En los próximos días el Sr. Bush iniciará un recorrido por varios países sudamericanos, que nada tiene de sorpresivo. Marca el punto culminante de una contraofensiva preparada por el imperialismo yanqui para recuperarse del creciente retroceso político que experimenta en toda la región y que públicamente quedó expuesto cuando en la cumbre presidencial de Mar del Plata, en noviembre de 2005, el proyectado ALCA fue enterrado sin pena ni gloria.
En las semanas recientes arreciaron las incursiones regionales de funcionarios de primer nivel de Washington y las presiones inocultables que sus embajadores están ejerciendo sobre los gobiernos locales considerados más permeables a las mismas. Las sucesivas visitas a Buenos Aires de personajes como los secretarios Shannon, Burns y Gonzalez se inscriben dentro de una operatoria global en el continente, que ahora busca consolidarse con algún acuerdo exitoso que tenga como protagonista central al propio Presidente estadounidense.
Todo indica que el punto elegido para coronar esta fase de la embestida imperialista es el Río de la Plata, pero esta vez en su costado oriental, el uruguayo. Es notorio que con el paulatino abandono por parte del gobierno frenteamplista de su originaria perspectiva antiimperialista está cada vez más predispuesto a firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU, imitando lo que denominan " modelo chileno " de desarrollo.
Acorralado entre la ofensiva comercial de las dos burguesías mayores del sur - la argentina y la brasileña – y sus líneas internas contradictorias, el gobierno de Tabaré pretende remontar la crisis que legaron al pueblo uruguayo los viejos partidos Blanco y Colorado retornando a la raíz de la política que durante un siglo impusieron sus gobiernos, cuyo epicentro consistió en la asociación como parte secundaria al imperialismo de turno.
Es la oportunidad que esperaba y necesita el imperialismo yanqui para minar desde adentro el endeble y contradictorio proyecto que en la actualidad representa el MERCOSUR.
Lula salió rápidamente a neutralizar esta maniobra del imperialismo en sintonía con los intereses de su burguesía, ofreciendo a su par uruguayo, en la reciente reunión de Colonia, una serie de ventajas y nuevo trato para la producción oriental a cambio que los acuerdos bilaterales que firme con Bush no rompan el marco arancelario del mercado común.
A pesar de las sonrisas finales del encuentro entre Lula y Tabaré, nada garantiza que el acuerdo alcanzado selle definitivamente un nuevo fracaso para el declinante Bush.
El esfuerzo brasileño para abortar cualquier intento de TLC entre las endebles burguesías locales y el imperio del Norte debe entenderse en el marco de su estrategia general de utilizar las dimensiones de su economía para convertirse en el eje de un poderoso bloque continental económico-político, capaz de terciar con mayor poder de negociación – y por lo tanto de relativa autonomía – en la dura pugna por los mercados que reapareció en el capitalismo mundial y enfrenta a los distintos bloques existentes.
Audacias argentinas
Los acuerdos de Lula con el gobierno uruguayo no sólo dan cauce a las necesidades del capitalismo brasileño, sino que también satisface la orientación que buena parte de los empresarios argentinos esperan del MERCOSUR. Son aquellos que después de ver colapsar en el 2001 las políticas neoliberales a las que apostaron durante veinte años, ahora aspiran a garantizar su espacio de inserción en el mercado mundial a través de un bloque regional revitalizado, para encontrar las oportunidades de negocios que saben les está negada si actúan aislados de sus socios y competidores de Brasil.
En una reciente edición el diario más arcaico de la derecha y la oligarquía argentina hizo una buena radiografía del espectro de nombres que integran esa franja de la burguesía nativa que está cercana al equipo gobernante, que poco tiene de nueva y nada de "nacional".
Allí pueden verse entreverados grupos siderúrgicos con banqueros, cadenas de supermercados con capitalistas del sector eléctrico, beneficiarios de las privatizaciones con mercaderes del sector textil que fueron artífices para salir de la convertibilidad, exponentes de las burguesías regionales en ascenso al calor de los negocios con los Estados provinciales, dueños de servicios petroleros, transporte de carga, colectivos, recolectoras de residuos, barrios privados, olivares, campos, casinos y máquinas tragamonedas, entre otros.
El artículo del diario oligárquico continúa con un informe de una consultora internacional, que pinta bien y con trazo grueso el entramado de intereses que arropa al actual equipo gobernante: "...Aunque mucho se ha dicho de las políticas heterodoxas de Kirchner y de su orientación contra el mercado, su gobierno y sus políticas económicas han tenido el respaldo de grupos empresarios locales que se han beneficiado de sus políticas a través de un tipo de cambio devaluado, obras públicas e incluso decisiones regulatorias."
