El ex - presidente Duhalde - desde la República de El Salvador - ha difundido la información de que el gobierno argentino “humilla a sus fuerzas armadas” al propiciar la continuidad de los juicios que permitan individualizar a los responsables del planeamiento y ejecución de los aberrantes delitos que configuraron el terrorismo de estado durante la última dictadura militar. Con esta manifestación pone en evidencia:
1 - Que no conoce el actual sentir de las fuerzas armadas de la democracia, que consideran muy favorable que al fin se esclarezca quienes fueron culpables de delitos aberrantes, que ellos reciban las sanciones que las leyes de la República determinan y que el resto de sus integrantes queden libres de toda sospecha y hayan recuperado la admiración y respeto de la ciudadanía a las fuerzas que San Martín instruyó aferradas a su ejemplar Código de Conducta
2 - Que sus declaraciones parecen querer involucrar a miembros de las fuerzas armadas, como amenaza velada, al clima destituyente que algunos sectores de diversas entidades del acontecer del país intentan crear y del que los actuales miembros de las organizaciones castrenses son totalmente ajenos. Pareciera que los contactos ”militares” que al parecer de Duhalde se sienten agraviados, son militares retirados, dados de baja o actualmente procesados que tratan de evitar la acción de la justicia y a los cuales cualquier “amenaza destituyente” los libraría del necesario peso de la justicia.
3-Que parece ignorar que en El Salvador se han realizado y realizan juicios similares a los que se efectúan en nuestro país y en los cuales integrantes del CEMIDA han efectuado peritajes militares al servicio de la justicia. Más aún, en la actualidad se ha reabierto el juicio para completar la investigación de los responsables de los asesinatos de 6 sacerdotes jesuitas y sus dos empleadas ocurridos en la Universidad Católica de El Salvador , donde ya se condenaron a los ejecutores materiales y ahora se investiga judicialmente a los instigadores y encubridores, incluyendo en esas responsabilidades hasta al Presidente de la República en ese momento. Uno tiene el derecho a pensar, dado lo insólito de sus manifestaciones, si el declarante no se está “curando en salud”, ya que aún no se han terminado de investigar sus responsabilidades en los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki ocurridos durante su presidencia.
4 - Que expresamos nuestro repudio a lo que ha expresado ya que esta persona no tiene la menor entidad para constituirse en vocero de lo qué sienten los integrantes de las fuerzas, a las que pretende involucrar en contiendas políticas de las que definitivamente se han alejado para el bien de nuestra patria y para ejemplo de sus pares mundiales.
1 - Que no conoce el actual sentir de las fuerzas armadas de la democracia, que consideran muy favorable que al fin se esclarezca quienes fueron culpables de delitos aberrantes, que ellos reciban las sanciones que las leyes de la República determinan y que el resto de sus integrantes queden libres de toda sospecha y hayan recuperado la admiración y respeto de la ciudadanía a las fuerzas que San Martín instruyó aferradas a su ejemplar Código de Conducta
2 - Que sus declaraciones parecen querer involucrar a miembros de las fuerzas armadas, como amenaza velada, al clima destituyente que algunos sectores de diversas entidades del acontecer del país intentan crear y del que los actuales miembros de las organizaciones castrenses son totalmente ajenos. Pareciera que los contactos ”militares” que al parecer de Duhalde se sienten agraviados, son militares retirados, dados de baja o actualmente procesados que tratan de evitar la acción de la justicia y a los cuales cualquier “amenaza destituyente” los libraría del necesario peso de la justicia.
3-Que parece ignorar que en El Salvador se han realizado y realizan juicios similares a los que se efectúan en nuestro país y en los cuales integrantes del CEMIDA han efectuado peritajes militares al servicio de la justicia. Más aún, en la actualidad se ha reabierto el juicio para completar la investigación de los responsables de los asesinatos de 6 sacerdotes jesuitas y sus dos empleadas ocurridos en la Universidad Católica de El Salvador , donde ya se condenaron a los ejecutores materiales y ahora se investiga judicialmente a los instigadores y encubridores, incluyendo en esas responsabilidades hasta al Presidente de la República en ese momento. Uno tiene el derecho a pensar, dado lo insólito de sus manifestaciones, si el declarante no se está “curando en salud”, ya que aún no se han terminado de investigar sus responsabilidades en los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki ocurridos durante su presidencia.
4 - Que expresamos nuestro repudio a lo que ha expresado ya que esta persona no tiene la menor entidad para constituirse en vocero de lo qué sienten los integrantes de las fuerzas, a las que pretende involucrar en contiendas políticas de las que definitivamente se han alejado para el bien de nuestra patria y para ejemplo de sus pares mundiales.
CNL (R) JOSE LUIS GARCIA CNL (R) HORACIO P. BALLESTER
SECRETARIO GENERAL PRESIDENTE
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