CORREPI - BOLETÍN INFORMATIVO
NÚMERO 541 – 6 de enero de 2010.
1.- Torturas multifuerza en los andenes.
2.- Represión a los cuatro vientos.
3.- Más muertos en cárceles.
4.- Gatillo en Navidad.
5.- Carla Lacorte: 9 años después, de3 a 10.
6.- Los polichorros de la semana.
TORTURAS MULTIFUERZA EN LOS ANDENES
El día 25 de diciembre, un estudiante de la Universidad de Lanús, que pasaba por las vías del tren en Temperley, vio a un joven enredado en los alambres y sangrando. A su alrededor había un grupo de personas. Se acercó, y vio que eran gendarmes que estaban golpeando al muchacho, mientras le gritaban. Por lo que el chico escuchó, lo castigaban por haber hecho un graffiti en un muro del andén. Ni bien vieron al estudiante, sin mediar una palabra, se abalanzaron sobre él y también lo apalearon, con la ayuda de un par de vigilantes privados del tren.
La agresión duró alrededor de 10 minutos, y lo dejaron tirado en el piso. Como pudo, el estudiante se acercó a la comisaría que queda a unos 200 metros de la estación. Cuando llegó identificó a uno de sus agresores yendo y viniendo dentro de la dependencia. Al día siguiente, su madre fue a la estación del ferrocarril para pedir explicaciones y los nombres de los atacantes de su hijo. Obviamente la ignoraron y con un trato prepotente la mandaron a escribir al libro de quejas. Se comunicó con CORREPI, y nuestros abogados patrocinarán la denuncia judicial.
Lo que algún diario podría titular "inusual agresión" no es más que otro caso de lo que a diario sucede en andenes y estaciones, convertidas en coto de caza de gendarmes, policía federales y provinciales, y custodios privados. Recordemos que el 17 de septiembre de 2008, una familia que bajó del tren en la misma estación vio que un hombre le pegaba a una mujer, parecía una situación de violencia familiar. Cuando se acercaron a un policía federal, Raúl Fernando Valenzuela, para contarle lo que ocurría, éste, muy metido en el mensaje de texto que intentaba enviar, no sólo no ayudo, sino que golpeó tanto a la madre como a su marido, que tenía una beba en brazos. De no ser por la gente que pasaba que reaccionó y lo frenó, estaríamos lamentando algún hecho peor. Luego de que CORREPI interviniera, nos enteramos que este mismo policía, un año atrás, le destrozó el pie de un disparo a un anciano, que como se orinaba y el baño estaba cerrado de noche, se fue a un rinconcito oscuro del andén.
Cuando se produjo el ataque de Valenzuela a la familia en Temperley, ya estaba procesado por el disparo al anciano, ocurrido en Longchamps. Pero seguía haciendo adicionales en el ferrocarril, para que “los ciudadanos honestos se sientan seguros”. La causa por la golpiza a las dos personas de Temperley, recién empieza. A Valenzuela, el tribunal oral nº 3 de La Plata lo va a juzgar este año, si los jueces no están muy ocupados en alguna otra cosa.
REPRESIÓN A LOS CUATRO VIENTOS
CONCORDIA, Entre Ríos: En vísperas de Navidad, cientos de trabajadores de la cosecha del arándano reclamaban su ingreso al Plan Interzafra, que significaría el reconocimiento a derechos elementales. En su protesta, denunciaban al secretario de Estado provincial Loggio y al cacique sindical de la fruta, el burócrata Camejo, como funcionales a los empresarios que explotan a los cosecheros. La respuesta fue inmediata: las “fuerzas del orden” reprimieron violentamente, detuvieron a cinco trabajadores y lastimaron a varios de ellos con el conocimiento del propio fiscal de la causa.
