1 feb 2007

FUERA EL EMBAJADOR WAYNE DE CORDOBA

En el día de la fecha, 1 de febrero, el embajador yanqui Earl Wayne está en Córdoba, donde entre hoy mañana será recibido por el gobernador José M. De la Sota y el intendente Luis Juez, visitará empresas estadounidenses como Lockheed y sedes culturales como Iicana y Junior Achievement.
Esa recorrida denota cuáles son los puntos que componen la agenda del diplomático: anudar lazos políticos con las autoridades nacionales y provinciales, reforzar las inversiones estadounidenses y los lazos culturales que consoliden la dependencia. Sólo le faltaría a Wayne visitar el Tercer Cuerpo de Ejército y reclutar oficiales para los ejercicios conjuntos con los “marines” y cursos en la “Escuela de las Américas”. Lockheed, privatizada en tiempos de Carlos Menem y Oscar Camilión, debe volver a manos del Estado bajo control de los trabajadores.
El Partido de la Liberación denuncia la labor proimperialista del embajador de marras y lamenta que el gobernador y el intendente, tan peleados entre sí cuando de temas menores se trata, se rindan a los pies del nuevo virrey.
Para conocer mejor la personalidad de Wayne, reproducimos más abajo el editorial del periódico Liberación, número 223, donde se resalta entre otras cosas que ese diplomático tiene antecedentes antiargentinos durante la guerra de Malvinas.

Comité Provincial Córdoba del PL

EDITORIAL
Que se declare al embajador Wayne persona no grata

El embajador yanqui Earl Wayne llegó a Buenos Aires el 5 de noviembre de 2005 y en poco menos de tres meses se ha comportado como un eficaz lobbista de las multinacionales pero, más aún, como representante político-militar de la superpotencia.
Su táctica aplica a la perfección la recomendación del ex presidente imperialista que planteaba a sus diplomáticos “hablen suave pero lleven un garrote”. Wayne habla en forma educada y elogia a los ministros con los que se reúne. Pero eso no quita la gravedad de sus exigencias en el plano económico y político.
Que el diario “La Nación” escriba que se trata de un excelente diplomático con un alto perfil, vaya y pase. Pero que los ministros lo atiendan con mayor deferencia que a un presidente de un país amigo, eso ya es una calamidad política. Es confundir enemigos con amigos.
Para tener una idea concreta de la “llegada” que el embajador tiene en el gobierno, baste decir que el canciller Taiana lo ha recibido cinco veces. Felisa Miceli está cerca de ese récord porque en Economía ha tenido cuatro reuniones con ese visitante. Y así de seguido, con las excepciones de Filmus (Educación) y González García (Salud). El vicepresidente Scioli, hombre pronorteamericano, y el jefe de gobierno porteño Telerman, han caído rendidos a sus cantos de sirena.
Obviamente todos ellos abrieron sus despachos al representante de George Bush porque se los indicó el presidente Néstor Kirchner, responsable de la pleitesía. El Partido de la Liberación rechaza totalmente que se dé ese trato al embajador yanqui, que está cocinando negocios lesivos a nuestro país y aumentando la injerencia política del imperio.
Esa apertura de puertas es contrapuesta a la forma tan grosera como Kirchner despidió al embajador venezolano Roger Capella, al que se acusó de tener “injerencia” en los asuntos argentinos por su trato cordial con movimientos populares. ¿Wayne tiene coronita? ¿Por qué? ¿Acaso representa a un país amigo?
Ese embajador ha reclamado por las inversiones norteamericanas, que representan el 25 por ciento del total de la inversión extranjera. Con esa bomba de succión, en los ´70 los yanquis sacaban tres dólares por cada uno que tenían invertido en Latinoamérica. Ahora esa estadística puede haber empeorado, por la rapacidad y parasitismo puestos de manifiesto con la estafa de la deuda externa, los autopréstamos, los intereses, etc, un fraude que tuvo al Citibank a la cabeza.
A propósito, Wayne almorzó con la cúpula de la Cámara de Comercio Americana (Amcham), presidida por Juan Brochou, titular del Citibank. Esta entidad agrupa a las 540 empresas estadounidenses con gran poder de lobby sobre los gobiernos de turno -el de Kirchner no es una excepción- para arrancarles contratos, exenciones impositivas, privatizaciones, etc.
En su recorrida por el espinel del poder, el embajador pidió que el país adopte la tecnología ATSC en televisión digital, “made in USA”, en detrimento de la que ofrecen los europeos y japoneses. También intercedió por pulpos petroleros en las ampliaciones de gasoductos en el Norte, denotando que el área energía es una de las más apetitosas para esos capitales.
Siendo muy grave que el gobierno acepte semejante intromisión y la festeje como si fuera buena, lo peor es que lo de Wayne no se agota en la faceta de negocios. Es ante todo un operador político imperialista, con el antecedente antiargentino de haber sido asistente especial del secretario de Estado, general Alexander Haig, durante la seudo mediación que en 1982 desembocó en la traición yanqui en Malvinas. Su jefe actual, Thomas Shannon, fue uno de los responsables del golpe contra Chávez en 2002.
Wayne ha operado a favor del lobby israelita para que la justicia y el gobierno argentino consideren a Irán como responsable del atentado a la AMIA. De paso, además de envenenar la relación con Teherán, así justificaría las sanciones que Bush propone al Consejo de Seguridad. También requirió a Nilda Garré la reanudación de los ejercicios militares conjuntos, la continuación de la misión militar en Haití y le vendió carne podrida de que en la Triple Frontera hay “fuerzas terroristas”. Esto procura justificar la estadía de marines norteamericanos en la zona.
La cuarta vez que pisó el palacio de Hacienda fue para acompañar al representante comercial adjunto de su país, John Veroneau, para exigir concesiones que reactiven la ronda de Doha de la OMC. Y para rechazar los controles de precios del Estado con el argumento de que “desalientan las inversiones”.
Veroneau venía de Uruguay, donde anudó un Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones como preludio de un Tratado de Libre Comercio, algo que amenaza romper el Mercosur. Sin embargo, Wayne logró que aquí lo recibieran como un héroe.
El PL lamenta que el peronismo haya retrocedido históricamente. De su justa lucha contra el embajador Spruille Braden en 1945 ha pasado a reconciliarse con Wayne. Denunciamos la gestión de este virrey para que el pueblo sepa de quién se trata. Y para que exijamos juntos, todos los sectores populares antiimperialistas, la declaración de persona no grata del embajador, paso previo a su expulsión de Argentina.

FUENTE: PRENSA PL

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