Pago a los fondos buitre
En el día de hoy, el Senado se apresta a aprobar la
propuesta macrista de pago a los fondos buitre. Esto ocurrirá días después de
que el presidente Macri recibiera con honores al jefe del imperialismo yanqui
Barack Obama, representante político de los buitres que atacan a nuestro país.
El
oficialismo, que no tiene mayoría propia, se verá acompañado por prácticamente
todas las fuerzas con representación en esta cámara, incluidos la mayoría de
los senadores del FpV. La necesidad de fondos para las provincias a las que
reporta cada senador no conoce de lealtades políticas, ni de sutilezas del
estilo ‘oficialismo’ u ‘oposición’.
Se
trata de un nuevo capítulo de la subordinación al gran capital financiero y la
usura internacionales, impulsada por la gran burguesía
agro-industrial-financiera que, con este endeudamiento, pretende reiniciar un nuevo ciclo de acumulación y de
superganancias.
No
hace falta resaltar que el acuerdo con los buitres se hace en detrimento de las
condiciones de vida de la inmensa mayoría del pueblo argentino y de los
verdaderos intereses nacionales. No es tampoco una medida que deba sorprender
de parte de un gobierno que en 100 días de gestión devaluó el peso más del 60%,
arremetió con despidos y tarifazos, mientras la inflación se acelera semana a
semana y tritura los ingresos de
trabajadores, jubilados y demás sectores populares.
A
las claras resulta falso el argumento -cuasi chantaje oficial- que la nueva
deuda evita el ajuste. Este nuevo capítulo del endeudamiento es un complemento
de la del ajuste en toda la línea que viene aplicando el macrismo. Pero más que
una novedad, se trata de una profundización del camino transitado por el anterior
gobierno, que primero arregló con el FMI, luego indemnizó a Repsol, más tarde arregló
desventajosamente su deuda con el Club de París y finalmente intentó acordar con
los mismos buitres en sede judicial norteamericana. Por eso, los lamentos
kirchneristas respecto de los mayores montos de este arreglo no van al problema
de fondo –y que por su naturaleza política no pueden dar–, que es la necesidad
de romper lanzas con los capitales imperialistas y avanzar hacia una verdadera
soberanía.
Una
vez más, el Congreso vuelve a ser la escribanía que ratifica decisiones que ya
fueron tomadas en los ámbitos del poder concreto. Los discursos de denuncia,
más allá de sus buenas intenciones, no alcanzan a dar cuenta de la verdadera
estafa al pueblo que representa esta farsa de deliberación de ‘representantes’.
Presionar al Congreso para revertir esta situación es como pretender hacer
caminar a un muerto.
La
definitiva ruptura con los buitres vendrá de la mano de defender en la calle el
programa de los trabajadores y el pueblo, que hoy tiene como eje central
derrotar al ajuste que aplica el macrismo con la complicidad de la oposición
del régimen. En la unificación de las fuerzas populares para alcanzar este
objetivo se juega la posibilidad de derrotar a este plan, de la mano de un
proyecto rebelde que, a 200 años de la declaración de nuestra independencia, se
proponga coronar definitivamente la ruptura con ‘toda dominación extranjera’ y
dé lugar a una verdadera democracia popular.
PRML, 30 de marzo de 2016
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