Paraje SANTA FE, PALMA SOLA, Jujuy: En vísperas de año nuevo, Los Mamani, familia originaria del lugar, impidieron el ingreso del ingeniero Hilario Gómez y su capataz Díaz, que venían con intenciones de proseguir con un criminal desmonte. Los viejos Mamani fueron golpeados por los lacayos de la maderera y su hijo los defendió. La policía llegó rápidamente y mientras el ingeniero y el capataz amenazaban a todos los vecinos del lugar, detuvo...a Mamani.
GUALTALLARI, TUPUNGATO, Mendoza: un matón vinculado a José Luis Manzano viene desalojando a puesteros originarios del sitio y ganando las tierras para su patrón (otrora ministro de interior del gobierno peronista de Menem). Los puesteros, aislados en las estribaciones de la cordillera, son sometidos a todo tipo de violencias. Cuando bajan y denuncian, el sistema reacciona rápidamente: la policía legitima el accionar del matón convenciendo a los puesteros de no hacer la denuncia; si insisten, la justicia de Tunuyán cajonea las causas, y los medios de comunicación “independientes” silencian. Mientras esto ocurre, las casas son desalojadas, los animales robados o muertos y los puesteros golpeados. Esto mismo se repite en Jocolí, al norte de la provincia, o en Malargüe, al sur.
Cuando decimos que la represión es una política de estado, que su objetivo es disciplinar para custodiar los intereses de la burguesía, que en ella confluyen “fuerzas del orden” y punteros o matones recreando hoy el viejo estilo neofascista de dominación, reparemos en este muestreo del interior crujiente de nuestro país.
Cuando desenmascaramos al capitalismo que ha proclamado al derecho de propiedad como el más importante de todos los derechos y se los niega a la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra, reparemos en este muestreo del interior digno de nuestro país.
Cuando auguramos que la lucha no se detiene, porque a pesar de tanto palo y tanta injusticia, la resistencia sigue, y los límites y las tranqueras serán definitivamente arrebatadas a los verdugos del Pueblo, reparemos en este muestreo del interior valiente de nuestro país.
MÁS MUERTOS EN CÁRCELES
El mes de diciembre finalizó con una escalada represiva en los centros de detención de todo el país, con por lo menos cuatro personas muertas, heridos graves luego de protestas en sus celdas y requisas que se extendieron por más de 12 horas.
Después de una semana en terapia intensiva, con el 85% de su cuerpo quemado, murió Darío Nicolás Ávila (22), un joven santiagueño preso en el penal de varones de Santiago del Estero. Estaba acusado por un intento de robo, delito por el que sólo los pobres reciben prisión desde el primer momento y durante todo el largo proceso.
En Neuquén, Ernesto General (30), apareció suicidado en su celda de la unidad de detención 11, horas antes de Nochebuena. En la misma provincia, otro joven de apellido Campos permanece, desde el 29 de diciembre, en grave estado en el hospital Regional, tras haber sufrido quemaduras en su celda de la unidad de detención 32 de Zapala.
“Suicidio” fue también la causa de la muerte, según fuentes oficiales, de Gisella Janet Camargo Videla (28). Pese a que estaba detenida en el pabellón de buen comportamiento del complejo penal Almafuerte en Mendoza, le rechazaron una entrevista con el director y fue castigada en celda de aislamiento por una presunta discusión con una guardiacárcel.
Ramiro Blanco (33), fue fusilado dentro del penal de La Rioja luego de la visita dominical. Murió el 28 de diciembre. El joven, hijo de una funcionaria provincial fallecida como consecuencia de la noticia, que había sido torturado años atrás, recibió un disparo en el tórax a muy corta distancia por parte del guardia Carlos Antonio Vargas en el sector de celdas del penal, donde para el reglamento -y no para los hechos a diario-, está prohibido el uso de armas de fuego.
Gases lacrimógenos y una requisa por más de doce horas soportaron los detenidos en el penal de Roca, Pcia. de Río Negro, luego de la tercera semana de protesta por las condiciones de detención y los beneficios anulados sistemáticamente con acusaciones de intentos de fuga.
