El Encuentro obrero que no fue y el que necesitamos
Luego de
numerosas reuniones organizativas y de una conferencia de prensa común
anunciando la convocatoria, el Encuentro Obrero antiburocrático -
previsto para el sábado 5 de marzo en el microestadio de Racing -, se
frustró antes de ser realidad, por la imposibilidad de los distintos
sectores y corrientes convocantes de arribar a acuerdos básicos que
permitieran su concreción.
Desde la CPS Rompiendo Cadenas fuimos
parte impulsora de esa iniciativa desde un primer momento y lamentamos
profundamente este desenlace negativo, que seguramente deja un sabor
amargo al conjunto del activismo obrero y popular.
No vamos a
ingresar en la dinámica de acusaciones y descalificaciones entre
organizaciones compañeras, ni responder punto por punto ciertos ataques.
Preferimos presentar por la positiva cuál es nuestra orientación como
corriente político-sindical y, a la luz de ese posicionamiento,
encontrar mejores explicaciones de lo que pasó, y muy posiblemente
algunas conclusiones para no tropezar a futuro con los mismos problemas.
Nuestro punto de vista fundamental es que una instancia obrera de
coordinación como la que se requiere para hacer frente a esta coyuntura
de ajuste y ola de despidos, debe estructurarse centralmente sobre la
base de las representaciones genuinas conquistadas en el movimiento
obrero, que deben constituir el centro de gravedad real de la
coordinación. A nuestro entender, el necesario aporte de las corrientes
políticas a este tipo de Encuentros debe sujetarse a este concepto
fundamental, canalizándose a través de su militancia obrera (y no de sus
referentes parlamentarios), su iniciativa, y sus perspectivas
políticas. Frente a la ofensiva del Gobierno de Macri y de las grandes
multinacionales, que no es sólo coyuntural, consideramos que no son
momentos para perder tiempo en cuestiones menores, y que nunca hay que
poner intereses partidarios sobre el interés del conjunto de la clase
trabajadora.
Desde Rompiendo Cadenas entendemos que sólo bajo
estos criterios podremos avanzar de conjunto en instancias de
coordinación relativamente estables, que trasciendan las estériles
disputas de aparatos, en las que el hegemonismo prima por sobre la
construcción conjunta. Sólo cuando el protagonismo fundamental lo asuman
las experiencias más avanzadas de lucha de nuestra clase (dirija quien
dirija, intervengan o no organizaciones políticas a su interior) y el
protagonismo lo tengan los compañeros trabajadores y trabajadoras
organizados sindicalmente podremos avanzar en una construcción que
supere las mezquindades y disputas "de cartel" que se manifestaron
permanentemente en las reuniones organizativas. Estamos convencidos y
convencidas de que sólo desde allí se podrán ampliar y potenciar
efectivamente las tendencias combativas del movimiento obrero, objetivo
excluyente que debe tener un Encuentro de estas características.
Desde esa concepción, llevamos adelante un esfuerzo permanente para que
el Sindicato de Aceiteros de Capital y el Cuerpo de Delegados de la
Línea 60 pudieran ser protagonistas principales de los debates y las
tomas de decisiones, sobre la base de que primen en el ahora frustrado
Encuentro, la orientación democrática, combativa, masiva, unitaria y
respetuosa de la diversidad de opiniones políticas de sus compañeros,
que llevaron al triunfo a sus luchas en 2015.
Conscientes de
que este enfoque no es compartido por otras corrientes y que tensiona
con la lógica de ubicar la centralidad en la organización política
propia, abordamos la tarea de construir el Encuentro apuntando a lograr
un equilibrio entre las representaciones genuinas conquistadas en el
movimiento obrero y el reconocimiento a la participación y aporte de las
distintas corrientes políticas.
Ni “imposiciones burocráticas”,
ni “vetos”, todos los planteos volcados por nuestros compañeros y
compañeras en las reuniones preparatorias apuntaron a lograr un
Encuentro unitario que esté a la altura de la compleja etapa que
atravesamos, lo que sin duda no se logra procurando correr el eje del
Encuentro de los problemas más acuciantes del movimiento obrero hoy (los
despidos en el Estado y en la actividad, la caída del salario real,
inflación, precarización laboral, etcétera) para traccionarlo por
razones de aparato hacia el debate excluyente de una cuestión en
particular, en detrimento de la agenda común de todos los convocantes.
Está claro que un Encuentro obrero de deliberación y resolución para la
lucha, que extienda la influencia de los sectores combativos hacia más
amplios sectores de nuestra clase, requiere de una profunda comprensión
respecto a la importancia y necesidad de la coordinación obrera en este
contexto, junto con una genuina vocación unitaria de las organizaciones
intervinientes. Que no hayamos podido concretar el Encuentro del 5 de
marzo indica que estos rasgos aún no han madurado lo suficiente entre
las corrientes militantes que nos reclamamos de la clase trabajadora.
No obstante, desde Rompiendo Cadenas seguiremos trabajando
incesantemente para poner en pie una instancia de esas características y
procuraremos que lo que hoy se presenta como un traspié se convierta
rápidamente en aprendizaje político, organizativo y metodológico. Para
avanzar así hacia un Encuentro de coordinación obrera protagonizado
efectivamente por sus expresiones de lucha más avanzadas y estructurado
sobre las representatividades alcanzadas en Sindicatos, Seccionales y
Comisiones Internas del movimiento obrero.
Corriente Político – Sindical “Rompiendo Cadenas”
29/02/2016
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