria, direccionada a alcanzar la soberanía y seguridad en esta materia. La Empresa Mixta Pesquera ALBA es un ejemplo en este sentido.
El eje económico-productivo se interrelaciona con las finanzas, el comercio, la ciencia y la tecnología, la capacitación del personal, las nuevas relaciones sociales de producción, la infraestructura y el bienestar social en general. Todos estos aspectos, aunque a veces no ordenados con la rigurosidad que se requiere, están contemplados en la implementación del ALBA.
La Empresa Grannacional ALBAEXIM (Exportadora e Importadora), como la práctica del Comercio Justo contemplada en el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), complementará y agilizará el desarrollo productivo de la región. Asimismo los proyectos grannacionales de infraestructura (aeropuertos, puertos y estructura ferroviaria) pondrán en condiciones las vías de comunicación entre nuestros países y de éstos con la región y el mundo.
En el área del desarrollo tecnológico y científico, vital para liberarnos de la dependencia de los grandes centros de poder capitalistas, se ha avanzado significativamente. El Satélite Simón Bolívar (Venezuela) ya en órbita, y el Satélite Tupac Katari (Bolivia) que estará funcionando en la brevedad, son muestras verificables del desarrollo en la materia. A esto debemos sumarle la construcción del cable submarino entre Cuba y Venezuela llevada a cabo por la Empresa Mixta para el desarrollo de aplicaciones informáticas Guardianes del ALBA; el Polo Científico ALBA-TCP, el Instituto Grannacional de Investigación, Prospección y Servicios Geológicos (INGEOALBA) y otros proyectos que están en estudio, confirman que se camina por el buen rumbo.
También cabe mencionar aquí que el ALBA, al considerar a la economía no como un fin en sí mismo, sino como un área al servicio del pueblo, contempla como elemento principal la capacitación de los profesionales, técnicos y trabajadores involucrados en el proceso productivo integral. UNIALBA, la Universidad del ALBA; el Convenio de Reconocimiento de Títulos Universitarios, la Certificación de Competencias Laborales ALBA-TCP, la Escuela Superior de Ciencias Básicas del Polo Científico, apuntan hacia esa dirección.
Pero sabemos que si hay algo que caracteriza a la Alianza y lo diferencia de otros espacios de integración, es el acento que se ha puesto en el campo social. La educación, la salud, la vivienda, el deporte, la cultura y el turismo social son rubros donde el ALBA hace hincapié cubriendo la deuda social con los pueblos que se ha heredado de tantos años de colonialismo y explotación. Mencionar los avances en esta materia implicaría un artículo en particular, y esto será materia de otra entrega.
Temas no menores, pero que merecerían un tratamiento especial por su importancia estratégica, solo los mencionaremos, dejando al buen lector su interpretación del mismo: Comité Ministerial de Defensa de la Naturaleza ALBA-TCP y Derechos de la Madre Tierra; Comité Ministerial de Mujeres e Igualdad de Oportunidades; Instancia para Derecho Internacional, Autodeterminación, respeto a la Soberanía y Derechos Humanos, Comité Permanente de Soberanía y Defensa del ALBA-TCP, Observatorio de Medios, Telesur, Radio del Sur, Agencia de Noticias del ALBA-TCP.
En síntesis, cada Proyecto Grannacional en curso constituye una parte del todo, una parte del programa de liberación y unidad que propone el ALBA para lograr sus objetivos. Es necesario atender a cada una de esas partes pero siempre con una clara visión del conjunto, ya que son batallas de una misma guerra contra el imperialismo y las oligarquías nativas, batallas contra el atraso, la miseria y la dependencia.
¿Sería posible desarrollar estos proyectos por la vía capitalista (autónoma) en pleno siglo XXI? La respuesta es obvia.
Planificación socialista: arma para la liberación
La solidaridad, complementación y cooperación entre los países integrantes del ALBA, principios rectores de la Alianza, hacen posible que estos proyectos se vayan desarrollando, con diferentes ritmos y tiempos, pero todos orientados hacia un mismo fin. La planificación socialista Grannacional entonces, tendrá que desempeñar un papel crucial en esta etapa de desarrollo, sabiendo armonizar cada uno de los Proyectos Grannacionales, relacionando las partes entre sí y con el todo.
Para que esto sea posible, es necesario contar con un gabinete de planificación Grannacional, no sólo una coordinación entre los países del ALBA, sino un espacio de seguimiento y control, de estudio e investigación, de administración de recursos de acuerdo a las necesidades y equilibrios, de articulación permanente entre las partes y el todo, de medición de impacto, de estadística y permanente monitoreo.
Sin Chacabuco no habría existido Maipú; sin Boyacá, tampoco Carabobo; sin Junín es poco probable que hubiera habido Ayacucho. Cada una de estas batallas fueron los hitos de la primera ofensiva independentista, cada una de estas batallas abrió el camino a otras. De igual manera cada Proyecto Grannacional deberá constituirse en un hito de esta nueva ofensiva liberadora. Hoy como ayer, el factor fundamental a tener en cuenta será la conciencia revolucionaria de nuestros pueblos, la claridad en los objetivos, la unidad de acción y la sabiduría de nuestros comandantes.
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