GATILLO EN NAVIDAD
Papá Noel no le llevó un regalo a Carlos Saúl Soria. Como para todos los jóvenes pobres del mundo, la Navidad es un día más. Sin embargo, para Soria fue algo diferente: el día de su muerte. Un policía lo fusiló de un disparo en el tórax en la localidad de Almirante Brown.
La defensa del aparato represivo aduce que el joven intentó robarle la moto a mano armada. En el lugar no se encontró el arma que supuestamente portaba Soria. ¿Por qué? El asesino Héctor Toledo dice que “otras dos personas se acercaron en una moto, tomaron el arma de su compañero muerto y se dieron a la fuga”. Con la lógica del aparato represivo “democrático”, que ya lleva cargado en su haber más de 2800 pibes, ¿a este funcional de la burguesía, si las cosas hubieran pasado como dice, le hubiese temblado el pulso para asesinar a otro más?
La justicia del mismo estado que asesinó a Soria caratuló la causa como “tentativa de robo y averiguación de causales de muerte”. ¿Causales de muerte? Ser joven y pobre, y cruzarse con un policía.
CARLA LACORTE: DESPUÉS DE 9, DE 3 A10
El 1º de junio de 2001, Carla Lacorte, estudiante de veterinaria y militante del CeproDH, recibió un balazo en la espalda cuando bajó de un colectivo, en Quilmes. El autor del disparo, el policía bonaerense José Salmo, junto a otros dos efectivos, perseguían a los tiros a cuatro hombres que habían asaltado un local de McDonald’s. Los policías no perdieron el tiempo y de inmediato la acusaron de ser la “campana” del robo.
Nueve años después, y mientras la grave lesión en la columna confinó a Carla a una silla de ruedas, que nunca la apartó de su militancia, Salmo finalmente va a recibir una pena.
En noviembre de 2004, aunque no había dudas de cómo ocurrieron los hechos y de que Salmo fue el autor del disparo, el TOC 3 de Quilmes resolvió que el policía “tuvo un obrar justificado en su accionar (…), efectuó disparos en ejercicio de sus atribuciones” y que “su conducta fue lícita [porque] no fue con impericia ni negligencia, actuó como lo indica la ley”. Eso sí, los jueces condenaron a los ladrones a penas de entre 16 y 17 años de prisión por robar $ 150.
Los jueces del TOC 3, Armando Topalian, Alicia Anache y Alejandro Portunato, volvieron a mostrar cómo funciona la justicia cuando el acusado es el perro guardián del sistema dos años después, cuando dejaron en libertad a los torturadores y asesinos de la joven Andrea Viera. Sólo la mujer policía Marta Jorgelina Oviedo fue condenada a prisión perpetua por torturas seguidas de muerte, pero de inmediato la beneficiaron con un arresto domiciliario… igualito que los que robaron los $ 150…
Los compañeros del CeproDH recurrieron ante la cámara de casación bonaerense, y lograron, el año pasado, que se condenara al bonaerense, lo que fue confirmado por la corte provincial. Pero, para la cámara, el delito cometido fue el de lesiones gravísimas, y no homicidio en grado de tentativa, de modo que la escala aplicable es de 3 a 10 años de prisión, lo que permite, incluso, que no sea de cumplimiento efectivo.
Ahora, después que el TOC 3 se excusó de cumplir la orden de la cámara, otro tribunal de Quilmes deberá fijar la pena. Una pena que será más corta que el tiempo que lleva Carla denunciando que fue víctima del gatillo fácil.
LOS POLICHORROS DE LA SEMANA
Esta semana, como siempre, varios hechos confirmaron la consigna de CORREPI: “Inseguridad” es la policía en la calle.