Alcanza con revisar detenidamente las distintos acuerdos entre el gobierno y diversos sectores de la burguesía de los últimos meses para corroborar que atrás de esas " decisiones regulatorias " se ocultan enormes transferencias de recursos del ingreso nacional hacia ciertos grupos empresariales, como el que acaba de recibir Eurnekian (Aeropuertos 2000), o las clínicas privadas – incluidas las que hacen negocios con la burocracia sindical – a las cuales se les subsidia sus deudas con el Estado a quince años y tasa preferencial , o la posibilidad de las petroleras multinacionales de licuar sus pagos por regalías porque ya no deberán negociarlas con un Estado Nacional fortalecido sino con los corrompidos caudillejos que controlan la mayoría de las provincias, o los subsidios estatales que se transfieren a los productores trigueros para resarcirlos de la diferencia entre el monto que les pagan los grandes acopiadores de cereales y el precio internacional al cual se exporta.
Con el apoyo de estos sectores burgueses beneficiarios de la actual política, y respaldada por las buenas estadísticas de la economía, desde la Casa Rosada no sólo se dio el visto bueno a la iniciativa del líder del PT brasileño para contrarrestar la ofensiva yanqui contra el bloque regional sino que se subió la apuesta.
En un gesto sorpresivo pero no inexplicable, el gobierno aceptó la presencia de Chávez en Buenos Aires en el mismo momento en que Bush desembarque en la costa de enfrente, en tanto que los grupos oficialistas están preparando la movilización de sus adherentes para un acto de masas que tendrá al dirigente bolivariano como protagonista central.
Aunque sin duda en Washington no esperaban la jugada del gobierno argentino y no será olvidada, saben que están tratando con el mismo Presidente que hace pocos meses se ufanaba de ser recibido en la bolsa neoyorquina y cerró filas con la política del Departamento de Estado para facilitar el ataque a Irán, entre otras muestras de su convicción que no se " debe sacar los pies del plato" .
La notoria crisis en la cual ha desembocado la política fascista del actual gobierno yanqui alienta las audacias pasajeras de estas burguesías locales, que utilizan el renaciente ímpetu antiimperialista de los pueblos latinoamericanos para columpiarse entre las luchas de los pueblos hambreados y las transacciones miserables que realizan a sus espaldas con los dueños del poder globalizado, garantizando sus ganancias presentes y futuras.
El antiimperialismo es de los pueblos
Una vez más corresponderá a Chávez interpretar el sentimiento popular de rechazo a la política de saqueo que el imperialismo yanqui trata de perpetuar en los países latinoamericanos.
Una convicción que parecía enterrada por la oleada de neoliberalismo de la década pasada, pero que no sólo resurgió con la crisis sino que se expande al calor del ejemplo que está dando el pueblo venezolano, ganándole batalla tras batalla al imperialismo bajo la dirección estratégica del propio Chávez .
Por eso no cabe duda que hoy Chávez expresa la voz de los pueblos explotados y oprimidos del continente. Como tampoco cabe duda que con su acción se ha constituido en el centro que aglutina a todas las fuerzas sociales y políticas latinoamericanas dispuestas a derrotar definitivamente al imperialismo y no a negociar con los centros del capitalismo mundial en condiciones más ventajosas.
Por eso entre la perspectiva de mercado que pretenden darle al MERCOSUR las burguesías brasileña y argentina y la unión de las naciones sudamericanas basada en la propuesta solidaria del ALBA que dentro de ese acuerdo regional que enarbola Chávez hay un abismo de distancia.
El mismo abismo que media entre los que pretenden – inútilmente – reflotar un capitalismo nacional " con rostro humano " y las medidas de transición al socialismo que ya comenzaron a adoptarse en Venezuela.
Chávez está en el centro del combate de nuestro tiempo porque encabeza las reformas que el imperialismo y las burguesías locales no pueden tolerar y la revolución que está dando sus primeros pasos vacilantes porque aún no encuentra a una clase trabajadora madura y robusta como para llevarla hasta sus últimas consecuencias. Pero marcha.
En los combates los socialistas – que honran a su origen histórico – no dudamos: nos encolumnamos del lado de los explotados.
Por eso, a pesar de los oportunistas que especulan electoralmente con el creciente prestigio del líder bolivariano, de las ambigüedades ideológicas, de los sectarios que ignoran las contradicciones concretas del proceso revolucionario latinoamericano, los socialistas convocamos a nuestro pueblo explotado y hambreado a cerrar filas junto a Chávez y a repudiar junto a él la presencia imperialista de Bush en nuestras tierras.
Marzo 1º de 2007
FUENTE: Bases Socialistas
7 mar 2007
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