Como pudimos ver en
esta semana, a Mauricio Macri le da lo mismo
cuántos fueron nuestros compañeras y compañeros
detenidos-desaparecidos durante la última
dictadura militar. Es más, “no le interesa” si
fueron 30.000 o 9.000. Mucho menos le importan
las desapariciones en democracia, los fusilados
por las fuerzas de seguridad y los muertos en la
tortura de cada día.
Aldo Rico y sus
carapintadas, los genocidas del Operativo
Independencia y los Falcon verdes de los Grupos
de Tareas, desfilaron en el Bicentenario del 9
de Julio. Las Fuerzas Armadas, con su autonomía
por decreto, ya patrullan todo el territorio
nacional por convenio con el Ministerio de
Defensa, en la construcción de una nueva
Doctrina de Seguridad Nacional.
El gobierno de
Cambiemos cumplió el reclamo editorial de La
Nación al segundo día de asumir la gestión,
cuando el secretario de Derechos Humanos,
Claudio Avruj, recibió al CELTYV y a la
referente reaccionaria Cecilia Pando,
reinstalando la teoría de los dos demonios.
Ahora, vuelven a
llamar “guerra sucia” al terrorismo de Estado y
promueven la reconciliación con las fuerzas
armadas, a las que el presidente anunció “más
participación en esta nueva etapa”, en un claro
refuerzo a la línea de impunidad que impuso en
su momento las leyes de obediencia debida y
punto final.
HOY, en sus 2.000
rondas, movilizamos a Plaza de Mayo para
acompañar a las Madres, una vez más, por todas y
cada una de nuestras banderas históricas.
30.000 compañeros
detenidos-desaparecidos
PRESENTES, AHORA Y
SIEMPRE
NO
olvidamos, NO perdonamos, NO nos
reconciliamos
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