El jueves 24 de diciembre, en la provincia de Córdoba, cuatro personas intentaron robar la empresa financiera Kadicard. El robo fracasó a raíz de la activación de una alarma. Todo indica que un policía fue el “entregador” del golpe, brindando datos claves, como un plano del local, detalles del funcionamiento de la empresa, ubicación de la alarma y, precisamente, el dinero que había. Otro policía fue detenido esa misma noche, dentro de su auto particular, a metros del local.
El martes 29 de diciembre, esta vez en Escobar, se detuvo a cuatro miembros de una banda de ladrones, responsables de robos a casaquintas y corralones de la zona. Todos son oficiales de la policía bonaerense, con destino en las seccionales 1ª y 2ª de Escobar y en el Grupo de Apoyo Departamental (GAD). A uno, lo agarraron justo cuando intentaba asaltar una agencia de quiniela. Los restantes fueron atrapados en sus lugares de trabajo oficial.
Al día siguiente, tres hombres ingresaron en las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Luego de maniatar siete personas, exigieron la entrega de la llave de la caja fuerte, de donde sacaron los expedientes de dos ex represores y una abultada suma de dinero en efectivo. También robaron celulares y una computadora. Ya hay un policía detenido. Nada de “mano de obra desocupada” de la dictadura: Bien ocupado, y “democrático”, el policía Juan Mateo, prestó servicios en la división platense de Narcotráfico hasta hace seis meses.
Desde CORREPI no nos cansamos de denunciar que detrás de cada hecho de “inseguridad “ (como titulan reiteradamente los medios masivos de comunicación), se encuentra involucrado el aparato represivo del estado, ya sea entregando información, planificando, estableciendo zonas liberadas, obligando a los pibes de barrio a robar o como sucedió en estos días, participando activamente de estos hechos.
Si por alguna casualidad, o por la necesidad de darle una lavada de cara a la institución, (pintando policías honestos que “investigan” a sus propios compañeros) alguno de estos verdaderos criminales termina detenido, seguramente no será tratado de la misma manera que cualquier hijo de la clase trabajadora.
Una evidencia más de que tanto la represión, como la justicia burguesa, siempre estarán bajo el control de los que más tienen.
NÚMERO 541 – 6 de enero de 2010.
1.- Torturas multifuerza en los andenes.
2.- Represión a los cuatro vientos.
3.- Más muertos en cárceles.
4.- Gatillo en Navidad.
5.- Carla Lacorte: 9 años después, de3 a 10.
6.- Los polichorros de la semana.
TORTURAS MULTIFUERZA EN LOS ANDENES
El día 25 de diciembre, un estudiante de la Universidad de Lanús, que pasaba por las vías del tren en Temperley, vio a un joven enredado en los alambres y sangrando. A su alrededor había un grupo de personas. Se acercó, y vio que eran gendarmes que estaban golpeando al muchacho, mientras le gritaban. Por lo que el chico escuchó, lo castigaban por haber hecho un graffiti en un muro del andén. Ni bien vieron al estudiante, sin mediar una palabra, se abalanzaron sobre él y también lo apalearon, con la ayuda de un par de vigilantes privados del tren.
La agresión duró alrededor de 10 minutos, y lo dejaron tirado en el piso. Como pudo, el estudiante se acercó a la comisaría que queda a unos 200 metros de la estación. Cuando llegó identificó a uno de sus agresores yendo y viniendo dentro de la dependencia. Al día siguiente, su madre fue a la estación del ferrocarril para pedir explicaciones y los nombres de los atacantes de su hijo. Obviamente la ignoraron y con un trato prepotente la mandaron a escribir al libro de quejas. Se comunicó con CORREPI, y nuestros abogados patrocinarán la denuncia judicial.
Lo que algún diario podría titular "inusual agresión" no es más que otro caso de lo que a diario sucede en andenes y estaciones, convertidas en coto de caza de gendarmes, policía federales y provinciales, y custodios privados. Recordemos que el 17 de septiembre de 2008, una familia que bajó del tren en la misma estación vio que un hombre le pegaba a una mujer, parecía una situación de violencia familiar. Cuando se acercaron a un policía federal, Raúl Fernando Valenzuela, para contarle lo que ocurría, éste, muy metido en el mensaje de texto que intentaba enviar, no sólo no ayudo, sino que golpeó tanto a la madre como a su marido, que tenía una beba en brazos. De no ser por la gente que pasaba que reaccionó y lo frenó, estaríamos lamentando algún hecho peor. Luego de que CORREPI interviniera, nos enteramos que este mismo policía, un año atrás, le destrozó el pie de un disparo a un anciano, que como se orinaba y el baño estaba cerrado de noche, se fue a un rinconcito oscuro del andén.
Cuando se produjo el ataque de Valenzuela a la familia en Temperley, ya estaba procesado por el disparo al anciano, ocurrido en Longchamps. Pero seguía haciendo adicionales en el ferrocarril, para que “los ciudadanos honestos se sientan seguros”. La causa por la golpiza a las dos personas de Temperley, recién empieza. A Valenzuela, el tribunal oral nº 3 de La Plata lo va a juzgar este año, si los jueces no están muy ocupados en alguna otra cosa.
REPRESIÓN A LOS CUATRO VIENTOS
CONCORDIA, Entre Ríos: En vísperas de Navidad, cientos de trabajadores de la cosecha del arándano reclamaban su ingreso al Plan Interzafra, que significaría el reconocimiento a derechos elementales. En su protesta, denunciaban al secretario de Estado provincial Loggio y al cacique sindical de la fruta, el burócrata Camejo, como funcionales a los empresarios que explotan a los cosecheros. La respuesta fue inmediata: las “fuerzas del orden” reprimieron violentamente, detuvieron a cinco trabajadores y lastimaron a varios de ellos con el conocimiento del propio fiscal de la causa.
Paraje SANTA FE, PALMA SOLA, Jujuy: En vísperas de año nuevo, Los Mamani, familia originaria del lugar, impidieron el ingreso del ingeniero Hilario Gómez y su capataz Díaz, que venían con intenciones de proseguir con un criminal desmonte. Los viejos Mamani fueron golpeados por los lacayos de la maderera y su hijo los defendió. La policía llegó rápidamente y mientras el ingeniero y el capataz amenazaban a todos los vecinos del lugar, detuvo...a Mamani.
GUALTALLARI, TUPUNGATO, Mendoza: un matón vinculado a José Luis Manzano viene desalojando a puesteros originarios del sitio y ganando las tierras para su patrón (otrora ministro de interior del gobierno peronista de Menem). Los puesteros, aislados en las estribaciones de la cordillera, son sometidos a todo tipo de violencias. Cuando bajan y denuncian, el sistema reacciona rápidamente: la policía legitima el accionar del matón convenciendo a los puesteros de no hacer la denuncia; si insisten, la justicia de Tunuyán cajonea las causas, y los medios de comunicación “independientes” silencian. Mientras esto ocurre, las casas son desalojadas, los animales robados o muertos y los puesteros golpeados. Esto mismo se repite en Jocolí, al norte de la provincia, o en Malargüe, al sur.
Cuando decimos que la represión es una política de estado, que su objetivo es disciplinar para custodiar los intereses de la burguesía, que en ella confluyen “fuerzas del orden” y punteros o matones recreando hoy el viejo estilo neofascista de dominación, reparemos en este muestreo del interior crujiente de nuestro país.
Cuando desenmascaramos al capitalismo que ha proclamado al derecho de propiedad como el más importante de todos los derechos y se los niega a la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra, reparemos en este muestreo del interior digno de nuestro país.
Cuando auguramos que la lucha no se detiene, porque a pesar de tanto palo y tanta injusticia, la resistencia sigue, y los límites y las tranqueras serán definitivamente arrebatadas a los verdugos del Pueblo, reparemos en este muestreo del interior valiente de nuestro país.
MÁS MUERTOS EN CÁRCELES
El mes de diciembre finalizó con una escalada represiva en los centros de detención de todo el país, con por lo menos cuatro personas muertas, heridos graves luego de protestas en sus celdas y requisas que se extendieron por más de 12 horas.
Después de una semana en terapia intensiva, con el 85% de su cuerpo quemado, murió Darío Nicolás Ávila (22), un joven santiagueño preso en el penal de varones de Santiago del Estero. Estaba acusado por un intento de robo, delito por el que sólo los pobres reciben prisión desde el primer momento y durante todo el largo proceso.
En Neuquén, Ernesto General (30), apareció suicidado en su celda de la unidad de detención 11, horas antes de Nochebuena. En la misma provincia, otro joven de apellido Campos permanece, desde el 29 de diciembre, en grave estado en el hospital Regional, tras haber sufrido quemaduras en su celda de la unidad de detención 32 de Zapala.
“Suicidio” fue también la causa de la muerte, según fuentes oficiales, de Gisella Janet Camargo Videla (28). Pese a que estaba detenida en el pabellón de buen comportamiento del complejo penal Almafuerte en Mendoza, le rechazaron una entrevista con el director y fue castigada en celda de aislamiento por una presunta discusión con una guardiacárcel.
Ramiro Blanco (33), fue fusilado dentro del penal de La Rioja luego de la visita dominical. Murió el 28 de diciembre. El joven, hijo de una funcionaria provincial fallecida como consecuencia de la noticia, que había sido torturado años atrás, recibió un disparo en el tórax a muy corta distancia por parte del guardia Carlos Antonio Vargas en el sector de celdas del penal, donde para el reglamento -y no para los hechos a diario-, está prohibido el uso de armas de fuego.
Gases lacrimógenos y una requisa por más de doce horas soportaron los detenidos en el penal de Roca, Pcia. de Río Negro, luego de la tercera semana de protesta por las condiciones de detención y los beneficios anulados sistemáticamente con acusaciones de intentos de fuga.
GATILLO EN NAVIDAD
Papá Noel no le llevó un regalo a Carlos Saúl Soria. Como para todos los jóvenes pobres del mundo, la Navidad es un día más. Sin embargo, para Soria fue algo diferente: el día de su muerte. Un policía lo fusiló de un disparo en el tórax en la localidad de Almirante Brown.
La defensa del aparato represivo aduce que el joven intentó robarle la moto a mano armada. En el lugar no se encontró el arma que supuestamente portaba Soria. ¿Por qué? El asesino Héctor Toledo dice que “otras dos personas se acercaron en una moto, tomaron el arma de su compañero muerto y se dieron a la fuga”. Con la lógica del aparato represivo “democrático”, que ya lleva cargado en su haber más de 2800 pibes, ¿a este funcional de la burguesía, si las cosas hubieran pasado como dice, le hubiese temblado el pulso para asesinar a otro más?
La justicia del mismo estado que asesinó a Soria caratuló la causa como “tentativa de robo y averiguación de causales de muerte”. ¿Causales de muerte? Ser joven y pobre, y cruzarse con un policía.
CARLA LACORTE: DESPUÉS DE 9, DE 3 A10
El 1º de junio de 2001, Carla Lacorte, estudiante de veterinaria y militante del CeproDH, recibió un balazo en la espalda cuando bajó de un colectivo, en Quilmes. El autor del disparo, el policía bonaerense José Salmo, junto a otros dos efectivos, perseguían a los tiros a cuatro hombres que habían asaltado un local de McDonald’s. Los policías no perdieron el tiempo y de inmediato la acusaron de ser la “campana” del robo.
Nueve años después, y mientras la grave lesión en la columna confinó a Carla a una silla de ruedas, que nunca la apartó de su militancia, Salmo finalmente va a recibir una pena.
En noviembre de 2004, aunque no había dudas de cómo ocurrieron los hechos y de que Salmo fue el autor del disparo, el TOC 3 de Quilmes resolvió que el policía “tuvo un obrar justificado en su accionar (…), efectuó disparos en ejercicio de sus atribuciones” y que “su conducta fue lícita [porque] no fue con impericia ni negligencia, actuó como lo indica la ley”. Eso sí, los jueces condenaron a los ladrones a penas de entre 16 y 17 años de prisión por robar $ 150.
Los jueces del TOC 3, Armando Topalian, Alicia Anache y Alejandro Portunato, volvieron a mostrar cómo funciona la justicia cuando el acusado es el perro guardián del sistema dos años después, cuando dejaron en libertad a los torturadores y asesinos de la joven Andrea Viera. Sólo la mujer policía Marta Jorgelina Oviedo fue condenada a prisión perpetua por torturas seguidas de muerte, pero de inmediato la beneficiaron con un arresto domiciliario… igualito que los que robaron los $ 150…
Los compañeros del CeproDH recurrieron ante la cámara de casación bonaerense, y lograron, el año pasado, que se condenara al bonaerense, lo que fue confirmado por la corte provincial. Pero, para la cámara, el delito cometido fue el de lesiones gravísimas, y no homicidio en grado de tentativa, de modo que la escala aplicable es de 3 a 10 años de prisión, lo que permite, incluso, que no sea de cumplimiento efectivo.
Ahora, después que el TOC 3 se excusó de cumplir la orden de la cámara, otro tribunal de Quilmes deberá fijar la pena. Una pena que será más corta que el tiempo que lleva Carla denunciando que fue víctima del gatillo fácil.
LOS POLICHORROS DE LA SEMANA
Esta semana, como siempre, varios hechos confirmaron la consigna de CORREPI: “Inseguridad” es la policía en la calle.
El jueves 24 de diciembre, en la provincia de Córdoba, cuatro personas intentaron robar la empresa financiera Kadicard. El robo fracasó a raíz de la activación de una alarma. Todo indica que un policía fue el “entregador” del golpe, brindando datos claves, como un plano del local, detalles del funcionamiento de la empresa, ubicación de la alarma y, precisamente, el dinero que había. Otro policía fue detenido esa misma noche, dentro de su auto particular, a metros del local.
El martes 29 de diciembre, esta vez en Escobar, se detuvo a cuatro miembros de una banda de ladrones, responsables de robos a casaquintas y corralones de la zona. Todos son oficiales de la policía bonaerense, con destino en las seccionales 1ª y 2ª de Escobar y en el Grupo de Apoyo Departamental (GAD). A uno, lo agarraron justo cuando intentaba asaltar una agencia de quiniela. Los restantes fueron atrapados en sus lugares de trabajo oficial.
Al día siguiente, tres hombres ingresaron en las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Luego de maniatar siete personas, exigieron la entrega de la llave de la caja fuerte, de donde sacaron los expedientes de dos ex represores y una abultada suma de dinero en efectivo. También robaron celulares y una computadora. Ya hay un policía detenido. Nada de “mano de obra desocupada” de la dictadura: Bien ocupado, y “democrático”, el policía Juan Mateo, prestó servicios en la división platense de Narcotráfico hasta hace seis meses.
Desde CORREPI no nos cansamos de denunciar que detrás de cada hecho de “inseguridad “ (como titulan reiteradamente los medios masivos de comunicación), se encuentra involucrado el aparato represivo del estado, ya sea entregando información, planificando, estableciendo zonas liberadas, obligando a los pibes de barrio a robar o como sucedió en estos días, participando activamente de estos hechos.
Si por alguna casualidad, o por la necesidad de darle una lavada de cara a la institución, (pintando policías honestos que “investigan” a sus propios compañeros) alguno de estos verdaderos criminales termina detenido, seguramente no será tratado de la misma manera que cualquier hijo de la clase trabajadora.
Una evidencia más de que tanto la represión, como la justicia burguesa, siempre estarán bajo el control de los que más tienen.
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